Javier Sierra bucea en el misterio de la pintura renacentista en 'El maestro del Prado'

  • La novela termina con 8 meses de supremacía de 'Sombras de Grey' en ventas.
  • Su autor explica que el libro nace de una experiencia propia en los noventa.
  • Sierra aspira a que, tras su lectura, el público acuda al Prado y lo contemple "lejos de esa manera de supermercado".
La novela parte de muchos años atrás, de un acontecimiento que Sierra protagonizó cuando era un joven estudiante en Madrid.
La novela parte de muchos años atrás, de un acontecimiento que Sierra protagonizó cuando era un joven estudiante en Madrid.
EFE
La novela parte de muchos años atrás, de un acontecimiento que Sierra protagonizó cuando era un joven estudiante en Madrid.

Javier Sierra se sumerge en los misterios de la pintura renacentista en El maestro del Prado (Planeta) en la que viaja a su juventud en 1990 y protagoniza un viaje iniciático. Sierra desentraña los secretos de este arte de la mano del personaje El Maestro, Luis Fovel.

La novela de Sierra ha sido la primera en desbancar los ocho meses de permanencia de la obra erótica, 50 sombras de Grey, de E.L. James, en el número uno de las listas de ventas españolas, además de ir por su tercera edición.

El autor ha explicado que esta novela parte de muchos años atrás, de un acontecimiento que él mismo protagonizó cuando era un joven estudiante en Madrid y, ante el cuadro La Perla, de Rafael Sanzio, en El Prado entabló conversación con un misterioso hombre, anécdota que quedó anotada hasta su redescubrimiento por parte del autor hace algunos años.

A partir de esta historia, Sierra teje un paseo por diferentes intríngulis pictóricos en una reivindicación de fondo del "arte primordial", que el autor define como aquella pintura que se hacía 35.000 años atrás con simbología mágica y trascendental.

"Tengo la intención de recuperar el arte como una entrada a los mundos invisibles", ha remarcado Sierra, para quien El Prado es como una neocueva de Altamira desde la que enseñar a contemplar las pinturas de esta época y ajustar las miradas desde una invitación a mirar el arte de forma distinta.

De hecho, es un confeso amante del Renacimiento y acusa a las vanguardias del siglo XX de haber deformado el arte "descomponiendo la realidad y creando un arte sin discurso, un cuerpo sin alma", ha lamentado Sierra, con las salvedades de Pablo Picasso y Salvador Dalí.

El autor no descarta que los lectores que hayan apreciado estas páginas visiten después el museo desde la curiosidad, y lejos de esa "manera de supermercado" que se ha impuesto actualmente en el que los visitantes quieren verlo todo y deprisa.

Autobiografía y ensayo

La novela juega con el género autobiográfico y con el ensayo, a base de la instrucción por parte de El Maestro de píldoras teóricas sobre el mundo simbolista de las pinturas renacentistas, y "para hacerlo digerible" lo acompaña de su propia experiencia, aliñado con dosis de 'thriller' a través de los antagonistas de ese maestro enigmático.

Este libro, con reproducciones y desplegables laberínticos, es también una "llamada de atención" del valor de los libros en papel clásico y que mantienen el espíritu artístico, y para su elaboración, Sierra ha pasado muchas horas en las salas del museo y asesorándose por conservadores, restauradores y bibliotecarios, especialmente de El Prado y El Escorial.

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