Madrid pierde más de 7.000 hogares jóvenes en un solo año a causa del paro y la precarización

  • El número de hogares compuestos por personas de entre 16 y 29 años se ha reducido un 5,61% entre el primer semestre de 2012 y el mismo periodo de 2013.
  • El Consejo de la Juventud lo atribuye al paro juvenil y a la precarización laboral.
  • Adolfo: "Es muy duro volver con tus padres a los 28 años".
Adolfo Moreno, madrileño de 28 años, tuvo que regresar a casa de sus padres después de perder su empleo, lo que le impedía pagar el alquiler de su piso.
Adolfo Moreno, madrileño de 28 años, tuvo que regresar a casa de sus padres después de perder su empleo, lo que le impedía pagar el alquiler de su piso.
JORGE PARÍS
Adolfo Moreno, madrileño de 28 años, tuvo que regresar a casa de sus padres después de perder su empleo, lo que le impedía pagar el alquiler de su piso.

De vivir solo a compartir piso y, de ahí, a casa de los padres. Este es el recorrido que han seguido miles de jóvenes en la Comunidad en el último año.

Según los datos oficiales recopilados por el Consejo de la Juventud de España, el número de hogares compuestos por personas con edades entre 16 y 29 años comprendidas cayó un 5,61% entre el primer semestre de 2012 y el mismo período de 2013, pasando de 130.191 a 122.888, es decir, una pérdida de 7.303. La caída no ha sido mayor debido al incremento de las ofertas para compartir piso como último recurso. Según los portales Fotocasa e Idealista, esta práctica se había incrementado un 51% al cierre de 2012.

En paralelo, 12.789 madrileños de edas comprendidas en esa franja dejaron de estar emancipados en el mismo periodo.  El descenso es del 5,15%, de 248.337 a 235.548 personas.

Más paro y peores empleos

El Consejo de la Juventud atribuye esta situación al desempleo juvenil, que en la Comunidad de Madrid alcanza al 18,8% de la población menor de 30 años, y a la precarización del empleo, traducida en peores sueldos, contratos temporales o jornadas reducidas.

La subocupación (trabajar menos horas de las que se desea o de las que se está disponible) entre las personas jóvenes ocupadas de menos de 30 años en la Comunidad de Madrid ha sufrido un incremento anual. En el segundo trimestre de 2012, el 18,5% de las personas de 16 a 29 años con trabajo estaban subocupadas. En la actualidad lo está el 26,1% (99.576 asalariados).

En 2012, Madrid estaba por debajo de la tasa de subocupación media en España, con un 18,5% de los empleados jóvenes frente al 26,1%. Este año, y a pesar de mantener un baremo mejor, ha registrado la mayor subida nacional, llegando al 21% de subocupados.

A pesar de ello, Madrid tiene la tasa de emancipación juvenil más alta de España. Ello se debe, según el Consejo, a que los veinteañeros de la región siguen teniendo un poder adquisitivo mayor que el del resto de autonomías pese a que el mercado de vivienda libre en compra o alquiler de Madrid es de los más restrictivos de España por sus elevados precios.

Joffre López, sociólogo y autor del estudio, destaca que, aunque Madrid se ha comportado mejor hasta el momento, el empleo que se crea no es el deseable: "Es estupendo que se creen puestos, pero un trabajo por horas o en peores condiciones salariales no facilita la emancipación, sino todo lo contrario". "Cuesta mucho recuperar cada hogar joven perdido, porque uno no encuentra trabajo y se lanza inmediatamente a independizarse otra vez", critica.

En 2012, un informe elaborado por la Fundación contra la Drogadicción (FAD) y por Obra Social Caja Madrid ya alertaba de que, además del paro y de la precariedad laboral, factores como el precio de la vivienda, la falta de ayudas públicas o la cultura "familista" de la sociedad española perjudican la emancipación.

"Casi todo el mundo quiere irse de casa, pero no hay política de vivienda joven, los pisos de protección pública tienen unos precios igual o más altos que los de precio libre y la renta básica de emancipación se ha eliminado, por no hablar de la dificultad de contratar una hipoteca. Así no hay manera", remacha López.

"Tuve que renunciar a mi intimidad"

"La primera vez que le pedí dinero a mis padres porque no me llegaba para pagar el alquiler pensé que era algo temporal. La segunda vez ya me di cuenta de que no podía seguir en el piso. Eso me mató", cuanta Adolfo, que tuvo dejar en 2012 su casa, un inmueble de protección pública arrendado con opción a compra en Móstoles. Por él pagaba 620 euros al mes.

"Es muy duro volver con tus padres a los 28 años, un palo gordo. Tenía mi casa amueblada y todo. Tuve que renunciar a mi intimidad y a parte de mi independencia porque me quedé sin trabajo. Y aún me siento afortunado porque mis padres viven cerca. Si estuvieran fuera, tendría que volverme a mi provincia, como les pasa a muchos", zanja.

A pesar de todo, está ilusionado. En mayo encontró un trabajo relacionado con las ventas y el marketing y piensa trasladarse a un piso, esta vez, compartido con varios amigos: "Tengo muchas ganas de retomar mi vida. Menos mal que no tenía una hipoteca".

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