'Mujeres en la Ciencia' beca a cinco científicas para que sigan investigando en España en 2014

  • Cinco destacadas científicas españolas reciben las becas L'Oréal–UNESCO 2013.
  • La beca de 15.000 euros significa para ellas continuar investigando el año que viene.
  • Tratatamientos contra la diabetes, la obesidad o los tumores cerebrales infantiles, entre las investigaciones premiadas.
Las científicas españolas que han recibido las Becas L'Oréal–UNESCO 2013.
Las científicas españolas que han recibido las Becas L'Oréal–UNESCO 2013.
Fotos: L'Oréal España
Las científicas españolas que han recibido las Becas L'Oréal–UNESCO 2013.

Las científicas españolas Marta Alonso, Begoña Sot, María Ángeles Tormo, Laura Herrero y Reyes Benlloch son mujeres excepcionales que llevan años trabajando para que el mundo avance.

Desde este jueves además son las beneficiarias de las Bolsas de Investigación L'Oréal-UNESCO 2013, unas becas de 15.000 euros que se otorgan a destacadas científicas españolas desde el año 2006, y que buscan visibilizar, reconocer e impulsar la labor femenina en la ciencia.

Para estas cinco becadas, elegidas por un Comité Científico entre más de 300 candidatas, recibir la beca significa que sus carreras no se paren, que podrán continuar sus investigaciones en diferentes laboratorios españoles a lo largo del próximo año, en un contexto crítico para la superviviencia del sector en España a consecuencia de los recortes en inversión.

Para las científicas en particular, la realidad arroja cifras como que sólo el 12% de los puestos de toma de decisión en el ámbito de la ciencia en universidades y sectores privados de las economías mundiales basadas en el crecimiento están en manos de mujeres.

En España, las estudiantes universitarias son mayoría en las ramas científicas (el 53%), especialmente en medicina donde representan a tres de cada cuatro estudiantes, una de las tasas más elevadas de Europa. Sin embargo, a medida que avanzan en su carrera profesional disminuye la presencia de mujeres. Según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ellas no llegan ni al 35% del total de su personal científico investigador, frente al 65% de los hombres.

El Programa Por las Mujeres en la Ciencia, que este año celebra su octava edición en España, también aspira a despertar vocaciones científicas entre niñas y jóvenes, presentando a las cinco investigadoras premiadas con modelos a seguir, referentes que le dan a la ciencia un rostro femenino muchas veces invisible en las altas esferas.

Laura Herrero: "Conciliar es nuestro mayor reto"

Laura Herrero Rodríguez (36 años) es licenciada en Química por la Universidad de Barcelona, donde se doctoró en Bioquímica y Biología Molecular. Ver a su abuela y a su padre cuidándose frente a una diabetes tipo 2 despertó su vocación en la niñez y siempre tuvo claro que "quería contribuir a encontrar una cura contra la enfermedad". Su proyecto abrirá nuevas vías de terapia para eliminar el exceso de grasa que se encuentra en la obesidad, mejorando así la diabetes asociada.

Su sueño de encontrar cura a la diabetes es parejo a su deseo de conciliar profesión y familia, "un reto muy difícil" asegura. Madre de un niño de tres años y embarazada del segundo, la doctora explica que dedicar a la investigación como forma de vida no deja mucho tiempo para nada más. "La ciencia es 24 horas y tanto mi marido como yo somos científicos, así que estamos los dos' a full'".

Además, la maternidad coincide con "un momento profesional clave para nuestra estabilidad en el futuro, por eso hay un cuello de botella, porque a los treinta y pocos tienes que elegir entre tirar a los niños o tomar un cargo de responsabilidad, y ahí se pierden muchas mujeres... por eso todavía no hay paridad en los puestos de decisión científicos", explica.

Aunque crítica, es positiva frente a los recortes: "Yo creo que las buenas ideas saldrán adelante aunque la falta de inversión lo ponga todo más difícil". Irse al extranjero, que antes era sólo una opción, "hoy se ha vuelto una obligación para muchos compañeros que no volverán". Laura cree que la sociedad no es consciente de la importancia de la investigación. "Especialmente, en crisis, te das cuenta de que si hubiéramos invertido ciencia en lugar de en ladrillo hoy no estaríamos tan mal".

Begoña Sot: "Los altos cargos en ciencia aún son hombres"

Begoña Sot (38 años) es licenciada y doctora en Bioquímica. Trabaja como investigadora Ramón y Cajal en la Fundación IMDEA-Nanociencia. Su proyecto de investigación estudiar cómo la proteína CCT, que se encuentra de forma natural en nuestras células, es capaz de evitar la formación de fibras amiloides, implicadas en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el parkinson.

Le llegó la vocación "gracias a tener buenos profesores de ciencias cuando era joven" y se muestra convencida de que se debe enseñar ciencia desde muy temprana edad de forma práctica para que los jóvenes no piensen que "la ciencia es una cosa que hace la gente con bata, sino que está en su día a día. Deberíamos ser capaces de contarle mejor a la sociedad qué hacemos los científicos".

Otro reto de la ciencia para ella es la paridad. "Los altos cargos todavía son hombres. A las mujeres nos preocupan otras cosas más allá de competir en el trabajo, tenemos otras prioridades, y en un mundo tan competitivo ésto nos cierra puertas sin que nos demos cuenta. En parte yo no tengo fmailiar por eso, si trabajas doce horas en un laboratorio es muy difícil tener hijos".

Define la situación del sector de difícil y precaria. Begoña es tajante: "Es imposible avanzar en investigación científica en un contexto de recortes". Sin dinero se para, necesitas inversión. "Si nos tiramos muchos años así la ciencia en España se va a atrasar diez o veinte años", lamenta. Para ella los 15.000 euros de beca son su única financiación para el año que viene: "De lo contrario 2014 se me quedaría en blanco".

María Ángeles Tormo: "Sin ayuda familiar no podría dedicarme a la ciencia"

María Ángeles Tormo (38 años) es licenciada en Farmacia e investigadora del Centro de Investigación y Tecnología Animal del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias. Su proyecto de investigación se basa en una bacteria que produce importantes infecciones en humanos y animales. Su meta es aportar nuevo conocimiento que permita encontrar remedios para determinadas enfermedades. En 2014, podrá investigar seis meses en un centro público gracias a esta beca.

Le cuesta ser optimista al hablar de la situación de la investigación científica actual. "La mayoría de los que pueden irse se van por los recortes y por las facilidades que les ponen fuera en cuanto a proyectos y financiación. Con los años, esto tendrá unas consecuencias de las que la sociedad no es consciente todavía porque esa gente no va a volver. En España hemos dedicado tiempo y dinero a formar gente muy valiosa que la parte más provechosa de su trabajo se la va a entregar a otros países".

Ella misma pensó hace un año en la posibilidad de hacer las maletas, pero recibió una oportunidad para incorporarse como investigadora Ramón y Cajal en el Insituto la Fe de Valencia en 2014 y esto la salvó de la emigración. "Fuera sé que ganaría infinitamente más pero me quiero quedar, entre otras cosas porque la ayuda de mis padres es clave, sin el apoyo de mi familia, sin tenerlos cerca, no podría dedicarme a la ciencia porque requiere muchas horas, y eso no lo tendría en el extranjero".

Madre de dos niños, María Ángeles asegura que con ellos sus prioridades cambiaron y que la conciliación es un logro diario gracias al apoyo de su marido y los abuelos. "He dedicado muchos años a la investigación a costar de robarle horas a mi familia, a veces con sensación de culpabilidad por no haber estado lo suficiente con mi marido y mis hijos".

Su sueño último sería poder seguir trabajando en ciencia. Asegura sentir miedo constantemente ante la inseguridad laboral: "Nadie, ni siquiera publicar equis papers al año, te garantiza la estabilidad. Ahora he conseguido cinco años de paz mental, de no tener que plantearme qué va a pasar conmigo a medio plazo, pero si no me hubieran dado el Ramón y Cajal me habría ido fuera".

Reyes Benlloch: "La ciencia está al borde del abismo"

Reyes Benlloch (36 años) es licenciada en Ciencias Biológicas y doctora en Biotecnología. Su proyecto estudia cómo se desarrollan las plantas, por qué crecen, cómo crecen y cómo se aclimatan.

Así, investiga sobre su capacidad de adaptación al medio y su funcionamiento, el cual se producen mediante un mecanismo conocido como reloj circadiano. Si éste está adecuado al medio las plantas pueden crecer mejor y son más productivas. "Esto sentará los pilares para futuras aplicaciones biotecnológicas que pueden llegar a solucionar problemas energéticos o alimentarios a escala global", explica.

Reyes insiste al igual que sus compañeras en la idea de la paridad. "Ésta es una profesión muy absorbente para ambos sexos, pero se le exige mucho más a una científica a nivel de resultados, se le exige que demuestre que es válida y que la investigación que hace es importante y robusta, esa exigencia extra hace que no lleguemos a los puestos de responsabilidad tanto como los hombres".

Es la más exigente con respecto a los recortes. "Estamos intentando no perder entusiamo y trabajar a fondo con los pocos recursos que tenemos ahora, pero la ciencia está al borde del abismo. Si no hay un cambio de tendencia en 2014 hacia la inversión en lugar de hacia el recorte corremos el riesgo de perder una generación entera de científicos; esta generación nuestra que necesita consolidarse no encuentra su espacio ni el método para hacer investigación de calidad".

No olvida la autocrítica: "Seguramente nosotros no hemos hecho suficiente hincapié en explicarle a la sociedad por qué la ciencia es tan importe, y cómo repercuten nuestros trabajos en la vida diaria de los ciudadanos".

Marta Alonso Roldán: "Hay cantidad de trabajo por hacer"

Marta Alonso (38 años) es licenciada en Ciencias Biológicas y doctora en Ciencias de la Salud. Trabaja en el Centro de Investigación Médica Aplicada en la Clínica Universidad de Navarra, donde lidera su propio equipo de investigación. 

La beca le llega en un momento económico muy duro: "Es una inyección de optimismo y de motivación, una palmadita en la espalda que reconoce tu trabajo y te dice que vas por el buen camino".

El objetivo de su proyecto de investigación es el desarrollo de nuevas terapias para tumores cerebrales infantiles. Con este fin su equipo investiga un virus inteligente capaz de disntinguir las células tumorales de las células normales. Marta se decantó por esta rama porque los tumores cerebrales infantiles de alto grado son los que más muertes producen dentro de este grupo de población. Ella investiga para encontrar nuevos tratamientos.

La leucemia es el tumor más abundante, pero la mayoría ya se curan; después viene el tumor cerebral en su mayoría sin cura, y a los enfermos que se curan siempre les quedan secuelas de por vida debido a la radiación a edades tan tempranas cuando aún no se han desarrollado.

"En España no hay mucha gente investigando en este tipo de tumores, auque en los últimos dos años es verdad que está habiendo un boom en la investigación de la genética de los tumores cerebrales infantiles".

Marta que ha recibido varios premios a lo largo de su carrera asegura que la situación de la investigación científica es España es crítica. "Con los recortes se puede avanzar pero con dificultad, dejando de hacer muchas cosas, se agudiza el ingenio, no queda alternativa".

Madre de tres hijos, asegura que se puede conciliar, pero haciendo un sacrificio personal muy grande, porque aunque la ciencia merece la pena es un trabajo muy duro. "A las mujeres hoy se nos pide que seamos supermujeres, pero no podemos hacerlo todo al 100%. Yo sólo vivo para el trabajo y mi familia,  no tengo tiempo para otra cosa, no tengo tiempo para mí y mi vida social es practicamente nula. Son contadas las ocasiones en las que quedo a tomar un café".

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