Viajes

Aranjuez y la comarca de Las Vegas, la fértil huerta de Madrid

El río Tajo a su paso por el Real Sitio de Aranjuez.
WIKIPEDIA/Zarateman

Aranjuez fue residencia de monarcas y coto de caza, pero también ha sido desde siempre fértil tierra de labranza, como casi toda la comarca de Las Vegas. Felipe II hizo de esta villa su lugar predilecto de descanso y disfrutó también de sus preciadísimas hortalizas.

El Picotajo, el Legamarejo, Las Tejeras y La Flamenca son los nombres de algunos de los huertos históricos de Aranjuez. Aquí brotan alcachofas, coles, ciruelas claudias, peras reales, manzanas y un sinfín de bayas y hierbas valoradas por la alta cocina, como la coruja o la verdolaga.

Conocidos por el sobrenombre de pericos, los espárragos de Aranjuez se caracterizan por su frescura y ternura. Su tamaño oscila entre 20 y 40 cm y tienen la yema terminal cerrada y un color verde intenso, motivo por el cual se les confunde con los trigueros. Los espárragos asoman a comienzos de primavera, para convertirse, a mediados de la estación, en las estrellas de las fruterías.

No es recomendable despedirse del Real Sitio sin degustar sus fresas, que fueron introducidas por los Borbones desde Francia. Mejor si para ello llegamos a Aranjuez en el Tren de la Fresa, antiguo servicio desde Madrid que hoy tiene carácter turístico y que funciona de mayo a noviembre.

La fresa pertenece a la especie Fragaria vesca. La temporada idónea para degustar las fresas, que no deben confundirse con los fresones, son los meses de mayo y junio. Hasta los años 70 las fresas eran vendidas directamente por los agricultores de la zona. Hoy, más escasas y buscadas, se sirven en los mejores restaurantes.

Tampoco hay que olvidar los melones de Villaconejos, localidad situada a escasos kilómetros.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

loading...