Feijóo culpa a la "mala gestión" de exdirectivos y regulador y mantiene que la fusión era "la mejor solución"

Denuncia "presiones" del Banco de España contra la unión de las cajas y sugiere que el bipartito sabía que ninguna podía seguir sola
Alberto Núñez Feijóo en la comisión de las cajas
Alberto Núñez Feijóo en la comisión de las cajas
Xunta
Alberto Núñez Feijóo en la comisión de las cajas

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se ha reafirmado en que la fusión de Caixa Galicia y Caixanova era "la mejor solución" y ha advertido de que no fue "la causa del problema", sino "la consecuencia" de la "mala" gestión de los exdirectivos de las antiguas cajas y de la "pésima" supervisión del Banco de España, en los que ha focalizado la responsabilidad, así como en los cambios normativos del anterior Gobierno socialista.

De hecho, ha sugerido que los exgestores de las cajas, con "excesiva ambición", así como los antiguos reguladores —en alusión al Gobierno de Zapatero y al Banco de España— son los que deberían "pedir perdón" a los gallegos por lo ocurrido en el sector financiero, con prácticas como las indemnizaciones millonarias y la comercialización de participaciones preferentes.

"Deben pedir perdón aquellos que mintieron a los gallegos que les otorgaron su confianza, que mantuvieron un modelo de negocio que no era sostenible y los que quisieron reordenar el sector de acuerdo con intereses personales", ha proclamado, antes de admitir la gravedad de la comercialización de preferentes, aunque ha exculpado de responsabilidad al Gobierno gallego, tanto al actual como al bipartito.

En la última jornada de comparecencias de la comisión de cajas, el presidente gallego se ha sometido a las preguntas de los grupos durante casi tres horas y ha reafirmado su apoyo a la unión de Caixa Galicia y Caixanova. A modo de argumento, ha esgrimido los distintos informes "técnicos" a disposición del órgano parlamentario, pero, en primer término, la "notificación" del sí del Banco de España.

Con la notificación en la mano, ha proclamado que dicha aceptación ratificaba que el proyecto tenía "viabilidad" y que había posibilidades de "solvencia, rentabilidad y liquidez". "Quien trunca el proyecto, pocos días después, es el cambio normativo sin precedentes de elevar las exigencias de capital a las entidades", ha lamentado, en alusión al decreto de 2011 que pasó a exigir un capital básico del 10% para las cajas y del 8% para los bancos.

"Hablar no tiene cancelas, pero los datos son los datos", ha esgrimido el presidente, quien se ha reafirmado, mientras mostraba en la comisión un mapa comparativo con todas las entidades desaparecidas en España, en que gracias a la fusión que derivó en Novacaixagalicia, posteriormente bancarizada, Galicia tiene hoy una entidad vinculada con el territorio y "una opción de futuro".

"¿Existe la posibilidad de un banco con domicilio social en Galicia? La respuesta es sí", ha proclamado Feijóo, a quien los grupos de la oposición, además de acusarle de "echar balones fuera", preguntaron varias veces si intervendrá para impedir la "venta" de Novagalicia Banco y que se "considere sistémica igual que Bankia".

Por su parte, Feijóo ha llamado a trabajar desde la unidad y ha instado a la comisión a realizar un diagnóstico correcto y dejar de lado discusiones "estériles". Asimismo, ha asegurado que todos los grupos que conforman el arco parlamentario del Pazo do Hórreo podrán contar con él para trabajar por un banco vinculado con Galicia y para resolver el problema de las preferentes.

"presiones" y plan contra las cajas gallegas

Antes de hacer una encendida defensa de la fusión, el presidente ha rememorado que cuando tomó las riendas del Gobierno gallego en 2009, pudo constatar que "ninguna" de las cajas gallegas podía seguir "sola" y ha explicado que así se lo trasmitió a la Xunta el Banco de España.

Ha indicado también que el supervisor les dijo entonces que "ya" había comunicado esta cuestión al bipartito, pero que sus responsables no le proporcionaron "ni un solo papel" en el traspaso de poderes. Asimismo, ha incidido en que el regulador, con Miguel Ángel Fernández Ordóñez al frente, le transmitió que sólo había dos alternativas para las cajas gallegas: "fusión o intervención".

"No sé si la información que nos dio el Banco de España era exactamente así, pero sí es cierto que el bipartito olvidó cualquier tipo de información en el traspaso", ha esgrimido, en un discurso en el que también ha expuesto las "dificultades" en las que se encontraban las cajas y que le han servido para endurecer su discurso contra los antiguos gestores y cargar contra la "falta de transparencia" de los órganos de gobierno.

Al respecto, al igual que otros comparecientes que han pasado por la comisión antes que él, ha identificado como factores determinantes que abocaron a la fusión a las cajas gallegas la excesiva expansión fuera de Galicia, la "elevada morosidad", el aumento "desproporcionado" del crédito y la "fuerte dependencia" de los mercados mayoristas, que ha vinculado con la gestión y la supervisión.

Constatados estos problemas, ha denunciado que el Gobierno central tenía "un plan" para integrar las cajas gallegas en entidades foráneas y que recibió "presiones" contra la unión interna. "Combatimos presiones que recibimos por parte del Gobierno y del Banco de España, presiones de todo tipo y en todo momento", ha esgrimido.

Así las cosas, ha llegado a la "conclusión" de que el regulador hizo "más política que el control y la supervisión" que le correspondía.

Preferentes e indemnizaciones

Al tiempo, ha reafirmado su compromiso con los afectados por las preferentes y ha remarcado que la Xunta pide al banco que amplíe el arbitraje, cuyos logros ha reivindicado una vez más. "A principios de agosto, dos tercios de los que solicitaron el arbitraje podrán recuperar el dinero", ha ejemplificado.

Sobre las indemnizaciones millonarias de los exdirectivos, "reprobables" desde un punto de vista "ético" y "discutibles" desde su componente jurídica, ha señalado que es un asunto judicializado y que la Xunta "no podía hacer nada" al respecto.

Con todo, ha insistido en que pidió su devolución y ha coincidido con lo que manifestaron previamente en la comisión exdirigentes de la obra social de las cajas, en referencia a que si la justicia dictamina la devolución de parte o la totalidad de las compensaciones, esa cuantía debería reintegrarse en el patrimonio de la caja para destinarla a la supervivencia de los fines sociales.

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