Sevilla

Más de 100 trabajadores de Astilleros se enfrentan con la Policía cuando intentaban irrumpir en el Ayuntamiento de Sevilla

Varios compañeros atienden a un trabajador de los astilleros de IZAR, en Sevilla, herido al intentar entrar en el Ayuntamiento(Efe)
Efe

Todavía tengo los vellos de punta. Allí, en la esquina del Ayuntamiento con la Avda. de la Constitución. Un trabajador de astilleros tirado en el suelo y rodeado por policías con cascos, escudos y porras, que descargaban con furia sobre su cuerpo.

El color rojo de la sangre que manaba de una brecha abierta en su cabeza no se me va de la memoria
El color rojo de la sangre que manaba de una brecha abierta en su cabeza no se me va de la memoria, pero no parecía suficiente para detener la lluvia de porrazos de unos antidisturbios que ya se habrán hecho indemnes al rojo. Sus propios compañeros se lo llevaban hacia el hospital. No fue el único herido.

Hacía más de un año que no vivía una manifestación en Sevilla con un desenlace tan violento.

Unos 200 trabajadores de astilleros intentando entrar a golpe de fuerza y porrazos en el Ayuntamiento. De repente, puertas cerradas. Las piedras comenzaron a volar y se empotraban en alguna ventana haciendo añicos los cristales.

Tres segundos después, una veintena de policías nacionales comenzaron a cargar con agresividad. Los ánimos de los trabajadores no era menos violentos. Piedras. Gritos reivindicativos. Disparos al aire. Porras contra cualquier bulto para intentar disolver la protesta.

Resultado: dos detenidos, dos heridos graves, casi una decena de heridos leves y los manifestantes allí, a pie de escalera. Sin pensamiento de moverse hasta que liberen a los cuatro compañeros apresados. La tensión aún se palpa, aunque ya con más calma.

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