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Ruiz-Mateos pide "ingresar en prisión de manera voluntaria" para "reivindicar su inocencia"

El patriarca de Nueva Rumasa, José María Ruiz-Mateos, durante una rueda de prensa.
EFE

El empresario José María Ruiz-Mateos, imputado por el caso Nueva Rumasa, ha pedido en un comunicado difundido este lunes su "ingreso en prisión de manera voluntaria para reinvidicar mi inocencia". Así, dice, "renuncia" a resistirse contra la "maldad", y lo hace "orgulloso" de su "obra empresarial y financiera" y asegurando a los inversores que "pueden tener la absoluta certeza de que cobrarán".

Ruiz-Mateos y varios de sus hijos han sido imputados a raíz de varias querellas presentadas contra ellos por personas que se entienden perjudicadas y que les acusan de delitos como blanqueo de capitales, estafa o insolvencia punible.

Así, el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, investiga el destino de cientos de millones de euros de inversores de la empresa Nueva Rumasa, propiedad de Ruiz-Mateos, y, a raíz de esas investigaciones penales ha ordenado embargos y fianzas a miembros de su familia.

Ahora, el empresario asegura en un comunicado que "después de tanta lucha durante décadas, con la infamia permanente, la injuria y la calumnia contra mi identidad personal y empresarial, renuncio a resistirme contra tanta maldad". "Después de los engaños, las traiciones y la persecución continuada por parte de una Justicia que jamás se dignó a investigar las viles trampas de las que fui víctima, quedo agotado de buena voluntad, de fe en la Justicia, harto de ataques permanentes", continúa.

Por eso, Ruiz-Mateos exige su ingreso en prisión: "Pido mi ingreso en prisión de manera voluntaria para reivindicar mi inocencia pese a lo retorcido de las situaciones y denunciar sin libertad las muchas mentiras con las que siempre fui vilipendiado, maldito y acosado hasta el más brutal derribo". Unas situaciones, las que describe, con las que asegura no poder más: "Consciente de mi cansancio por la edad y el desgaste del alma, mi resistencia se ha roto para regocijo de los que no pararon hasta conseguirlo. No puedo más".

No obstante, reconoce que "aparte de los grandes problemas y batallas" de su vida, se siente orgulloso de su "obra empresarial y financiera que tan mala no pudo ser si se repartieron mis 23 bancos entre los grandes de la Banca de entonces y se especuló con mi patrimonio expoliado de una manera canallesca, lucrativa e impune" Y, además, defiende que "cualquiera de mis sociedades expoliadas, robadas, saqueadas hubiera resuelto la situación actual de drama y tristeza".

Pese a las querellas que le acusan de delitos de blanqueo o estafa, está también orgulloso "de haber donado miles de millones de euros a la Iglesia y a cuantas personas necesitadas tuve el privilegio de apoyar en toda mi vida". Y continúa: "Me siento muy satisfecho de haber creado y mantenido muchísimas decenas de miles de trabajos de personas que me acompañaron en mi labor profesional y a las que estoy profundamente agradecido".

Así, estas podrían ser las últimas declaraciones públicas del empresario: "Sigo en mi empeño de responder por cuantos confiaron en mi persona y sacrificios y pido a Dios fuerzas, incluso en prisión, para cumplir mi inexcusable compromiso de dignidad. Desde este momento no haré ninguna declaración porque las buenas intenciones se convierten en ofensivas y vejaciones".

No obstante, ha lanzado lo que parece ser un mensaje de aliento para sus inversores, con el compromiso de que "pueden tener la absoluta certeza de que cobrarán".

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