La Comunidad renuncia a gastar 2.191 millones en cerrar la M-50 bajo El Pardo y revisa el proyecto

  • El Ejecutivo de Esperanza Aguirre reniega del proyecto que presentó en 2008 el entonces consejero de Transportes, Manuel Lamela.
  • La presidenta descarta el cierre "superferolítico con dos, tres o 'nosecuantísimos' túneles" que no convenció a las constructoras.
  • Transportes está "redefiniendo" el proyecto para rebajar el coste, al menos, un 30%.
  • Anteproyecto completo del cierre norte de la M-50 | Estudio de impacto ambiental
Vista del Monte de El Pardo, con Madrid capital al fondo, desde Tres Cantos.
Vista del Monte de El Pardo, con Madrid capital al fondo, desde Tres Cantos.
Comunidad de Madrid
Vista del Monte de El Pardo, con Madrid capital al fondo, desde Tres Cantos.

La Comunidad de Madrid ha decidido repensar su proyecto de trazar una autovía de peaje bajo el monte de El Pardo, pero solo a nivel económico. Esperanza Aguirre sigue convencida de que puede cerrar la M-50, única circunvalación de Madrid inconclusa hasta el momento, y de que puede hacerse horadando un túnel bajo una de las zonas de mayor valor ecológico de la región.

Sin embargo, ha renunciado a una de sus premisas principales: invertir nada menos que 2.190,8 millones de euros para hacer el túnel más moderno del mundo.

Así lo han confirmado a 20minutos.es los portavoces oficiales de la Consejería de Transportes, después de que la presidenta regional asegurase este miércoles, durante una charla organizada por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, que el cierre "superferolítico con dos, tres o 'nosecuantísimos' túneles" que se ideó en su día estaba fuera de la realidad.

Soluciones baratas

El coste de construcción que está estudiando Transportes desde la pasada legislatura es, según, explicaron las mismas fuentes, notablemente inferior al que figuró en el anteproyecto de construcción y explotación. Según otras estimaciones, esos 2.190,8 millones podrían reducirse, al menos, un 30%, hasta los 1.533 millones.

Ello no iría, en principio, en detrimento de los dos túneles (uno para cada sentido) con 10,3 kilómetros de extensión y tres carriles cada uno que penetrarían en El Pardo en la zona de Las Rozas y recorrería la montaña bajo tierra saliendo a la superficie al norte del distrito de Fuencarral, antes de conectar con la carretera de Colmenar (M-607) y con la A-1 después.

Sí afectaría, en cambio, a los otros siete enlaces, 53 estructuras (viaductos, pasos superiores o inferiores) o al túnel y falsos túneles de Pinar de las Rozas y la Dehesa Boyal, respectivamente. La filosofía general, explican técnicos conocedores de la operación, es revisar estas conexiones y aplicar en ellas soluciones más baratas que no disparen el coste. En total, la autovía tendría 30 kilómetros de longitud.

El túnel 'verde'

Con este nuevo planteamiento, Esperanza Aguirre renuncia al proyecto maximalista que encargó en su día al que fuera su consejero de Transportes, Manuel Lamela.

Este lo presentó en marzo de 2008 como la solución 'verde' para conectar la A-6 y la A-1, desatascar la M-40, dar servicio a los PAU (Programas de Actuación Urbanística) de Sanchinarro, Montecarmelo y Las Tablas y prevenir el incremento de los desplazamientos en coche por el crecimiento demográfico de Alcobendas, San Sebastián de los Reyes y Las Rozas. Según las estimaciones realizadas por el Ejecutivo, las intensidades medias diarias en estos ejes estarían por encima de los 100.000 vehículos llegando, en algunos casos, hasta los 200.000.

El anteproyecto, encargado al Grupo Typsa, costó 2,2 millones de euros. Aguirre llegó a asegurar que el peaje sería "caro", acorde con el coste y con el hecho de que esta sería "la carretera más ecológica que nunca en la historia haya tenido la Comunidad de Madrid y cualquier otra comunidad autónoma". Para conseguirlo, no se colocaría ninguna chimenea de salida de humos en el monte de El Pardo, sino que los gases serían recogidos y expulsados por los extremos del túnel mediante una galería de ventilación especialmente construida para ello.

Sin embargo, y aunque llegó a estar en exposición pública tras obtener la declaración de impacto ambiental favorable por parte de la Consejería de Medio Ambiente, la Comunidad no llegó a sacarlo a concurso. La crisis inmobiliaria, la dificultad de las constructoras para obtener financiación y un plan económico no del todo seguro para una adjudicación a 50 años, provocó el desinterés de las empresas.

Las denuncias de las sociedades ecologistas y las quejas los ayuntamientos implicados, incluidos San Sebastián de los Reyes y Alcobendas, que verían pasar la autovía a apenas un centenar de metros de las casas de algunos de los vecinos, también contribuyeron a que el proyecto encallase.

Este miércoles, Esperanza Aguirre invitó a los ingenieros de caminos y e las empresas privadas a que se impliquen para construir tanto esta como la Radial 1, la alternativa de peaje a la A-1. Rebajar el coste de ambos proyectos y, con ellos, el riesgo de fracaso si no se cumplen las expectativas de utilización, como ya ha ocurrido con el resto de autovías de peaje de la región, es solo el primer paso.

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