Valencia

El MuVIM "vuelve" como museo de ideas con una muestra de 280 piezas sobre la "pletórica" modernidad republicana

La exposición 'Modernidad republicana en Valencia' en el MuVIM
EUROPA PRESS

El Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (MuVIM) reivindica su "vuelta" como museo de las ideas con la primera producción propia de la nueva dirección, encabezada por Rafael Company, la exposición 'La modernidad republicana en Valencia. Innovaciones y pervivencias en el arte figurativo (1928-1942)'. Se trata de una revisión de la "pletórica" efervescencia creativa de la época a través de unas 280 piezas, entre pinturas, esculturas, carteles, publicaciones, documentos y objetos de uso cotidiano.

La selección, que se podrá visitar hasta el próximo 22 de mayo, ha sido presentada este jueves en rueda de prensa por el director del MuVIM, Rafael Company —que se encarga del comisariado de la muestra junto a Amador Griñó—; la vicepresidenta de la Diputación de Valencia, Maria Josep Amigó; el diputado del área de Cultura, Xavier Rius, y la directora del Archivo General y Fotográfico de la corporación provincial, María José Gil.

Company, que ha explicado los pormenores de la exposición muy emocionado, ha señalado que se trata de un proyecto "muchas veces imaginado y soñado, incluso cuando no había perspectiva de que se hiciera realidad". En este sentido, ha recordado que cuando en 2014, con el gobierno anterior, se inauguró una muestra sobre los fondos pictóricos y de dibujo de la Diputación a muchas de las personas que allí trabajaban les "sorprendió" que no se incluyera ninguna obra de la época de la República. "No puedo decir que fuera censura", ha dicho, para añadir que sí se produjo un vacío que se ha querido subsanar "a la primera ocasión".

No obstante, el responsable del centro ha recalcado que la exhibición no tiene "sesgo ideológico" y, de hecho, la producción creativa en la II República y la Guerra Civil está contextualizada con la de los primeros años del franquismo. Además, "no se ha discriminado" a los autores y se han incluido obras de calidad de creadores afines a la dictadura o a la falange.

"Es una exposición que rompe apriorismos. Hubo derecha moderna y hubo izquierda de estética tradicional y hemos rendido homenaje a todos los creadores independientemente de su ideología", ha rematado.

La muestra, que ocupa prácticamente todos los espacios expositivos del centro, propone al espectador un paseo por el momento histórico y artístico desde 1928 y hasta principios de la década de los cuarenta que atraviesa la República, el alzamiento militar, la Guerra Civil —tanto de la perspectiva del drama como de la esperanza—, la derrota republicana y la implantación de la dictadura del general Franco.

Trípticos rojo y azul

El visitante tendrá la oportunidad de contemplar creaciones de "belleza exultante", pese a lo trágico del contexto histórico, de autores clave de la historia del cartel, como Josep Renau —de quien se exhibe algún trabajo inédito—; Artur Bataller y Manuel Monleón. Tres carteles firmados por estos artistas componen lo que se denomina en la muestra el 'Tríptico Rojo'. En ellos, y con una estética de vanguardia, se representa la amenaza del fascismo con serpientes, se anima a los obreros y campesinos a luchar y se emplea la imagen de la mujer valenciana como símbolo político y social.

También hay en este itinerario un 'Tríptico azul', integrado por carteles del bando franquista de la Guerra Civil obra de Teodoro Delgado y Juan Cabanas. Imágenes de flechas, soldados y armas sirven para animar a "la unidad de las tierras de España".

Entre el grupo de pinturas "icónicas" que exhibe esta exposición

—varias de ellas escondidas durante años por autores y familiares para evitar ser perseguidos— destacan 'La piedad' (1937), un dramático lienzo de Alfred Claros y la 'Alegoría de la República Española' (1931) de Teodor Andreu, donde una mujer con las joyas de valenciana y gorro frigio sujeta la bandera tricolor.

La última trinchera

Se ha documentado también, con fotografías de José Aleixandre, la que fue la última línea de trincheras de la Valencia asediada, "nunca utilizada, pero vestigio de la lucha fraticida", ha remarcado.

Los fondos pertenecen a la Diputación de Valencia pero también hay préstamos de otras instituciones valencianas, como el Museo de Bellas Artes San Pío V o la Universitat de Valencia, así como de otras autonomías y de colecciones privadas.

Finalmente, la vicepresidenta provincial, Maria Josep Amigó, ha subrayado —"aunque en estos momentos pueda parecer irónico por la situación en el País Valenciano" que las instituciones deben ser entes "concertados con el bien público", mientras que el diputado Xavier Rius, ha confiado en que la muestra genere "reflexiones y emociones".

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