En primavera llega el cambio de armario: las claves para hacerlo de una forma rápida y sencilla

  • Podemos aprovechar para deshacernos de prendas que no usamos.
  • Hacer un inventario con la ropa que guardaremos resultará muy útil.
  • Para embalar, las cajas de tela son mejores porque permiten la transpiración.
  • Trajes, pantalones y abrigos se conservan mejor si no se doblan.
Prendas en sus perchas cuelgan de un armario.
Prendas en sus perchas cuelgan de un armario.
FLICKR/M Car
Prendas en sus perchas cuelgan de un armario.

Ha llegado la primavera; pasarán estas pertinaces lluvias y llegará el buen tiempo, y con éste habrá que ir mudando de piel, o sea, cambiando de ropa. Cualquier cambio de estación obliga a renovar el armario, a cambiar prendas y a guardar todo aquello que no se vaya a usar hasta la próxima temporada.

Es hora de empezar a plantearse el cambio de armario. Nos toca guardar la ropa, calzado y complementos de invierno. Puede darnos algo de pereza, pero puede hacerse de forma rápida y sencilla, como explica Fotocasa. Se trata de seguir unos pasos básicos, para hacer el cambio de armario en poco tiempo y que nos resulte útil durante la primavera y el verano.

Aprovechar para deshacerse de prendas

Hay mil motivos por los que podemos deshacernos de una prenda, lo importante es saber cuándo hacerlo. Dividiremos nuestra ropa en grupos de prendas como aquellas que nos ponemos habitualmente y pensamos seguir utilizando; las que queremos conservar porque nunca pasan de moda; las que nos gustaría conservar pero no solemos usar; y las que no queremos seguir usando.

Orden e inventario

Es adecuado hacer un inventario con las prendas que guardaremos. Una idea muy práctica es hacer una lista según el tipo almacenaje que queramos seguir (por colores, tipo de prenda, de tejido…) y colocar una etiqueta exterior que facilite su identificación.

Embalar bien

Para embalar la ropa hay varias posibilidades, pero básicamente son bolsas o cajas. Las bolsas de cierre hermético son una gran opción para almacenar las prendas que no vayamos a utilizar en un tiempo (las prendas ocupen mucho menos espacio). Las cajas, mejor si son de tela, que permitan la transpiración.

Doblar bien la ropa

Los jerséis de lana, camisetas de manga larga, bufandas y gorros del invierno debemos guardarlas dentro de cajas de cartón para protegerlas del polvo. De esta forma, además, podremos moverlas con facilidad y ocuparán menos espacio.

Trajes, pantalones y abrigos, colgados

Las prendas largas se conservan mejor si no se doblan. Deben estar todos los botones y cremalleras abrochadas (en las perchas para pantalones debe colocarse una espuma en la barra para que no deforme el tejido) y, una vez ordenadas, deben protegerse con fundas y hasta guardarse en cajas dentro del armario..

Calzado, caja por caja

La solución para que zapatos, botas y botines duren años es guardarlos individualmente. Cada modelo en una bolsa o caja. Previamente hay que limpiarlos y sacarles el polvo, asegurándonos así una buena conservación.

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