Aplican tecnosuelo en el gunitado de San Juan de Gaztelugatxe como experiencia I+D+I de integración ambiental

La Diputación Foral de Bizkaia ha proyectado tecnosuelo en el gunitado de San Juan de Gaztelugatxe, en la carretera BI-3103 cerca de la intersección del restaurante Eneperi, como experiencia I+D+i de restauración e integración ambiental de impacto paisajístico causado por los gunitados en taludes.

El Departamento de Desarrollo Económico y Territorial de la Diputación Foral de Bizkaia ha dado a conocer este martes el proyecto de innovación que está desarrollando para la rehabilitación de los taludes y superficies de las carreteras del Territorio mediante la aplicación de tecnosuelos en gunitado.

Se trata de encontrar una solución "económica y eficaz que permita integrar y mejorar ambientalmente el aspecto de aquellas zonas con más impacto visual", han explicado desde la Institución foral.

Para ello, se plantea la utilización de un producto a base de tecnosol, que mediante una aplicación directa a las superficies a tratar permitirá "un efecto envejecido, objetivo de integración visual inmediata, y facilitará la rápida introducción e instalación de la vegetación propia de estas circunstancias".

Así, esta misma semana se ha proyectado tecnosuelo en el gunitado de San Juan de Gaztelugatxe (BI-3103 cercano a la intersección del restaurante Eneperi) como experiencia I+D+i de restauración e integración ambiental de impacto paisajístico causado por los gunitados en taludes.

El Departamento de Desarrollo Económico y Territorial ha puesto en marcha este proyecto de la mano de Basoinsa, en colaboración con la empresa Edafotec, que cuenta con "una amplia experiencia acumulada en sus trabajos de desarrollo e investigación" con el departamento de Edafología de la Universidad de Santiago de Compostela, según ha informado la Institución foral.

SUSTRATO ARTIFICIAL

El tecnosuelo o tecnosol puede definirse como la creación artificial de sustrato a partir de diversos componentes tanto orgánicos como inorgánicos que da como resultado un suelo artificial que con el tiempo evoluciona de forma análoga a los suelos naturales de la zona, proporcionando los elementos nutritivos y la estructura adecuada para el correcto desarrollo de la vegetación, facilitando incluso la revegetación con especies autóctonas de la zona, mejorando su germinación y su velocidad de crecimiento.

Las ventajas que ofrece son que se minimiza la extracción y aporte de un recurso escaso y no renovable como la tierra vegetal, y se reutiliza y revaloriza residuos y subproductos de actividades como la industria agroalimentaria, y depuración de aguas mediante las cuales se consigue cerrar el ciclo de vida de dichos materiales a la vez que se consigue recuperar áreas degradadas.

Además, se elimina o se reduce, por tanto, el impacto de los residuos sobre los sistemas más sensibles, se estabiliza el carbono en los suelos y la biomasa, con lo que reduce la contribución de aporte de gases con efecto invernadero, y se recicla el nitrógeno, fósforo, potasio y otros macro y micronutrientes del terreno.

Según la Diputación, se trata de "valorar el aspecto paisajístico, económico, la durabilidad y automantenimiento sin sustentación auxiliar alguna, en condiciones de alta o extrema pendiente, que es como se encuentra la mayoría de gunitados de hormigón, y si permite solucionar el problema de acidez como causante de la degradación del hormigón".