Internacional

Los conservadores búlgaros que cayeron por las protestas ganan las elecciones por la mínima

Cientos de personas se concentran en Sofía para protestar contra la clase política tras las elecciones del 12 de mayo de 2013.
EFE/EPA/GEORGI LICOVSKI

Con cerca del 96% de los votos escrutados, se confirma la victoria del ex primer ministro populista Boiko Borisov en las elecciones legislativas de Bulgaria, según ha informado este lunes la Comisión Central Electoral del país balcánico.

De acuerdo al recuento, la hasta ahora gobernante formación conservadora Ciudadanos para el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB) obtuvo el 30,71%, delante del Partido Socialista, con el 27,02%.

Además, en el Parlamento de Sofía entran el partido de la minoría turca DPS, con un 10,59%, y el ultranacionalista Ataka, con el 7,38% de los votos.

Los conservadores búlgaros ha anunciado su intención de formar gobierno, aunque sea en minoría. "El GERB será responsable con la nación. Somos capaces de proponer y de formar un gobierno. Podría ser uno en minoría", ha dicho el ex ministro de Interior y 'número dos' del partido político, Tsvetan Tsvetanov.

Por su parte, el líder del Partido Socialista, Sergei Stanishev, ha asegurado que el GERB será incapaz de formar gobierno y se ha mostrado dispuesto a negociar con los descendientes turcos de MRF y con los nacionalistas de Attack.

"La primera tarea es expulsar al GERB del poder. Iniciaremos conversaciones con los dos primeros partidos políticos que entrarán al Parlamento y con organizaciones sociales. Asumiremos la responsabilidad de formar gobierno", ha dicho el líder socialista.

El GERB se verá obligado a formar una alianza para poder gobernar probablemente con los nacionalistas, ya que solo ha conseguido 97 de los 240 escaños parlamentarios. Este escenario devuelve al poder al Gobierno de Boiko Borisov, que el pasado mes de febrero se vio obligado a dimitir tras violentas protestas populares contra la pobreza y la corrupción.

Aunque la campaña electoral se ha desarrollado sin demasiada efusividad, los líderes políticos se han enredado en cruces de acusaciones, sobre todo en torno al ex ministro de Interior, implicado en un escándalo de escuchas ilegales.

El Gobierno de Borisov cayó el pasado 20 de febrero tras una oleada de protestas en Bulgaria y ahora está cerca de volver al poder, aunque con tan estrecho margen el país se presenta ingobernable y cientos de ciudadanos denuncian un "fraude".

Poco después de cerrar los colegios electorales, cientos de personas protestaban ya anoche ante el Palacio Nacional de la Cultura, donde los dirigentes políticos ofrecían sus conferencias de prensa para valorar la jornada electoral.

Decepcionados por los resultados y acusando a los conservadores de fraude electoral, los manifestantes trataron de entrar en el edificio por la fuerza mientras gritaban "mafia", la palabra que emplean para calificar a la clase política. Se trata de la primera vez desde la caída del comunismo en 1990 que se organiza una protesta de este tipo contra los resultados electorales.

Inestabilidad política y económica

Este resultado puede conducir a una mayor inestabilidad política y económica en el país balcánico. Según los últimos datos de Eurostat, el 22% de los 7,3 millones de habitantes del país vive con el salario mínimo de 155 euros, mientras que casi la mitad de la población -un 49 %- corre el riesgo de caer en la pobreza.

La apatía de los votantes y su desilusión con la clase política ha marcado una campaña que también se ha visto ensombrecido por un escándalo de escuchas ilegales que ha salpicado a la formación conservadora.

La participación electoral no habría llegado ni al 50%, una de las cifras más bajas de participación en los últimos 23 años de democracia.

La sombra del fraude electoral también ha estado presente, este mismo domingo la Justicia búlgara condenó a un hombre a cinco meses de cárcel por tratar de comprar votos y el sábado la fiscalía intervino 350.000 papeletas electorales fraudulentas.

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