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¿Monarquía o república? El eterno debate con el que el rey Felipe VI tendrá que convivir

Imagen de la manifestación en Madrid a favor del referéndum para elegir entre monarquía y república el día del anuncio de abdicación del rey Juan Carlos I.
JORGE PARÍS

Desde el primer momento en que don Juan Carlos anunció su abdicación en su hijo Felipe, el debate entre monarquía y república saltó a la primera plana política y social. Por un lado, miles de personas se echaron a la calle el mismo día del anuncio reclamando un referéndum, mientras que algunas formaciones políticas comenzaban a posicionarse a favor o en contra del modelo actual: una monarquía parlamentaria.

Se trata de un debate inevitable con el que Felipe VI tendrá que convivir, pero no es un debate nuevo: "El debate monarquía o república ha resurgido ahora, pero siempre ha estado ahí, en un sistema democrático es lógico y normal", apunta el profesor en Derecho Constitucional de la de la Universidad a Distancia de Madrid Juan Manuel Herreros. En la actualidad, prosigue Herreros, "el origen está en la abdicación del rey y la proclamación del sucesor. Es el momento oportuno para que resurja el debate", comenta.

Por su parte, Julia Sevilla, también profesora de Derecho Constitucional, decía recientemente en una entrevista a 20minutos que "decidir la forma de Estado se debe poder hacer en cualquier momento sin necesidad de 'aprovechar' una circunstancia prevista en la Constitución".

La monarquía: en la Transición y ahora

La muerte de Franco vino acompañada de una restauración de la monarquía. El rey Juan Carlos I ya era el jefe de Estado antes de que se celebrasen las primeras elecciones democráticas en junio de 1977, que ganó UCD. Anterior a esos comicios es la Ley para la Reforma Política, un texto aprobado por las cortes franquistas y ratificado en un referéndum popular. La pregunta entonces fue: "¿Aprueba el Proyecto de Ley para la Reforma Política?".

Esta ley otorgaba al Congreso la iniciativa de crear una Comisión Constitucional con el encargo de redactar un proyecto de Carta Magna, aprobado primero en las Cortes y ratificado posteriormente en referéndum el 6 de diciembre de 1978 bajo la pregunta: "¿Aprueba el proyecto de Constitución?". Esta consulta "fue un acto de liquidación de las Leyes Fundamentales, pero no de legitimación de la monarquía", escribía la semana pasada en un artículo en El País el profesor de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo.

"El pueblo no votó una monarquía parlamentaria, venía como forma de gobierno en la Constitución que se sometió a referéndum, explica por su parte a 20minutos Juan Manuel Herreros.

No obstante, la monarquía que se apuntaló entonces para encaminar a España en el proceso de transición democrática ha ido perdiendo paulatinamente la confianza otorgada en su momento por la población, como así lo demostraron las últimas encuestas que el CIS realizó sobre esta institución: desde 2011, los ciudadanos le han dado un 4,89, un 3,68 y un 3,72. La cacería del rey en Botsuana, así como las imputaciones de Urdangarin y la infanta Cristina en el 'caso Nóos' son tres puntos negros importantes que motivaron la decadencia del reinado de Juan Carlos I.

"La monarquía y el rey Juan Carlos fueron aceptados en un momento histórico complejísimo del estado español; sin embargo, (...) hubiera sido este un buen momento para valorar el respaldo, apego, consideración del pueblo español de la monarquía", opinó hace poco a eldiario.es Argelia Queralt, doctora en Derecho y profesora lectora de Derecho Constitucional en la Universitat de Barcelona.

Más contundente se mostró el exmagistrado de Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín: "Este país no puede asentarse políticamente sobre las imposiciones de los herederos de los vencedores de la guerra civil", dijo en una entrevista a 20minutos.

A favor de un proceso constituyente

Por este motivo, desde hace dos semanas numerosas voces se han alzado a favor de que se abra un proceso constituyente y un referéndum sobre el modelo de Estado español. Un claro ejemplo es la denominada Declaración del Ateneo, un texto firmado por varias formaciones políticas (entre ellas IU, Equo y Compromís) en el que se exige que el pueblo "hable y decida, a través de un referéndum, si quiere monarquía o república" y apuestan por abrir un proceso constituyente donde todas las instituciones puedan ser elegidas por la ciudadanía. "El 70% de la población de este país no tenía edad de votar cuando en 1978 se aprobó la actual Constitución", remarca el manifiesto.

Pese a ser un debate en el que actualmente los dos principales partidos, PP y PSOE, no quieren entrar al trapo, una encuesta reciente realizada por Metroscopia y publicada en El País mostraba que aunque un 49% de los ciudadanos apoyaría una monarquía con Felipe VI como rey, hasta un 62% cree que debería convocarse en algún momento un referéndum para que los españoles elijan si prefieren que España siga siendo una monarquía o no.

Sin embargo, lo que todavía no han concretado los partidarios de la república es qué modelo (presidencialista como EE UU, semipresidencial como Francia o una república parlamentaria como Alemania) encajaría mejor en el Estado español.

Julio Anguita, excoordinador general de Izquierda Unida y fundador de Frente Cívico, lo explicaba en una reciente entrevista al diario Público: "Lo primero que tienen que hacer el pueblo español y las organizaciones republicanas es empezar a aclararse sobre qué clase de república quieren. (...) Hay que llegar a un acuerdo, a una conjunción; hay que sentarse a hablar de un proyecto republicano concreto para el siglo XXI, y eso todavía no lo veo", opinaba.

En el caso hipotético de que el pueblo españolo eligiera república, "cualquier modelo podría funcionar", opina el experto en derecho constitucional Juan Manuel Herreros, "cualquiera de los modelos de forma de gobierno republicana podría servir, todo dependerá de cómo se articule y del consenso", sentencia.

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