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El rey es operado de una hernia discal y estará "entre dos y seis meses" de baja

El rey saluda a su llegada a la clínica madrileña de La Milagrosa para ser sometido a una intervención quirúrgica por una hernia discal.
EFE

El rey se recupera en la clínica madrileña La Milagrosa de la operación de hernia discal y de una estenosis de canal a que se ha sometido este domingo y que ha concluido con éxito, según han informado fuentes de la Casa del Rey. Don Juan Carlos ha abandonado el quirófano unas tres horas después de entrar en la sala de operaciones, donde ha sido intervenido por el neurocirujano Manuel de la Torre Gutiérrez.

Precisamente el doctor de la Manuel de la Torre ha estimado que el monarca permanecerá entre dos y seis meses de baja y la rehabilitación la realizará en Zarzuela. El doctor ha explicado, en rueda de prensa, que la operación ha requerido la "extirpación de dos segmentos" herniados de disco y ha subrayado que, cuando complete su recuperación, Don Juan Carlos "no necesitará muletas". "Cuanta más fuerza tenga, menos apoyos necesitará", ha indicado.

De la Torre ha añadido que "habitualmente" este tipo de cirugía requiere una semana de ingreso hospitalario y una recuperación que puede oscilar entre los dos y los seis meses, "dependiendo de cómo vaya la evolución", ha remarcado. Está previsto que a lo largo de este lunes pase a planta.

El monarca llegó en torno a las 11.40 horas a la clínica para ser sometido a la que ha sido la séptima operación en casi tres años —ha sido intervenido de un pulmón, una rodilla, el talón de Aquiles y las dos caderas—. A su llegada, Don Juan Carlos entró directamente por el acceso del edificio al garaje del centro médico en un vehículo, tras saludar, sonriente con la ventanilla bajada, desde el asiento del copiloto, a los numerosos informadores que aguardaban su llegada: "Aquí estoy otra vez", dijo.

Antes de llegar a la zona destinada habitualmente al estacionamiento de vehículos, el rey bajó del automóvil, un todoterreno de color oscuro, lejos del alcance de las cámaras, y usó un ascensor para subir a la planta.

La reina y las infantas Elena y Cristina llegaron a las 13.45 horas a la clínica La Milagrosa para seguir desde el mismo hospital la intervención quirúrgica del monarca. Con ellas también iba el secretario de las infantas, Carlos García Revenga, imputado en el caso Nóos. Antes de entrar por la puerta principal, la reina saludó a los numerosos medios congregados en la entrada de la clínica, donde les esperaba el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno. Los cuatro ya han abandonado la clínica.

La primera en salir ha sido Doña Sofía minutos antes de las cinco de esta tarde. Los medios de comunicación presentes le han preguntado cómo estaba el Rey. La Reina ha contestado con un gesto de asentimiento justo antes de meterse en el vehículo. Minutos después han salido García Revenga y las infantas Elena y Cristina, que se han ido en otro coche conducido por García Revenga. Urdangarin no ha asistido en esta ocasión, como sí lo hizo en la anterior, porque ya no forma parte de la Casa Real,y hasta su perfil fue eliminado de la web en enero. Desde Zarzuela restan importancia al hecho de que no haya ido Urdangarin: "Con él ha estado su familia: la reina, el príncipe y las infantas", ha asegurado un portavoz a 20minutos.es.

Los Príncipes de Asturias, que llegaron hora y media después que la reina y las infantas, han permanecido en la clínica. Don Felipe ha afirmado tras ver a su padre que el rey está "despierto" y "satisfecho" de haberse operado, pues la estenosis de canal y la hernia discal que venía arrastrando desde hace tiempo le generaba muchas molestias. "Él estaba a gusto, dentro de que es un postoperatorio", ha dicho.

"Está en una UVI y después de una operación de tres horas, así que ya se pueden imaginar cómo puede estar", ha señalado el príncipe, antes de añadir: "Está satisfecho de haber superado una situación muy pesada de dolores e incomodidades".  "Ahora tendrá una época por delante de trabajo duro, de mucho esfuerzo para poder recuperarse", ha recalcado.

La estenosis de canal es relativamente frecuente entre los mayores de 65 años —el pasado enero, el monarca cumplió los 75 años—. Produce dolor y adormecimiento de las piernas, lo que obliga a los afectados a detenerse cuando caminan unos metros. De ahí que a esta dolencia se la conozca también como 'síndrome del escaparate'. Aquellos que la padecen suelen flexionar el tronco hacia adelante porque así disminuye el dolor. Aunque la rehabilitación puede aliviarla se trata principalmente con cirugía para abrir el canal raquídeo y liberar así los nervios comprimidos.

Su anterior operación

La última intervención quirúrgica del monarca tuvo lugar el pasado 23 de noviembre, hace tres meses, cuando se le reconstruyó con una prótesis la cadera izquierda, desgastada por la artrosis.

Pocos meses antes, en abril, el traumatólogo Ángel Villamor ya había intervenido al rey para implantarle una prótesis en su cadera derecha, también desgatada por la artrosis y que se fracturó tras sufrir una caída en su polémico viaje de caza a Botsuana. Días después de esta intervención, Don Juan Carlos tuvo que regresar al quirófano tras sufrir una luxación.

Antes de esa fecha, el doctor Villamor realizó en junio de 2011 una artoplastia en la rodilla derecha del monarca, que en septiembre de ese mismo año fue intervenido quirúrgicamente del telón de Aquiles. Un año antes, en mayo de 2010, había pasado por quirófano para que le extirparan un nódulo pulmonar, que resultó benigno.

Otras operaciones menos recientes

El resto de operaciones a las que se ha sometido el jefe del Estado no son tan recientes. Hay que retroceder al año 2001 para encontrar otra intervención quirúrgica del rey, en este caso para que le eliminaran unas varices.

Las intervenciones a las que se ha sometido cuando era más joven no han sido por motivos de salud, sino que han sido consecuencia de accidentes que sufrió practicando deporte.

En 1981, el jefe del Estado chocó con una puerta de cristal que da al jardín del Palacio de la Zarzuela después de jugar un partido de squash, lo que le provocó heridas en varias partes del cuerpo —tórax, muslo, antebrazo izquierdo, manos y nariz—. Tuvo un mes el brazo izquierdo escayolado porque un cristal le había cortado el nervio radial.

Dos años después, sufrió una caída en la estación suiza de esquí de Gstaad que le provocó una fisura de pelvis. Tuvo que guardar cama un mes y llevó muletas durante semanas. Además, como consecuencia del percance, se le detectó una fibrosis que le extirparon en la clínica San Josep de Barcelona en 1985.

Un segundo accidente practicando esquí le llevó al quirófano el 30 de diciembre de 2001. Un esquiador le había derribado involuntariamente mientras esquiaba en Baqueria Beret y Don Juan Carlos fue operado en el hospital madrileño Puerta de Hierro de una lesión en la rodilla derecha que le había afectado al platillo tibial externo. Tuvo que usar muletas hasta abril de 1992.

Al margen de estas operaciones, el rey ha tenido algún otro percance sin gravedad. En 1980, se cayó al bajar de un carro de combate tras unas maniobras militares en Zaragoza. En 1988 se golpeó con una rama en un ojo durante una cacería en Suecia y en 1995 se hizo una fisura en la zona próxima a la muñeca derecha tras resbalar en una placa de hielo en la estación de esquí de Candanchú (Huesca).

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