Tecnología

Pablo Soto: "Los gobiernos ven la participación ciudadana y la transparencia como palos en las ruedas, no como oportunidades"

Pablo Soto, concejal de participación ciudadana, transparencia y gobierno abierto de la ciudad de Madrid.
GTRES

La consolidación de la era de internet unida a la proliferación de movimientos ciudadanos (hechos que en realidad están muy ligados) ha dado pie a un nuevo panorama en el que las instituciones tienden a ser más abiertas. Esta idea es la que ha servido de base para Ciudades Democráticas, un encuentro celebrado en Madrid esta semana centrado en la utilización de las nuevas tecnologías como herramienta para incentivar la participación ciudadana en la vida política y social.

La ciudad de Madrid ha sido seleccionada por el proyecto D-Cent de la Unión Europea para acoger este encuentro tras una valoración positiva de las últimas innovaciones llevadas a cabo en la ciudad en el campo de democracia directa.

Desde el lunes hasta el jueves, en Medialab-Prado, ha tenido lugar en el llamado laboratorio democrático, una serie de mesas redondas y tallerres sobre trabajo horizontal. El viernes y el sábado se completará la programación del evento con una serie de conferencias internacionales en las que participarán reconocidos expertos en los procesos modernos de democratización.

La estrella de estas jornadas será Julian Assange, editor, periodista y activista australiano conocido por se el fundador de Wikileaks. Desde la embajada de Ecuador en Londres, donde permanece recluido, Assange mantendrá este viernes a las 12 horas, en el Reina Sofía, una charla por videoconferencia con Pablo Soto, concejal de participación ciudadana, transparencia y gobierno abierto de la ciudad de Madrid.

Según ha explicado Soto a 20minutos, la charla girará en torno a qué vínculos hay entre "los nuevos ciclos de movilizaciones, muy relacionados con el uso intensivo de las tecnologías y las redes sociales, y la transparencia radical que se viene produciendo en los últimos años en todo el mundo (Wikileaks, los papeles de Panamá, los numerosos -gates)". "Es interesante que veamos si es así. Por ahí podemos tener una clave de cómo democratizar sociedades. A lo mejor tenemos que ser muy radicales con la transparencia para lograr una sociedad más democrática", especula Pablo Soto.

¿Por qué se ha elegido Madrid para celebrar este encuentro?

En este momento, el reto es conseguir unas ciudades más democráticas a través de la participación ciudadana y eso es algo que el nuevo gobierno de Madrid lo lleva en su ADN, todo el mundo la está mapeando como uno de los sitios donde se está produciendo más innovación en ese sentido. Muchas prácticas que se vienen realizando desde hace años en espacios no institucionales han entrado de una manera muy sencilla en el ámbito institucional en Madrid gracias a la peculiaridad que tiene el gobierno que se ha conformado en esta ciudad.

¿Qué herramientas sirven para democratizar una ciudad?

El ejemplo más visible y el que más atención está recabando es Decide Madrid, que es la plataforma de participación ciudadana que hemos puesto en marcha en el Ayuntamiento y que en realidad lo único que tiene de novedad es el elemento digital. Son mecanismos de participación ciudadana o de democracia directa que están funcionando desde hace muchísimo tiempo en muchos sitios. El nuestro es un mecanismo igual a uno clásico de iniciativa legislativa popular que lleva funcionando en Suiza varios siglos pero con el componente digital.

No es la única iniciativa de este tipo, ¿verdad?

También tenemos los presupuestos participativos, que es un proceso de participación a través del cual la gente puede decidir a dónde va a ir un porcentaje del presupuesto municipal. La gente hace las propuestas, las vota y lo que sale es lo que se incluye en los presupuestos. Tampoco es innovador, se empezó a hacer en Brasil a finales de los años 80, pero ahora se ha extendido a todos los contienentes. Hay miles de experiencias de presupuestos participativos. En París están haciéndolo, en Nueva York están haciéndolo, en España se hace ya en muchísimas ciudades...

¿Cómo está siendo la respuesta ciudadana a estas propuestas?

Llevamos desde el 15 de septiembre, que es cuando se lanzó Decide Madrid, y en la actualidad se han innscrito y han participado de una forma u otra en el proceso 154.000 personas. No es toda la ciudad de Madrid pero es que solo llevamos unos meses. De momento la respuesta está siendo muy buena. Si se mantiene este ritmo, el proyecto acabará siendo más que satisfactorio.

¿Supone un gran cambio respecto a la situación anterior en la ciudad?

En Madrid, la participación ciudadana era bajísima a nivel institucional, a nivel civil ha sido altísima, con multitud de movimientos sociales en los últimos cinco años —aparte de los históricos como las asociaciones de vecinos, que siempre han tenido mucha fuerza—: todas las mareas, el 15-M... Pero desde las instituciones no ha habido nada. No había una cultura participativa en relación con la institución sino que la participación ciudadana tradicionalmente en Madrid ha sido de confrontación con la institución, ha sido de movilización para exponer las demandas a la institución, para exigir.

De este modo, teniendo en cuenta que el proceso incorpora un cambio cultural profundo, de que además de que votes cada cuatro años y te manifiestes con pancartas en la calle sepas que hay una tercera vía de democracia directa, hay que valorar mucho la aceptación que están recibiendo las iniciativas.

En realidad, el aspecto tecnológico es algo en parte secundario, ¿no?

Lo que sí que tiene de novedoso es que casi en ningún sitio del mundo ha habido una voluntad política de abordar esto. Dos ejemplos que demuestran que es cuestión de voluntad política son el caso del alcalde de Reikiavik, que convirtió la ciudad islandesa en un referente mundial de participación en esos procesos —más del 40% de la población participó en los presupuestos participativos, algo que no ha ocurrido en ningún sitio del mundo—, y Estonia, un país que no tiene una posición especialmente brillante en el panorama internacional en innovación tecnológica pero que es el referente mundial en administración electrónica.

¿Cómo es posible?

Esto es porque justo llegaron unas personas del siglo XXI en vez de del siglo XIX, que es lo que parece que suele haber al mando de las instituciones de muchos sitios, y dijeron "oye, tenemos estas tecnologías disponibles, vamos a poner en marcha la administración electrónica de verdad". Con la decisión política y aplicando las tecnologías que existen, se puede. Por desgracia, lo normal es que las instituciones y los gobiernos vean los temas de participación ciudadana y de transparencia como palos en las ruedas en vez de como una oportunidad de hacer las cosas bien. El mayor escollo para la participación ciudadana no es la tecnología ni es la cultura de participación, el mayor escollo para la participación ciudadana son los representantes políticos que no quieren soltar el poder.

¿Qué conclusiones ha sacado de su larga batalla contra las discográficas por sus programas P2P?

Eso tiene mucho que ver con que ahora esté haciendo política institucional. Seis meses después de toda aquella batalla, tras años de tener enfrente a las mayores multinacionales en una lucha sin cuartel de juicios para arriba y juicios para abajo y conseguir ganar todos los juicios contra esos enemigos, cambiaron la ley a su favor. El lobby que tienen se sienta a negociar directamente con los ministros y al final acaban redactando prácticamente el BOE. De ahí nace la reflexión de que no es suficiente tener razón y hacer las cosas bien si no tenemos democracia. Lo mas importante es que el BOE lo escribamos entre todos y todas, que no haya unos mecanismos legislativos fuera del control de la ciudadanía.

¿Una predicción para las próximas elecciones?

Cambio. Eso seguro, así no fallo (RISAS).

Coordinador Ocio y Cultura '20minutos'

Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Comencé como redactor de Videojuegos en Nintendo Acción hasta que en 2006 entré en 20minutos para escribir sobre Tecnología y Videojuegos. Después comencé a escribir sobre muchas otras áreas culturales (arte, literatura, gastronomía...) y durante varios años me encargué de la sección de Cine del periódico. También he realizado multitud de piezas de vídeo. Actualmente coordino el área de Cultura y Entretenimiento de la web y el periódico.

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