El Pumarejo se queda sin sus bancos para evitar la droga
Este céntrico lugar de Sevilla pasará muy pronto por el cirujano plástico. Entre julio y octubre de este año comenzarán unas obras destinadas a cambiar casi por completo su fisonomía. Nueva solería, adiós al diseño en tres alturas, más aceras y calzadas más estrechas... Casi lo único que se mantendrá serán los árboles que la rodean.
El proyecto diseñado por el arquitecto Francisco Barrera lleva varios meses siendo estudiado por los vecinos de la zona, que han introducido algunas modificaciones al proyecto inicial. La plaza mantendrá su forma ovalada. Pero casi todo lo demás cambiará. De los 11 bancos que ahora circundan parte de la plaza, sólo quedarán dos. Eso sí, entre el centro de la plaza y la fachada del Palacio del Pumarejo se colocarán, en cada esquina, dos nuevos bancos (los vecinos piden que
sean de forja y madera, pero el proyecto contempla que
sean de piedra).
La plaza perderá sus tres niveles actuales (calzada, acera y plaza) para quedar integrada en un solo nivel. La plaza y el Palacio (el espacio que separa a ambos será peatonal) quedarán a la misma altura y sólo un pequeño bordillo circundará parte de la zona central para separar la parte dedicada a los peatones de las vías destinadas al tránsito de vehículos.
Contra la doble fila
Las aceras se harán más anchas y la calzada se estrechará para luchar contra la doble fila. Además, con este mismo propósito, se rodeará toda la plaza con bolardos. Se habilitará un aparcamiento para residentes en el que cabrán cuatro vehículos y una zona destinada a carga y descarga.