El freno al nuevo plan urbano de Madrid retrasa bulevares, zonas verdes y polígonos de I+D+i

Ana Botella agotará la legislatura sin poder sacar adelante el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Madrid. La corporación municipal admite que se ha quedado sin tiempo para aprobar el documento que desarrolla el futuro de la ciudad a largo plazo, por lo que el legado de la alcaldesa queda en manos del primer edil que los madrileños elijan en los comicios fijados para mayo de 2015.

La promesa que Gallardón nunca llevó a cabo y que Botella convirtió en eje central de su discurso de toma de posesión —en diciembre de 2011— incluía medidas económicas, sociales y culturales basadas en el reequilibrio humano, la cohesión social y la sostenibilidad. Estas son las propuestas estratégicas que permanecerán en el aire.

Un plan director para revertir la desindustrialización y el envejecimiento que afectan al vértice de 536,12 hectáreas (5.000 viviendas y casi 80.000 habitantes) situado entre a glorieta de Atocha, el puente de Vallecas y el barrio de la Viña, el Parque Forestal de Entrevías, la calle Embajadores y la A-4, el nudo supersur y las glorietas de Legazpi y de Santa María de la Cabeza.

Supondría rehabilitar las zonas residenciales, convertir en equipamientos el cuartel de la Calle de Batalla del Salado y la antigua cárcel de Yeserías (hoy, Centro de Inserción Social Victoria Kent) y la construcción de tres estaciones de Cercanías en Adelfas, la Avenida del Planetario y Abroñigal, cuyo parque de contenedores del puerto logístico se convertiría en un nuevo barrio.

La propuesta incluye reordenar el tráfico, integrar el Parque Tierno Galván en la ciudad y convertir la línea de tren de Santa Catalina en un corredor verde. El Matadero, el Reina Sofía, La Casa Encendida y el Circo Price se potenciarían como contenedores culturales.

Sería el resultado de acondicionar la trasera urbana de casi 1.500 metros cuadrados limitada por el haz de vías de la estación de Atocha, la Avenida Ciudad de Barcelona y la vía de servicio de la M-30 para convertirla en un paseo peatonal.

Una apuesta por la movilidad sostenible consistente en ampliar las aceras y arbolar grandes ejes de comunicación como Príncipe de Vergara, Menéndez Pelayo, el Paseo de las Delicias, la Gran Vía de San Francisco el Grande, Bailén, Bravo Murillo, la calle de Fuencarral o la Ronda de Toledo. Se complementaría con la promoción de la actividad económica vinculada a comercios y terrazas o con la reforma de espacios como la Plaza del Marqués de Salamanca.

El documento pretende convertir Madrid en "la ciudad de los bulevares, los peatones y el transporte público, ciudad paseable", proporcionando acceso y conectividad a los grandes espacios verdes Casa de campo, Parque del Oeste, etc.

El proyecto original de esta cuña verde incluía la rehabilitación de la fachada urbana colindante, que afecta a 390 hectáreas y seis distritos (Centro, Arganzuela, Moncloa–Aravaca, Latina, Carabanchel y Usera); en total, alrededor de 7.700 personas en 30.000 viviendas situadas en 1.800 inmuebles, donde también se localizan unos 3.100 locales de actividad. El Mercado de Frutas y Verduras de Legapiz y el edificio del Centro de Estudios Y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) tomarían nuevos usos al servicio del ciudadano.

Otra de las misiones del PGOU es generar un sistema de espacios libres y zonas verdes continuo que se extienda entre grandes parques, espacios deportivos, los espacios abandonados que estén "naturalizados", la red viaria, las áreas no edificadas o los cementerios.

"El objetivo sería conseguir una red continua para usuarios no motorizados con gran presencia de arbolado. Su recorrido favorecería los desplazamientos peatonales y ciclistas de tipo cotidiano y los de recreo, reduciendo la contaminación y congestión urbana", recoje el texto. La apuesta más representativa sería el enlace entre la cuenca alta del río Manzanares, Madrid Río y el monte del Pardo.

El 'Silicon Valley de Villaverde' nacería de la creación de un enclave industrial dedicado al I+D+i en el campo de la energía termosolar que ocupase toda la zona de Marconi hasta la M-45. Propone implementar un 15% de superficie para uso residencial y otro 15% para uso terciario. Estaría conectado con Abroñigal y se ejecutaría gracias a un plan especial de infraestructuras financiado con incrementos de edificabilidad y cesiones para actividades ecoindustriales. Compensaría la carencia de polos de innovación en la zona sur.

Regeneración de los polígonos tradicionales por el mismo sistema que en Villaverde. Se impulsaría la generación de energía a partir de procesos de reciclaje industrial, tendiendo a la cogeneración y gestión del agua y los residuos. Enlazarían con Abroñigal y Valdemonigómez para que este último se convierta en un punto de producción energética y reciclado de residuos industriales para generar combustible.

La revisión del PGOU lo menciona de forma breve, pero pone el acento en hacer viable una solución social y urbanística al mayor poblado chabolista del sur de Europa en los términos del acuerdo alcanzado entre los Ayuntamientos implicados, incluido el de la capital, y la Comunidad de Madrid, titular del suelo.

El Ayuntamiento se propone alteración los límites de los términos municipales limítrofes "en aquellas áreas consolidadas donde se considere que su integración en uno u otro municipio resolverían los problemas en la prestación de servicios". También pasa por proponer "soluciones innovadoras" en zonas sin desarrollo para potenciar la coordinación territorial.

El documento abre la puerta a imitar el modelo de gestión de La Tabacalera apoyando aquellas iniciativas culturales o empresariales "surgidas de colectivos de población joven, o iniciativas de comunidades de vecinos". Las posibilidades van desde crear centros de trabajo hasta la producción colectiva de energías renovables, pasando por la gestión de los huertos urbanos.

Se establecerían criterios de diseño de fachadas de locales en las zonas comerciales más importantes de la ciudad —permitiendo cierta flexibilidad— para darles entidad propia. Además, se delimitarían los ejes en atención a su interés turístico y/o patrimonial, a imagen de la Chinatown de Londres o el Soho neoyorkino.

Solucionar la degradación de las estructuras peatonales bajo cota mediante la reforma de su imagen e iluminación y la inclusión de criterios de seguridad.