Karpinski, que dirigió la prisión hasta principios de 2004, dijo que vio un memorando firmado por Rumsfeld en el que se detallaba el uso de métodos interrogatorios brutales.
"La firma manuscrita estaba sobre su nombre impreso y, con la misma letra, al margen, ponía: "Asegúrense de que esto se cumple"", dijo el sábado.
La Convención de Ginebra dice que los prisioneros de guerra no deberían sufrir "torturas físicas o mentales, ni ninguna otra forma de coerción" para lograr información.
Un portavoz del Pentágono no quiso comentar las acusaciones de Karpinski, y no fue posible contactar con el Ejército de Estados Unidos en Irak para que comentara la información.
Karpinski fue retirada de Irak a principios de 2004, poco después de que las fotografías que mostraban a soldados estadounidenses maltratando a detenidos en la cárcel recorrieran el mundo.
Posteriormente se la retiró de la práctica activa y fue rebajada al rango de coronel.
Karpinski insiste en que no supo nada sobre el abuso de prisioneros hasta que vio las fotos, ya que los interrogatorios se realizaron en un ala de la prisión gestionado por la inteligencia militar.
Rumsfeld también autorizó al Ejército a romper la Convención de Ginebra al no registrar a todos los prisioneros, dijo Karpinski, explicando que se lo contó al asistente legal del ex general Ricardo Sánchez.
Karpinski dijo la semana pasada que estaba dispuesta a testificar contra Rumsfeld si el proceso legal iniciado por parte de los grupos de defensa de los derechos humanos en Alemania sobre Abu Ghraib llevaba a una investigación plena.
El presidente estadounidense, George W. Bush, anunció la dimisión de Rumsfeld después de que los demócratas perdieran el control del Congreso ante los republicanos, en medio de las críticas por la guerra en Irak.
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