«Amante de la velocidad, en su juventud fue el terror de la carretera», afirma la biografía. «No le dejo el coche, que luego las multas me llegan a mí», decían sus compañeros de partido según los autores del libro, Isabel Durán y José Díaz.
«En esa época (cuando era diputado por Ávila entre 1982-1986) no había viaje en que no le parara la Guardia Civil por exceso de velocidad. Luego, el partido pagaba las sanciones», añaden.
Esta biografía no autorizada, publicada en 2000, recoge una llamada telefónica del jefe de Tráfico de Ávila al director de un concesionario de Volkswagen, Rufino Yuste, para recriminarle que habían llegado más de 30 multas por circular en sentido contrario, saltarse semáforos y sobrepasar los límites de velocidad. El coche al que se referían las multas lo había comprado Aznar, pero seguía a nombre de Rufino.
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