Al parecer, desde hace cuatro años, no se cumplen los horarios previstos para la clase de religión y se obstaculiza la libre elección de esta asignatura por parte de los padres.
Así, indicó que los padres acuden a solicitar el impreso de matriculación en esta asignatura, pero los alumnos son matriculados en otra distinta por orden de la dirección.
"Aquellos afortunados que consiguen incluir a sus hijos en la clase de Religión verán a sus hijos recibirla en los baños o en la sala de fumadores, que es donde está localizado el departamento didáctico del profesor, y a todo eso se le suma que los horarios son inhumanos e imposibles de cumplir", agrega el Observatorio en un comunicado.
El profesor también denuncia que en su clase no hay persianas, "lo que en verano hace insoportable dar clase".
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