Viajes

Espetos, tapas y vinos o cómo comer bien en Málaga

Sardinas ensartadas en un palo y adadas en las playas de Málaga.
FLICKR/teclasorg

En Málaga, la Semana Santa es un momento fundamental del año. Además de a propios, su celebración también atrae a extraños. Aunque en eso Málaga y su costa juegan con ventaja: llevan décadas dando acogida a turistas venidos de todo el mundo.

Si nos hemos venido a Málaga, ya sea por su Semana Santa, ya por su costa, bueno será conocer qué nos ofrece su gastronomía.

No podemos pasar por esta capital andaluza sin probar los míticos espetos. Es una forma particular de asar las sardinas, pinchadas en palos de seis y colocadas sobre el espeto ardiendo encima de una barca en tierra firme, en la playa por supuesto.

No puede faltar el tapeo. Una ruta clásica puede empezar en la Bodega El Pimpi, parada obligatoria, donde podemos ir pidiendo jamón y queso curado, unas anchoítas, unos buenos boquerones en vinagre, pipirrana con pulpo… Seguimos hasta La Campana, especializado en pescado y mariscos. Y después por el Pasaje Chinitas, en cuya pequeña bodega podemos pedirnos unas buenas gambitas.

El vino tiene en Málaga su templo en la Taberna Antigua Casa de Guardia. Por sus más de 150 años de historia han pasado la mismísima Isabel II, Antonio Gala, Encarnita Polo y el doctor Gregorio Marañón, entre otros personajes. Hay que pedirse un vino de Málaga con marisco, ya sea un moscatel, un pajarete o un Pedro Ximénez. No nos extrañe escuchar a algún malagueño decir: "Málaga tiene dos catedrales, una es la eclesiástica y la otra, la del vino: Antigua Casa de Guardia".

Si aún tenemos ganas de la mejor mesa, podemos volver a El Chinitas. Es un típico entre los típicos, por su arquitectura, por su decoración y por su carta. Indispensable el ajoblanco con pasas de Málaga, o una tortilla de camarones, o una fritura malagueña o, por qué no, un arroz caldoso con bogavante.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

loading...