Viajes

Alojamientos 'low cost' para trotar por el mundo estas vacaciones

Darío Rodríguez, usuario de Couchsurfing desde 2008, de viaje en Ginebra (Suiza).
20MINUTOS

Los españoles viajamos cada vez más. Hicimos 175,5 millones de viajes en 2015, un 4,7% más que el año anterior, según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE). Como los periplos, se multiplican también desde hace años quienes rastrean la red en busca de alternativas baratas al tradicional hotel, para viajar con poco presupuesto. Esto es hoy posible gracias a que en la última década el matrimonio entre internet y la crisis financiera ha dado a luz el llamado turismo colaborativo (basado en compartir o intercambiar bienes y servicios para gastar menos), que ha revolucionado nuestra forma de viajar, parece que de manera irreversible.

El lema es compartir, así todos ganamos. La necesidad global de contacto existía, solo faltaba quien crease las plataformas, el canal para organizarnos. La carestía agudiza el ingenio y la tecnología hizo el resto. Gracias a las posibilidades para las relaciones sociales al calor de internet, hoy existen multitud de páginas web que ofrecen posibilidades a los viajeros ahorradores, como nuevos espacios de alquiler temporal que suponen una forma de alojarse poco convencional, pero más auténtica, y lo más importante: asequible. Con las vacaciones de verano casi a la vuelta de la esquina, no pierdas detalle y organiza ya tu próximo viaje.

Intercambio de casas

El mundo del cine nos trasladó en 2006 al universo del home exchange en la cinta The Holiday (Vacaciones), donde Amanda Woods (Cameron Diaz) e Iris (Kate Winslet), ambas atravesando crisis personales, deciden irse de vacaciones intercambiando sus respectivas residencias durante la Navidad. La californiana acaba encontrándose en un acogedor cottage inglés, mientras que la británica cambia la nieve por el sol en una lujosa mansión de Los Ángeles. La película explica con claridad cómo esta forma de alojamiento (que no es exclusiva para familias pero muy popular entre ellas) implica compartir con otra persona todo su mundo y pertenencias: casa, coche, piscina, bicicletas, juguetes, libros, vecinos... Se basa en la confianza y el respeto mutuos ya que ocupas el lugar cotidiano del otro como si fuera el tuyo. El perfil de los usuarios que se decantan por esta opción para ahorrar en sus vacaciones son profesionales liberales y, por lo general, personasl con un nivel de ingresos medio-alto. Hay que pagar una cuota anual para inscribirse en la base de datos. Webs: Intervac, Homelink, Intercambio de Casa, HomeSwap, HomeExchange, Stay4free.com y GuestToGuest.

No visites una ciudad, vívela

Disfrutar de cualquier lugar como un habitante más es la idea. Y mucho ojo, porque barato ha dejado de ser sinónimo de cutre. Un loft en Ámsterdam, un ático en Nueva York, una buhardilla en París, un apartamento con vistas al río en Liubliana, una corrala en Madrid... La fórmula del alquiler temporal de habitaciones, pisos o casas entre particulares (a precios asequibles) ha revolucionado el mercado global del alojamiento. Son los nuevos hoteles peer-to-peer (representaron en 2014 un 25% de la oferta en España) que permiten al viajero sentirse como en casa, una opción mucho más libre, flexible y económica que el hotel. Un portal pone en contacto a quienes tienen un espacio libre con quienes buscan alquilarlo y gana un porcentaje del precio pactado. La aplicación más conocida, AirBnB, que funciona en 191 países y cuenta con 2,25 millones de alojamientos. Si tienes suerte y das con anfitriones amables, además, harán de guía y consejero para que exprimas todos los rincones de la ciudad. Web: AirBnB.

Mi sofá es tu sofá

Perfecto para inopes que socialicen con facilidad. Unos 400.000 sofás del mundo han dado ya cobijo nocturno a cuatro millones de viajeros "surferos del sofá" con ganas de recorrer el globo gastando lo mínimo y, sobre todo, con ansias de hacer amigos. Una noche duermes gratis en el salón del primo de un amigo holandés y dos meses más tarde una checa obsesionada con las tapas se planta en tu casa a pasar el fin de semana. Es la máxima expresión del turismo colaborativo y la confianza humana organizados en una comunidad de usuarios a nivel mundial. Como en casi todas, esta web funciona en base a las buenas referencias de viajeros y anfitriones. El intercambio cultural está asegurado en esta opción de alojamiento, porque quien te recibe no te presta un sofá, sino que te abre a su casa, su vida y sus costumbres.

Darío Rodríguez, ingeniero informático madrileño de 31 años y trotamundos empedernido, es usuario de Couchsurfing desde hace ocho años y describe su experiencia como positiva. Conoció la plataforma en 2008 cuando se fue a vivir al extranjero y asegura que, desde el primer momento, la entendió no sólo como una herramienta para encontrar alojamiento gratuito, sino como "una red social donde la gente espera cierto compromiso".

"Lo he usado en Hamburgo, Bruselas y San Francisco y las tres veces me ha ido bien. No todo el mundo vale para esta experiencia porque a veces tienes que dormir en un colchón en el suelo o en condiciones que no son las de un hotel, pero también creo que lo que consigues es una experiencia distinta en la que hay un compromiso por ambas partes para conocerse. La estancia no se paga con dinero (hay una regla no escrita que consiste en dejar un regalito al huésped) pero se ha de compensar con compromiso, conversación o minimizando el impacto en la vida normal del huésped", cuenta.

El joven insiste en la importancia de ese pacto invisible entre las partes, que implica no sólo el agradecimiento, sino sobre todo el respeto hacia esos desconocidos que te abren su hogar. "Cada vez que eres recibido en una casa, sientes una responsabilidad de ser atento y de recompensar de alguna manera el esfuerzo que hacen por acogerte. Yo he acogido en mi casa a gente de Alemania, Holanda y Francia, en todos los casos con buenos resultados. Cuando estuve en Hamburgo la experiencia fue tan buena que los huéspedes vinieron a visitarme a Copenhague (donde vivo) la semana siguiente. Pude recompensar su hospitalidad haciendo de guía como ellos habían hecho conmigo. Esas cosas no te las da un hotel. En general, Couchsurfing me parece una gran plataforma que se adelantó a otras en la llamada economía colaborativa: como Airbnb, por ejemplo. Aunque no entra en este grupo de forma estricta, ya que aquí no hay pago a intermediarios".

Webs: Couchsurfing, Globalfreeloaders y Hospitalityclub.

Acampar en el jardín

Es la alternativa al camping de toda la vida. La primera comunidad digital para acampar en jardines nació en abril de 2010 en Inglaterra, pero hoy se extiende a muchos países del mundo. Un máximo de dos semanas es el tiempo que esta web inglesa recomienda al viajero pasar en un jardín ajeno, previo pago de alquiler. Es una opción interesante para los viajeros con tienda de campaña que buscan acampar cerca de una ciudad sin campings. En la web los propietarios de los espacios verdes de sus casas detallan las instalaciones del jardín (ducha, barbacoa, si se puede utilizar su lavadora, piscina, etc). El precio ronda los diez euros por noche. Web: Campinmygarden

Cama gratis a cambio de trabajo

Preparar el desayuno en un albergue, dar de comer a un caballo en un establo o pintar la quilla de un velero puede ayudarte a pagar tu estancia sin euros de por medio. La fórmula de ganarse el alojamiento (y a veces incluso las dietas) ayudando unas horas al día (depende del anfitrión) no es nueva, pero sí está ganando adeptos. Este sistema, un pacto amistoso y flexible entre desconocidos, permite viajar barato, conocer la cultura del lugar, relacionarse con otras personas, mejorar el conocimiento del idioma, hacer contactos e incluso ampliar nuestro currículum. Varios portales funcionan como redes globales de voluntariado con ofertas en decenas de países. Workaway tiene una base de datos de familias, personas individuales y organizaciones que buscan voluntarios para que les ayuden en una gran variedad de tareas, el precio por registrarse es de 23 euros por persona. Una opción similar y muy extendida para pagarse las estancias en el extranjero a base de trabajo es WWOOF (World-Wide Opportunities on Organic Farms). Se trata de una red de organizaciones que gestiona el trabajo de voluntarios en granjas ecológicas por todo el mundo. Se paga la fuerza de trabajo en alojamiento, comida y aprendizaje (sobre la mejor forma de gestionar los cultivos ecológicos). La red acoge a muchos países en los cinco continentes. Webs: Helpx, Workaway y Wwoof

Dormir en el tren

Desde los Alpes franceses hasta los bosques alemanes, de los fiordos noruegos a las costas españolas, recorrer Europa sobre raíles se puede realizar gastando muy poco si hacemos algunos de los trayectos por la noche evitando el gasto de hotel. Aunque algunos trenes tienen coche cama (es más caro y se recomienda la reserva anticipada para los trenes nocturnos) si el robusto mochilero se atreve, la opción más económica posible es pernoctar en nuestro asiento. La parte mala es la calidad del sueño, la buena es económica, además de esa sensación mágica de amanecer en una ciudad europea distinta a la que nos vio partir la noche anterior. Al llegar a tu estación de destino, te tocará buscar un baño público para asearte y arrancar el día. Web: Interrail.eu

Hacer noche en el aeropuerto

Solo apto las espaldas valientes, porque dormir se duerme pero descansar sería un verbo muy ambicioso en este caso. La web sleepinginairports.com no es tanto una opción más de alojamiento, sino un portal realmente útil cuando te quedas colgado ante una situación imprevista como una cancelación de vuelo, un retraso, una tormenta de nieve o esos billetes tan baratos pero a horas intempestivas (que te obligan a salir de casa a las tres de la mañana). La web alberga información de aeropuertos en los cinco continentes con una lista que detalla la calidad de sus instalaciones e infraestructuras y especifica qué podemos encontrar en sus salas (baños, sillones, wifi, máquinas de comida y bebida, etc). Además, en ella podrás leer las experiencias de otros viajeros que han dormido en terminales y conocer sus vivencias. Web: Sleepinginairports

loading...