Cine

Icíar Bollaín: "Ir al cine es un lujo y los cineastas vamos a poder rodar muchas menos películas"

La cineasta Icíar Bollaín (derecha) junto a la actriz Verónica Echegui, durante el rodaje de 'Katmandú, un espejo en el cielo'.
Alta Films

Como siempre, la cineasta Icíar Bollaín se muestra encantadora. Dispuesta a hablar de todo. Y dando la sensación de que, más allá de promocionar una película, disfruta y hace disfrutar de la conversación.

Otro rodaje lejos de España.

Sí, pero por casualidad. Tanto También la lluvia como Katmandú, un espejo en el cielo eran propuestas ajenas, pero me encantaron.

¿Qué aprendió como directora?

Nunca me había enfrentado a tantos actores no profesionales y llegué a asustarme. No estaban acostumbrados a hacer cine y temía que se bloquearan, pero no pasó. Y si logras que estén cómodos, le dan mucha verdad a la película.

¿Y qué aprendió como persona?

Sobre todo, a valorar nuestros logros sociales: la educación, la sanidad pública... Son lujos que no hay en casi ningún sitio y que deberíamos preservar. Sin ellos no habrá progreso, desarrollo ni igualdad.

¿Qué le gustó más de Nepal?

Su forma de vivir, más tranquila. El pararse a charlar. Que cuiden y respeten a los ancianos. O que vivan en total precariedad, pero sin amargura.

¿No temía reflejar, solo, los problemas y los errores de otros?

No. Mostrar las cosas duras de una sociedad no excluye que haya otras maravillosas. Además, no solo quería dar leña, sino también mostrar su riqueza de culturas, de etnias... Nepal no son solo chabolas: también es hospitalidad, fraternidad o cuidados.

¿Qué le aportó usted a Nepal?

De momento, he creado curiosidad. No quería hacer un anuncio, pero mucha gente me dice que quiere ir por la película. Y eso los ayuda, porque muchos viven del turismo.

¿Qué sintió al volver a España?

Lo que te decía: emoción por todo lo que tenemos. Y también rabia por la crisis, por los recortes que quieren hacer... Si, además de trabajos, perdemos en educación o sanidad, la brecha se abrirá más.

¿Por qué se recorta en ayuda internacional y, en cambio, se dan miles de millones a los bancos?

Lo de los bancos es muy fuerte... Entiendo que, de primeras, suene lógico no mandar dinero fuera tal y como estamos. Pero, a la larga, la cooperación es equilibrio, sostenibilidad. ¿Dar dinero a los bancos? ¡Pero si ganan dinero y son muy responsables de lo que ha pasado! ¿Por qué no se gravan las grandes transacciones? Ahí no se recorta.

¿Nota, como cineasta, la crisis?

Todo está cambiando, y será más complicado. La gente lo está pasando mal, ir al cine es un lujo y vamos a poder rodar muchas menos películas. Pero lo que más me asusta es que los tejidos industriales son frágiles y la crisis va a terminar con cosas, con industrias, que será difícil recuperar. Y no solo en el cine: mira la prensa.

Vuelve a hablar de la mujer.

Puedes mirar hacia otro lado, pero problemas como el maltrato, o cómo están las mujeres en Nepal, existen. Si lo tienes delante y te interesa, ¿cómo no vas a mostrarlo?

Josefina Molina me decía que las mujeres deben participar más en política.

Seguro que también hay muchas mujeres arremangadas, haciendo dinero y alejadas de la gente, pero una mayor paridad daría mejores resultados.

¿Para hacer qué?

Quizá, para cambiar las prioridades. ¿Qué importa más, la gente o los beneficios? ¿El equilibrio, redistribuir la riqueza o las multinacionales?

¿Hay luz al final de la crisis?

Me pregunto dónde. Si la prioridad es mantener un sistema económico que olvida a la gente, no. Pero al menos hay más debate, más voces y las personas hablan cada vez más.

Biografía

Nació en Madrid en 1967. Debutó como actriz en El sur (1983) y como directora en Hola, ¿estás sola? (1995). Ganó dos Goya con Te doy mis ojos (2003): mejor director y mejor guión original. Tiene tres hijos con el guionista Paul Laverty.

'Katmandú...', una odisea femenina

No sabemos mucho de Laia, la protagonista de la película Katmandú, un espejo en el cielo: que es catalana, joven, guapa y que algo le hace huir de su pasado. Pero, sobre todo, sabemos que acaba de llegar a Katmandú, capital de Nepal, donde empieza a trabajar como voluntaria en una escuela local.

Pero querer ayudar no es suficiente. Aunque Laia trata de enseñar a los niños, colabora con las madres y lucha contra la pobreza y la injusticia, a su alrededor no paran de surgir los problemas. Acosada por la burocracia y muy poco dispuesta a participar en la corrupción del país, tendrá que casarse con un desconocido para seguir en Nepal. Y no solo eso: su propio afán de justicia chocará, todo el rato, con algunas costumbres locales.

La directora española más conocida por el gran público, Iciar Bollain, vuelve a enfrentarse en esta película a una historia femenina. Aquí mezcla algunas de las preocupaciones vistas en Hola, ¿estás sola? o Te doy mis ojos con el exotismo y la espiritualidad de su anterior trabajo, También la lluvia. El resultado es la crónica de un viaje interior y el retrato de un lugar maravilloso, pero también lleno de miserias y desigualdad.

Protagonista absoluta, la joven Verónica Echegui es la responsable de aguantar el peso del relato. La que fuera protagonista de Yo soy la Juani no solo habla en inglés casi toda la cinta: además, recorre casi todas las emociones que un ser humano puede experimentar. Debe haberlo conseguido: Echegui es una de las candidatas al Goya a la mejor actriz.

Mira a continuación imágenes de la película 'Katmandú, un espejo en el cielo'.

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