La memoria alicantina de Edith Piaf
El filme reabre la memoria de René Cerdán, en su restaurante de la plaza de Gabriel Miró. «Edith estuvo locamente enamorada de mi padre y por él escribió sus dos mejores temas, La vie en rose, en plena pasión, y L’hymne à l’amour, tras morir» el boxeador, comenta René.
Edith decía que Marcel «siempre que cogía su coche se lo devolvía con el depósito lleno». Su idilio sólo duró un año y medio porque el púgil murió en un accidente aéreo.
Ella amparó en París a la madre y los tres hijos del boxeador, Marcel, René y Paul: «Siempre nos visitaba en Navidad. Y se enfadaba, porque no le dejábamos cantar: ¡Con lo que pagarían por oírme!»
René conserva discos, fotos, recuerdos de la Piaf: «En casa lo tengo todo». Pero su madre «no quiere oír nada de ella e intenta olvidar». En su bar «no hay ninguna foto suya porque aún le afecta». El montaje de la película no le agrada, pero «por fin pone a mi padre en su sitio».