Las dos principales imputadas por el crimen de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, acudieron varios días durante la semana anterior al día de la tragedia a la misma pastelería, supuestamente con el objetivo de urdir una coartada, según fuentes de la investigación.
María Montserrat G., de 55 años, y su hija, Montserrat Triana M., de 35, fueron a diario al citado establecimiento con las mismas ropas y sobre la hora en la que se cometió el crimen, entre las cinco y la seis de la tarde, donde fueron grabadas por las cámaras de seguridad.
Los investigadores consideran que su intención era hacer creer que eran clientas asiduas de esa pastelería y justificar así su presencia en el lugar si alguien las situaba en la zona y si en algún momento llegaban a ser investigadas por la muerte de Carrasco.
De hecho, en el momento de su detención afirmaron que estaban en la zona para comprar pasteles, aunque no previeron que ese día, lunes, el establecimiento, ubicado en los aledaños de la Plaza de la Inmaculada de León, cerraba por descanso.
Los investigadores consideran que madre e hija pensaban pasar después del crimen por la pastelería con el objetivo de justificar su presencia en la zona ese día. Es muy probable que la calificación de homicidio se torne en asesinato según avancen las diligencias, según fuentes jurídicas consultadas.
La detención fue posible gracias a la colaboración de un policía jubilado que fue testigo del crimen y siguió a las sospechosas. El policía ha sido interrogado este viernes por la juez del caso, que permanece a la espera de recibir los resultados de las pruebas solicitadas con el fin de seguir esclareciendo los hechos.
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