Una instalación artística recrea el naufragio del Costa Concordia

  • El suizo Thomas Hirschhorn plasma en 'Concordia, Concordia' la fuerte impresión que le causó el hundimiento del crucero en enero de 2012.
  • Una mole de objetos reproduce la situación del interior del barco, que dificultó o imposibilitó la escapatoria para los viajeros que quedaron atrapados.
  • El artista encuentra en el naufragio y en la negligencia del capitán un paralelismo con la inestabilidad que todo ser humano sufre de por vida.
La instalación de Thomas Hirschhorn sobre el Costa Concordia
La instalación de Thomas Hirschhorn sobre el Costa Concordia
© Thomas Hirschhorn - Courtesy Gladstone Gallery, New York and Brussels - Foto: Anna Kowalska
La instalación de Thomas Hirschhorn sobre el Costa Concordia

"Como muchos, vi las fotos del interior del barco hundido del crucero Costa Concordia tras el naufragio. El suelo en vertical se había convertido en una pared, la pared era el techo y el techo; la pared opuesta".

El Costa Concordia, el mayor barco de italia, se hundió en enero de 2012 al chocar contra las rocas de la isla de Giglio, en la región de la Toscana. En él iban a bordo 4.229 pasajeros, de los que 177 eran españoles. Hubo 30 muertos.

El suizo Thomas Hirschhorn (Berna, 1957) plasma la fuerte impresión que le causó el accidente. La instalación Concordia, Concordia, que se expone hasta el 20 de octubre en la Gladstone Gallery de Nueva York, es un acercamiento artístico al naufragio: "Me quedé impresionado por esa visión apocalíptica de lo banal y barato en el interior de la embarcación al revés".

"Una barricada en movimiento"

En una mole de salvavidas, mobiliario de madera, marcos de cuadros, adornos de luces y apliques de corcho azules y amarillos, la obra reproduce la situación que dificultó o hizo imposible la escapatoria para los que quedaron atrapados por "una barricada en movimiento". Hirschhorn interpreta la avalancha de objetos como una señal de la "inutilidad torpe e infranqueable", como el aspecto más adecuado de un "desastre contemporáneo".

El artista también se inspiró para su instalación en la negligencia del capitán Francesco Schettino, de 52 años, que huyó de la embarcación y, a pesar de las órdenes de la Capitanía del Puerto que le exigía volver de inmediato al Costa Concordia para coordinar el desembarco de los viajeros, se quedó en tierra.

Hirschhorn ve el naufragio(y también el delito de Schettino) como paralelismos de la inestabilidad a la que el ser humano está obligado de por vida: "El oficial de guardacostas gritaba '¡vuelva a bordo!'. Tenemos que  afrontar los desastres causados por nosotros mismos con una normalidad increíble. No hay escapatoria, ni lugar al que huir, ¡ya no existe la tierra firme! Ese fue mi punto de partida, lo que me hizo reflexionar para concebir Concordia, Concordia".

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