Viajes

Diez pistas para conocer Bilbao, la ciudad reinventada

Una vista general de la ciudad de Bilbao.
WIKIMEDIA/Javidlf

Sí, Bilbao es otra. Bilbao ha renacido; Bilbao se ha reinventado; Bilbao es nueva y es vieja. Tanto es así, que la ciudad vasca es ejemplo en el mundo de cómo una ciudad puede lavarse la cara sin perder el corazón. Si hasta su caso se estudia en las universidades… y no, eso no es una bilbainada.

En esta ciudad que, ahora sí, se mira al espejo y sonríe se pueden hacer muchas cosas y descubrir muchas maravillas. Estas son solo algunas pocas.

El símbolo del nuevo Bilbao

En la parte norte de la ría encontramos el Museo Guggenheim. Dentro del atrevido edificio proyectado por Frank Gehry, el Guggenheim reúne una colección de arte moderno y contemporáneo para el conocimiento y disfrute de todos. Está la colección, las exposiciones temporales y el edificio en sí mismo. Y en el exterior, Puppy, un perro de doce metros de altura recubierto de flores.

Un rastro en el Casco Viejo

A no muchos metros del teatro Arriaga está la Plaza Nueva, epicentro del Casco Viejo o las Siete Calles, como también se le conoce. De forma cuadrada y con soportales arqueados, los domingos tiene lugar allí un interesante mercado donde podremos encontrar todo tipo de objetos antiguos. Es algo así como un rastro de antigüedades, pero no muy caras.

Por el puente blanco

Bordeando la ría del Nervión por el paseo de Uribitarte, encontramos el Zubizuri. Es un puente de color blanco, marca inconfundible de su arquitecto, Santiago Calatrava. De hecho, es más conocido, popularmente, como Puente de Calatrava.

De 'poteo', o sea, de vinos

Ir de poteo es lo típico aquí, es decir, ir de bar en bar por las Siete Calles tomando un chiquito de vino en cada uno. En la Plaza Nueva, (Gure Toki o Zuga), por la calle Santa María (Gatz o Irrintzi) y por sus alrededores. Mejor perderse y probar.

La iglesia del escudo

La iglesia de San Antón es tan importante que aparece en el escudo del Athletic de Bilbao. Se construyó cuando la ciudad se encontraba aún amurallada a principios del siglo XV. Su mezcla de estilos le da un aire característico, siendo un monumento principalmente gótico, pero con un pórtico de aires renacentistas y un campanario barroco.

Para ir con niños

Los más pequeños son bien recibidos en el Museo Guggenheim, donde programan todo tipo de actividades para familias, desde visitas guiadas gratuitas hasta talleres y juegos infantiles. Una buena manera de acercar el arte a los niños de forma lúdica y nada aburrida.

El metro, otro símbolo

Otro de los símbolos de la nueva era de la ciudad se encuentra bajo tierra. En alguno de nuestros desplazamientos por Bilbao debemos coger el metro, merece la pena. La red de metro fue proyectada por el famosísimo arquitecto Norman Foster.

Una buena despensa

Al lado de la iglesia de San Antón se encuentra el Mercado de la Ribera, un enorme mercado como los de antes, con su encanto de principios del siglo XX. Allí se venden productos típicos hechos en los mismos caseríos vascos y todo tipo de alimentos frescos. Este mercado tiene tanta variedad donde elegir que fue incluido en el libro Guinness de los récords como el mercado municipal más completo del mundo.

Para jinetes y amazonas

A menos de 20 kilómetros de Bilbao podremos disfrutar del Club Hípico de la localidad de Mungia. Un paseo a caballo por tierras vascas es un plan genial para hacer al aire libre.

Iglesia rockera

La sala Bilbo Rock ocupa una antigua iglesia recuperada como sala de conciertos. Ofrece una completa programación de música y cualquier otro acto cultural.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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