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Anchoa de Santoña, el pequeño manjar de Cantabria

Vista de Santoña, a los pies del monte Buciero.
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Anchoa, bocarte o boquerón del Cantábrico son los diferentes nombres que se le dan a este pescado azul de reducidas dimensiones. Pese a su pequeño tamaño, la anchoa de Santoña es uno de los iconos gastronómicos de Cantabria y de todo el norte, gracias a su excelente relación calidad-precio y a sus propiedades nutritivas.

Aunque se prepara en vinagre (boquerón), rebozado o frito (bocarte), su presentación en salazón y con aceite es la más popular: es la anchoa. Su comercialización fue introducida en Santoña por mercaderes italianos a finales del siglo XIX y desde entonces su consumo ha sido ininterrumpido.

La única excepción ha sido la última década, cuando por las escasas capturas, la Comisión Europea decretó un parón biológico para que los caladeros de anchoa se recuperaran. En 2011 se reanudó la pesca.

Dado el éxito de su anchoa, en Santoña las amplias naves conserveras prolongan la villa hasta llegar al paseo marítimo. En una localidad donde el aire huele a salazón, merece la pena recorrer su paseo marítimo junto a la playa. Al final aparecen las fortificaciones que defendían el acceso a la bahía, como la de San Martín o el fuerte de San Carlos, adosadas a una de las laderas del monte Buciero.

En las afueras espera la espectacular Reserva Natural de las Marismas de Santoña. Se trata de uno de los humedales más importantes del Cantábrico, donde cambia radicalmente el paisaje en función de las mareas. Aquí viven o hacen un alto durante las migraciones casi un centenar de especies de aves diferentes.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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