Aleksey Chizhov (San Petersburgo-Rusia, 1980) es una de las figuras más reconocidas de la pintura rusa actual. En sus imágenes, muchas veces pobladas de cabezas de adormideras, la planta de la que se extrae el opio, presenta en paisajes nocturnos o espaciales a un ser humano libre, preparado para crecer y desarrollarse emocionalmente.
La galería Erarta, en su sede de Londres, expone hasta el cinco de abril lo último del artista con la exposición Les Paradis Naturels (Los paraísos naturales). El título es una alusión a Paradis Artificiels, el ensayo que el escritor Charles Baudelaire publicó en 1860 relatando sus experiencias como consumidor de opio, hachís y vino.
La carrera espacial y Morfeo
El simbolista francés hablaba del opio como una forma de saborear el infinito, un ansia satisfecha por un paraíso farmacéutico. Chizhov representa en las cabezas de la adormidera que pueblan algunos de sus alucinados cuadros al intermediario entre el mundo real y el sueño, la vía de escape que proporciona una pequeña tregua en la lucha diaria.
En las obras de gran formato del artista rusa se mezclan la pasión por el psicoanálisis, la historia y el arte. Morfeo (el dios del sueño) y el mito de Orfeo y Eurídice están representados en la misma serie que los astronautas de la carrera espacial que enfrentó a la Unión Soviética y a Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XX.
En el collage cronológico la técnica no se queda atrás y Chizhov retrata al ser humano según los estudios más clásicos de la anatomía.
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