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José Bono anuncia su vuelta a la primera línea política año y medio después de irse

José Bono será el cabeza de lista socialista por Toledo en las próximas elecciones generales. Además, ha acordado con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que ocupará la presidencia del Congreso en caso de que el PSOE repita su victoria, sustituyendo así a Manuel Marín, que comunicó recientemente que abandonaba la vida política.

Si Dios quiere, me voy a morir con el carné del PSOE en el bolsillo

El político manchego ha tomado la decisión después de reunirse con Zapatero, aunque los rumores sobre esta oferta surgieron hace días. Bono ha afirmado que ha aceptado la propuesta del Gobierno "en este momento y en esta hora" para ser "consecuente" con su condición de español, de socialista y de amigo del propio Zapatero".

Bono ha hecho gala de su característica oratoria a la hora de negar que sea un 'fichaje' de Zapatero: "A mí no me tiene que fichar nadie, porque hice mi ficha [en el PSOE] hace casi 40 años. Y, si Dios quiere, me voy a morir con el carné del PSOE en el bolsillo".

En el Partido Popular se han apresurado a criticar al Gobierno por la vuelta del ex ministro. Rajoy ha dicho que Zapatero "echó" a Bono y ahora "parece que pretende recuperarlo porque se siente débil y en dificultades". Por su parte, Zaplana ha dicho que la vuelta de Bono es "un serial muy poco imaginativo. "Bono se va, Bono viene, Bono puede venir, Bono va a venir, Bono vendrá pero no se sabe cuándo...", ha comentado.

El regreso del 'hijo pródigo'

De esta forma, José Bono, ex presidente de Castilla - La Mancha y ex ministro de Defensa, vuelve a la primera línea de la política. Lo hace apenas año y medio después de irse, según dijo entonces, para dedicarse a su familia, pero sus discrepancias con algunas de las principales decisiones del Gobierno de Zapatero eran conocidas públicamente.

Bono se va, Bono viene, Bono puede venir, Bono va a venir, Bono vendrá pero no se sabe cuándo...

Las profundas convicciones religiosas del 'barón' socialista le hicieron discrepar con la ley que posibilitaba el matrimonio entre homosexuales, al tiempo que su patriotismo, que ha manifestado en diversas ocasiones, le llevó a rechazar de plano la revisión de algunos estatutos de autonomía, especialmente en el caso del Estatut catalán, en el que se ampliaron las competencias de la región.

En el momento de su adiós, Bono era uno de los miembros mejor valorados dentro del Gobierno. No en vano, sus posiciones moderadas dentro del Ejecutivo y su carisma le hacían ganarse muchas simpatías, incluso entre los votantes del Partido Popular. Consciente de ello, Bono no ha desaprovechado la ocasión de hacer un guiño a los descontentos del PP, asegurando que no le incomoda "conseguir votos de personas que en otras elecciones votan al PP".

Las polémicas en las que se vio envuelto

Uno de los incidentes más polémicos en los que se vio involucrado durante su paso por el Gobierno durante esta legislatura fue cuando decidió acudir a una manifestación de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, donde fue agredido por un par de manifestantes. El caso quedó archivado, aunque el Partido Popular denunció a los agentes que detuvieron a los acusados por tratarse, a su juicio, de una detención ilegal.

Otro episodio polémico al que el ex ministro tuvo que hacer frente fue el llamado 'caso Mena', en el que se arrestó y cesó a un alto cargo del Ejército por recordar que la misión de las fuerzas armadas, según la Constitución, es velar por la unidad del país, en una clara referencia a la tramitación del Estatut de Cataluña, que tenía lugar en aquel momento. Lo hizo, además, en un discurso ante el Rey.

Meses antes de las últimas elecciones locales y autonómicas el nombre de José Bono volvió a sonar: se especuló con que fuera el candidato socialista a la alcaldía de Madrid para sustituir a la entonces recién nombrada secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez. El presidente del Gobierno le ofreció el cargo, pero Bono lo rechazó. En otras ocasiones, el ex ministro ya había manifestado que no competiría con su amigo, el popular Alberto Ruiz-Gallardón, y que no le gustaban los "paracaidistas" en política, es decir, que los cargos locales o autonómicos no fueran originarios de la región que iban a representar.

Apenas un par de días antes de confirmar su regreso, Bono ya ha dejado clara su posición sobre algunos asuntos. Concretamente, subrayó que no apoyará la candidatura de el juez Grande-Marlaska para ingresar en la Audiencia Nacional, ya que no comparte la decisión del juez de archivar el caso del Yak-42, una 'patata caliente' que heredó de su predecesor en el ministerio de Defensa, Federico Trillo.

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