Nacional

Ciudadanos búlgaros accedieron de forma fraudulenta a diálisis y trasplantes en España

El doctor Rafael Matesanz posa frente al Hospital La Paz.
JORGE PARÍS

La Guardia Civil ha destapado un presunto fraude a la Seguridad Social mediante el cual ciudadanos búlgaros entraban al sistema español para acceder a tratamientos con diálisis y trasplantes renales.

La operación 'Renibus', riñón en latín, ha permitido imputar a 20 personas por dicho fraude, seis de las cuales consiguieron ser trasplantadas de riñón, ocho estaban en lista de espera y las seis restantes están imputadas por facilitar el alta en la seguridad social de los enfermos. En total, el coste del fraude puede ascender a más de un millón y medio de euros, según la Guardia Civil.

En el origen de la investigación se encuentra la denuncia interpuesta por la oficina regional madrileña de la ONT tras detectar una acumulación de personas de nacionalidad búlgara solicitando tratamiento de hemodiálisis por la vía urgente, así como su la entrada en la lista de espera para un trasplante renal.

La Guardia Civil encontró que estos pacientes presentaban a su vez "altas ficticias" de la seguridad social por trabajos por cuenta ajena y en el sistema de autónomos (RETA), que constataban el posible fraude.

El modus operandi, tal y como ha sido descrito por la Guardia Civil este lunes en rueda de prensa, consistía en que las personas eran dadas de alta con contratos falsos por parte de empleadores, alguno de los cuales llegó a cobrar a los enfermos entre 100 y 200 euros, o en el régimen de autónomos, como jardineros, empleados de la construcción o del hogar, unos oficios incompatibles con su estado de salud, según ha informado la Benemérita.

Una vez dados de alta seguridad social solicitaban la tarjeta sanitaria y pedían su ingreso en tratamientos de hemodiálisis y en la lista de espera de trasplantes de riñón. Al fraude económico de sus tratmientos cabe añadir el perjuicio para los pacientes que legalmente ingresan la lista de espera de los trasplantes.

El portavoz de la Guardia Civil ha descartado la existencia de una mafia organizando y lucrándose a costa de estos viajes médicos de Bulgaria a Madrid para conseguir un órgano. Ha vinculado el flujo de ciudadanos del este de Europa al "boca a boca" de los trasplantados que regresaban a su país y, sobre todo, "al prestigio" del sistema de trasplantes español.

La directiva europea de libre circulación excluye expresamente el traslado de europeos a otro país para la realización de trasplantes, para obtener ayudas a la dependencia y para cuidados médicos de larga duración. Matesanz ha reconocido que un tratamiento de hemodiálisis durante un año puede costar 50.000 euros, y otro tanto cada trasplante.

En 2015 España volvió a registrar un récord en donaciones con un aumento del 10% del número de donantes que sumaron 1.851, éxito que también se registró en los trasplantes, que alcanzaron la cifra de 4.769, con 13 intervenciones diarias y más de una cada dos horas.

De estos trasplantes, 2.905 fueron renales, lo que supuso un aumento del 8,5 % respecto a un año antes, 1.162 hepáticos (9 % más), 299 cardíacos (13 %), 294 pulmonares (12 %), 97 de páncreas (20 %) y 12 intestinales (100 %), según el balance de actividad en 2015 de la ONT.

España cuenta con 39,7 donantes por millón de habitantes, una proporción muy por encima de la del resto del mundo que supera en más de 20 puntos a la media de Unión Europea y en más de 13 a la de Estados Unidos.

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