10 claves sobre la detención de María Estela Martínez de Perón

  • La detención de la viuda de Perón abre una nueva etapa en los juicios contra las violaciones a los DDHH en Argentina.
  • Ya no se investigan sólo los crímenes cometidos por la dictadura.
  • Por primera vez deberán rendir cuentas funcionarios del gobierno constitucional peronista de aquel entonces.
De izquierda a derecha: Isabelita saliendo de la Audiencia Nacional, la viuda con Carlos Ménen y en 1997 (AGENCIAS)
De izquierda a derecha: Isabelita saliendo de la Audiencia Nacional, la viuda con Carlos Ménen y en 1997 (AGENCIAS)
AGENCIAS
De izquierda a derecha: Isabelita saliendo de la Audiencia Nacional, la viuda con Carlos Ménen y en 1997 (AGENCIAS)

Aunque no es la primera vez que ocurre, los argentinos ven por televisión como un ex presidente de su país es ingresado en prisión.

El arresto de María Estela Martínez de Perón excede el mero hecho judicial, para convertirse en la revisión de toda una época que nunca había sido juzgada oficialmente.

El gobierno de la viuda de Perón (1974 – 1976) fue el prólogo violento a la llegada de una dictadura militar, todavía más sangrienta.

10 claves para entender la detención de María Estela Martínez de Perón

1. Los años tormentosos. Muerte de Perón y ascenso de su mujer a la presidencia

En 1973 y tras 18 años en el exilio, Perón regresa a la Argentina con el visto bueno simultáneo tanto de facciones de derecha como de izquierda. Para no perder el apoyo de ninguno de los grupos Perón impone como vicepresidente a su segunda mujer, María Estela Martínez de Perón (también conocida como Isabelita).

A poco de asumir el cargo, la balanza de Perón de decanta por el ala más conservadora de su partido y rompe relaciones con las facciones de izquierdas.

Algunas de ellas, como Montoneros, son tratadas de "estúpidos e imberbes" por el viejo general y anuncian su paso a la "clandestinidad". (Ver vídeo en el que Perón expulsa a los Montoneros de la Plaza Mayo.)

Menos de un año después, en 1974, Perón muere y María Estela Martinez de Perón se convierte en la primera mujer en asumir la presidencia constitucional de la Argentina.

2. La triple A, prólogo violento para un golpe militar

La muerte de Perón terminó por desequilibrar el esquema de poder y su mujer fue incapaz de controlar la situación. Isabelita se refugia su entorno más cercano, encabezado por José López Rega, entonces ministro de Bienestar Social y uno de los personajes más siniestros de la historia política Argentina.

López Rega, antiguo valet de Perón y conocido como "El Brujo" por sus delirios esotéricos, lideraba desde hacía varios años la Alianza Anticomunista Argentina (Triple AAA), una organización armada que comenzó por ese entonces a cometer todo tipo de atentados contra militantes opositores a la derecha peronista.

3. Los decretos para "aniquilar la subversión"

El pedido de detención de Isabelita llega realizado por el juez de Mendoza, Héctor Acosta. El magistrado investiga la desaparición del joven Héctor Fagetti Gallego, detenido el 25 de febrero de 1976 por fuerzas militares. Tras su detención, nunca más se volvió a ver a Fagetti con vida. También investiga la relación con el secuestro y las torturas recibidas de Jorge Verón, que en ese entonces era además menor de edad.

En rigor, el juez de Mendoza investiga si la desaparición de Fagetti fue una consecuencia directa de tres decretos firmados en 1975 por Isabelita. Estos decretos, tristemente célebres en la Argentina, autorizaban a las Fuerzas Armadas a "aniquilar el accionar de la subversión".

Tras la firma de estos decretos, las Fuerzas Armadas argentinas contaban con el "visto bueno" constitucional para cometer todo tipo de atrocidades en la represión de los opositores.

4. La defensa de "Isabelita" Perón

El abogado de Isabel admitió a varios medios argentinos que esperaban la llegada de una citación judicial.

El letrado aseguró que los decretos firmados durante la administración de Isabel Perón, "no hablaban de aniquilar subversivos, sino de aniquilar el accionar de la subversión" (sic) y que "hubo muchos decretos reglamentarios, que determinaban cómo había que hacer las detenciones y poner a los arrestados a disposición de la Justicia federal".

5. Confusión inicial por otra causas abiertas por el mismo tema

La ex mujer de Perón esperaba la situación judicial, pero no por parte del juez Acosta, sino de otro magistrado llamado Oyarbide. Ocurre que en este momento dos jueces de Argentina se encuentran investigando aquellos años oscuros.

La diferencia es que Acosta no la acusa directamente por crímenes cometidos por la Triple A –hechos que sí se encuentra investigando el juez Norberto Oyarbide– sino por el secuestro y la desaparición de las dos personas mencionadas arriba tras la firma de los decretos en los que se ordenaba a los militares "aniquilar el accionar de la subversión".

6. Otros peronistas “históricos” imputados en la causa

Junto con Isabelita, también están sospechados otros dirigentes históricos del peronismo. Entre ellos, el ex presidente provisional del Senado Italo Luder, que no puede declarar en la causa por padecer una enfermedad degenerativa mental.

Otro imputado, el ex ministro de Economía Antonio Cafiero se presentó en noviembre ante el juez y obtuvo la eximición de prisión.

Carlos Ruckauf, ex ministro de Trabajo del gobierno de Isabel y también imputado es ahora diputado nacional y en caso de no presentarse voluntariamente a declarar, haría falta un complejo proceso de desafuero para obligarlo.

7. Fin al pacto político entre radicales y peronistas de 1983

Algo es seguro: la detención de María Estela Martínez de Perón rompe un viejo pacto político de Argentina cerrado entre el partido peronista y el partido radical durante 1983.

Ocurre en aquellos años de "frágil democracia" y tras la creación de la Conadep (Comisión Nacional de Desaparición de Personas), el entonces presidente radical Raúl Alfonsín habría pactado con el peronismo que las investigaciones sobre los desaparecidos no contemplaran situaciones anteriores a la llegada de la dictadura al poder.

8. Acusaciones políticas cruzadas en la Argentina tras la decisión judicial

Los opositores a Néstor Kirchner, actual primer mandatario de la Argentina por el partido de Perón, aseguran que estos juicios salen a la luz ahora para tapar otros problemas. Y algunos hasta piden que se comiencen a investigar, no sólo los crímenes cometidos por las facciones de derecha, sino también por las de la izquierda radical.

Los infaltables acólitos del presidente aseguran que esto es una muestra de que Kirchner busca crear un "movimiento nuevo, superador al peronismo tradicional" y que para eso es necesario desenterrar los crímenes de aquella época.

El presidente argentino, por su parte, asegura que no intervino ni intervendrá en las decisiones judiciales aunque estas puedan tocar a personajes históricos de su partido.

9. Primeras repercusiones

La familia del desaparecido Héctor Fagetti aseguró que la activación de la causa "tenía que suceder, lo esperamos 31 años". "Quiero creer que en este país se va a hacer lo que corresponda, que se va a tomar con seriedad y va a actuar la Justicia", sostuvo Elsa Sosa, esposa del desaparecido en diálogo con medios argentinos.

"Me alegra la detención de Isabel porque era la responsable mayor del gobierno de entonces, pero también me da rabia que algunos todavía no pueden ser juzgados como Ruckauf (también implicado en la causa) porque se pueden amparar en sus fueros", afirmó al matutino argentino Página 12 Taty Almeida, dirigente de Madres de Plaza de Mayo.

10. ¿Qué podría pasar en los próximos días? Ante el juez Del Olmo, María Estela Martinez de Perón declaró su negativa a ser entregada a la Argentina. Se inicia ahora un proceso formal de extradición que podría dilatarse varios meses.

Si es extraditada, la viuda de Perón llegará a la Argentina en condición de detenida y será indagada por Acosta, que deberá definir su situación procesal.

El quid de la cuestión está en determinar si los crímenes que se le imputan son de lesa humanidad o no. Según ha trascendido, el juez considera que se trata de violaciones gravísimas a los derechos humanos, por lo que los delitos no preescriben aunque hayan ocurrido hace más de 30 años, en la época más convulsa de la Argentina contemporánea.

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