La reforma energética subirá el gas y la luz entre el 7% y el 25%

Los nuevos cánones e impuestos energéticos anunciados por el Gobierno el pasado viernes –y que entrarán en vigor el 1 de enero de 2013– se acabarán repercutiendo sobre todo en el consumidor final y supondrán un encarecimiento general de las facturas de la luz y el gas de entre el 7% y el 25% para el año que viene, según fuentes consultadas por este diario.

La reforma, que aún es un anteproyecto pendiente de tramitarse en el Congreso, espera recaudar 2.900 millones de euros, destinados a reducir el llamado déficit de tarifa y a costear las primas de las renovables.

"Vamos a tener un sistema energético carísimo que beneficiará solo a las grandes eléctricas, que tienen un oligopolio de producción", sostiene el economista Alejandro Inurrieta, para quien la reforma es insuficiente ya que "no se reforma nada: ni la distribución, ni las tarifas, ni el mix de energía...", opina.

Los consumidores coinciden en el análisis y denuncia que "no hay un solo elemento en la reforma que mejore la tarificación", sostiene el portavoz de Facua, Rubén Sánchez. Por su parte, la OCU estima que la factura podría llegar a encarecerse hasta un 20% y que podría dejar a cinco millones de hogares sin acceso a la tarifa de último recurso, cuyo precio es regulado por el Gobierno.

Tampoco está conforme con la reforma el presidente de la Asociación Española de la Industria Eléctrica, Eduardo Montes, quien asegura que el plan del Ejecutivo "sin duda perjudicará al usuario final". Su propuesta para reducir las facturas de la luz  pasa por reducir las primas a las energías alternativas, que suponen un coste de 8.000 millones de euros anuales.

El ciudadano, además, podría verse afectado en una segunda ola, según el colectivo de empresas de gran consumo de energía (requieren alrededor del 12% de la producción nacional del luz), que ya han advertido que estos nuevos sobrecostes perjudicarán a las compañías españolas y "supondrán el cierre definitivo de muchas de las instalaciones de la industria básica". El encarecimiento de una materia prima como el gas "penalizará la competitividad", denuncia la Asociación Española del Gas (Sedigas).

Un 6% a la generación. Se impondrá un tributo estatal que gravará de forma directa un 6% los ingresos obtenidos por cualquier instalación que produzca energía eléctrica. El hecho imponible será la venta de la electricidad, y se aplicará tanto a energías tradicionales como a renovables.

Pagar por los residuos. El Gobierno anunció dos nuevos impuestos a los residuos radiactivos resultantes de la generación de energía nuclear. Por un lado se aplicará un tributo sobre la producción (2.190 euros por kilo) y otro sobre el almacenamiento, si bien este último se impondrá cuando entre en funcionamiento el futuro almacén temporal.

Canon a las hidroeléctricas. Las compañías de generación de energía hidroeléctrica deberán pagar un canon por el uso de agua continental. Se destinará, en principio, "a la protección y mejora del dominio público hidráulico".

Cuatro céntimos verdes. El Gobierno impondrán respectivos "céntimos verdes" a las industrias eléctricas que producen emisiones a la atmósfera. Así, se aplicará un impuesto de 2,79 céntimos por metro cúbico al gas natural, de 14,97 euros por tonelada al carbón, uno de 12 a/tonelada al fuelóleo y otro de 29,15 euros por cada 1.000 litros al gasóleo.

La factura de la luz es ahora –y a falta de que se apliquen las nuevas subidas apuntadas por el sector– un 81% más cara, de media, que hace diez años, según un análisis publicado recientemente por Facua. Solo en la era Zapatero el encarecimiento de la tarifa eléctrica llegó al 60%, según la UCE, y ya es del 12% en lo que va de año.

¿Cómo se calcula el precio? Las compañías eléctricas compiten entre ellas mediante una subasta denominada Cesur. La próxima se celebrará el 25 de septiembre, y los expertos apuntan que ya se podrían registrar subidas.