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Caras nuevas, pocos trajes, muchos nervios y un bebé en la sesión constitutiva del Congreso

La diputada de Podemos Carolina Bescansa, con su bebé, en su escaño del Congreso.
EFE

Muchas caras nuevas y jóvenes, pocos trajes, muchos nervios, diputados perdidos en busca del baño o el hemiciclo y un bebé. La sesión constitutiva de las Cortes, las más plurales y fragmentadas de la democracia, ha sido tan intensa como novedosa. No solo por los 218 parlamentarios que lo eran por primera vez; también porque nunca antes había habido un presidente del Congreso, el tercer cargo institucional del Estado, que no perteneciese al grupo mayoritario, un honor que ha recaído en el socialista Patxi López.

"Los diputados tendrían que llevar una pegatina identificativa", decía un periodista a la puerta del hemiciclo. "No hay Dios que los distinga", añadía. De los 350 diputados que conforman el Congreso, 79 son menores de 40 años y 137 son mujeres, casi el 40%, más que nunca antes en nuestra historia democrática. Una de ellas negra, también por primera vez. Mujeres eran también las tres integrantes de la Mesa de edad, dos de ellas de 25 años y la mayor, de 72. Y mujeres son también las cuatro vicepresidentas y dos de las cuatro secretarias de la Mesa, órgano rector de la Cámara.

Aunque lejos de la paridad, un halo femenino ha flotado hoy en el Congreso, reforzado por la referencia de Patxi López a Clara Campoamor, una de las principales impulsoras del sufragio femenino en España, y por el hecho de que Carolina Bescansa, diputada de Podemos, haya llevado a su bebé a la sesión constitutiva del Congreso, votaciones incluidas. El pequeño, de solo cinco meses, solo toma de momento leche materna y Bescansa ha optado por llevarlo con ella para no interrumpir su lactancia y como gesto simbólico para reinvindicar la conciliación familiar y "visibilizar en las instituciones" una realidad social. El objetivo, a su juicio, es que estas tareas dejen de ser un asunto "privado" que "las mujeres tienen que resolver por su cuenta en la invisibilidad" y pasen a tratarse como un asunto político.

Una tormenta de críticas

Lejos de entenderse, ese gesto ha sido duramente criticado por muchos de los diputados y diputadas del resto de partidos, que acusaban a Bescansa de "postureo y pose" y la criticaban por no haber hecho uso del servicio de guardería que tiene el Congreso. "La próxima vez me traigo a mi perrito", decía un parlamentario al terminar el pleno. "Yo me voy que tengo que cuidar de mi padre y de mi nieto y no me los voy a traer aquí", decía otra diputada. La propia Carmen Chacón, diputada del PSC que fue primera ministra de Defensa cuando estaba embarazada, ha afeado la conducta a Bescansa, igual que el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, que lo ha calificado e "lamentable". "Tendrán que acostumbrarse a los cambios", comentó al respecto a 20minutos el diputado Xavier Domènech, el líder y portavoz de En Comú Podem.

Mientras, el bebé, ajeno a la polémica, pasaba de manos del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, a las de su número dos, Íñigo Errejón. Ha tenido, incluso, un voto para presidente de la Mesa del Congreso, el único voto que ha resultado nulo.

En un hemiciclo que ha acostumbrado a mostrar en demasiadas ocasiones sus bancadas casi vacías, en esta ocasión estában llenas a rebosar. Tanto, que en el arranque de la sesión a los diputados de ERC les ha costado encontrar asiento. "Si no hay sitio nos vamos, no pasa nada", ha bromeado el diputado de Esquerra Joan Tarda. El motivo es que los escaños no estaban asignados. Los diputados del PSOE, en cambio, han sido más previsores y acudieron a primera hora de la mañana para reservarle un asiento en primera fila al secretario general, Pedro Sánchez. También desde Podemos hubo quien estuvo temprano para garantizarse un buen lugar.

Otra de las novedades ha sido la fórnula elegida por los diputados de Podemos y sus confluencias, nada ortodoxa ni en forma ni en extensión y que ha introducido en la Cámara, además, las distintas lenguas cooficiales del Estado, algo que no contempla el reglamento. "Prometo acatar la Constitución y trabajar para cambiarla", han señalado. Todos ellos han acabado con la frase: "Nunca más un país sin su gente, nunca más un país sin sus pueblos". Sin duda, un Parlamento nuevo para una nueva era política. Ahora queda lo más difícil: investir un presidente y formar gobierno.

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