Empleo

¿Eres un trabajador inteligente? Estos rasgos lo definen

Varios trabajadores en su oficina.
GTRES

Dedicar más tiempo al trabajo no significa ser más productivo ni ser mejor empleado. En España un empleado dedica a su labor profesional una media de 1.691 horas al año, según apuntan los datos que desvela la estadística del Uso del Tiempo elaborada por Eurostat. Pero más no es mejor. En esto, como en todo, cantidad no es necesariamente calidad.

Navegar por Internet, asistir a interminables y poco productivas reuniones, planificar mal los horarios, no delegar o no atreverse a poner sobre la mesa sugerencias valiosas son algunas de las razones que llevan a un empleado a ser menos productivo y sentirse menos realizado. Al contrario, disfrutar de tiempo libre, estar satisfecho con el trabajo hecho y prosperar en una empresa puede ser más fácil si se usa la inteligencia.

Sepamos si lo somos. Las empresas de reclutamiento de personal y recursos humanos saben mucho de ello. Según ellos, estos son los rasgos que definen a un trabajador inteligente:

Capacidad de adaptación a los cambios

"Las empresas piden a los candidatos que sepan adaptarse a los cambios", explica el director de Hays Response en España, Salvador Sicart, quien recalca que en el mundo laboral actual esta capacidad es "realmente importante".

Resiliencia

Otro de los rasgos que denotan inteligencia en el ámbito laboral es la resiliencia. "La capacidad de sobreponerse a una crisis o dificultad está muy bien valorada por las empresas", explica Sicart, quien destaca que es muy diferente trabajar bien sin adversidades que hacerlo cuando se tiene que hacer frente a imprevistos o grandes obstáculos.

Humildad

"Poder trabajar con gente más inteligente que uno mismo y querer hacerlo denota realmente inteligencia", aporta el portavoz de Adecco, Jaime Alcubilla Abad, quien asegura que no se debe "tener miedo a que alguien sea mejor que tú, porque eso ayuda al buen fin de los objetivos que se tengan además de ayudar al propio desarrollo profesional". En este punto entra también en juego la capacidad de delegar. "Hay que diferenciar entre delegar y pasar marrones", añade Sicart. "Un buen trabajador delega una tarea y se responsabiliza de la supervisión de la misma", explica el experto de Hays.

Productividad

La inteligencia, para ser práctica, necesita ir acompañada de proactividad. Por eso, un trabajador que realmente sepa sacar todo el partido posible a su paso por una empresa será aquel que sea capaz de ir por delante del resto del mercado, incluso por delante de sus propios compañeros.

Valentía

La proactividad sin valentía no sirve de nada. Si se da con buenas nuevas ideas o se plantean avances que permitan aumentar la rentabilidad de la empresa o mejorar la productividad del tiempo dedicado a la misma, se han de llevar a cabo.

Capacidad para gestionar el tiempo

Para Adecco, un trabajador inteligente es una persona ordenada. "Esto no significa cuadriculada, pero sí que es alguien que gestiona muy bien su agenda personal, sus tareas del día y de la semana y así evita en medida de lo posible dejarse llevar por los acontecimientos inesperados que van sucediendo”, explica Alcubilla.

Coinciden en Hays Response. Es de vital importancia, aseguran, tener habilidades para gestionar el resto del tiempo y saber trabajar en función de las propias decisiones. "Se nota mucho cuando un trabajador es inteligente o no lo es", explica Sicart. Para él, lo realmente complicado es diferenciar este rasgo en una entrevista, pues como los expertos explican, la inteligencia es la suma de varias habilidades y de su correcta gestión.

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