María Galiana: "Hay mujeres de mi edad que no saben estar solas"

  • La actriz vive la realidad de las mujeres como María Galiana y como Herminia, en 'Cuéntame', dos perfiles opuestos de los que nos habla.
María Galiana, en una imagen de archivo.
María Galiana, en una imagen de archivo.
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María Galiana, en una imagen de archivo.

A sus 82 años María Galiana es una mujer independiente y feminista. Siempre lo fue. Sin embargo, no es común entre las mujeres de su generación, que en ocasiones, cuenta, adolecen de crear dependencias de su hogar y su familia. Galiana vive en paralelo a Herminia, la abuela chapada a la antigua de Cuéntame cómo pasó (La 1).

¿Cómo es Herminia como mujer?

Herminia es un producto de su época, del tiempo que le ha tocado vivir. Y era y es una época de patriarcado en la que vive como a ella la han educado, que es en la creencia que una mujer debe dedicarse a llevar la casa, a cuidar a los hijos, a mantener la paz en la familia y de que debe depender económicamente del marido.

La dependencia es una clave, ¿no?

La raíz del sometimiento que la mujer ha tenido y tiene a lo largo de los siglos ha sido fundamentalmente porque ha tenido necesidad de que alguien la mantenga y lleve el dinero a la casa. Para que una mujer se emancipe lo primero que tiene que hacer es buscarse la vida.

Eso se vio en Cuéntame...

Cuando nosotros empezamos a hacer Cuéntame reflejábamos los años 60 y se notaba que en las familias como la de los Alcántara se hacía el sacrificio que hiciera falta para que los hijos estudiaran, en este caso Toni, que estudió Derecho, y a la hija mayor, Inés, la colocaron en una peluquería. Así empezó Cuéntame.

¿Cómo evolucionó la figura de la mujer en la serie?

Más tarde con un esfuerzo extraordinario el ama de casa, que es Mercedes, ha hecho lo imposible por hacer la carrera de económicas, pero sin abandonar nunca su tarea de ama de casa. Nunca ha dicho "no podemos hacer esto porque tengo que estudiar" ni ha reclamado espacio para preparar sus exámenes. Una mujer como ésta en esa época, en este caso los años 70, estudiaba en la cocina.

Cuéntame tiene muchas moralejas sobre la emancipación ¿es así?

Mercedes representa la evolución, desde una chica de pueblo que llega con su madre a Madrid y con un marido que tiene que tener dos trabajos a una mujer que empieza cosiendo pantalones para aportar algo a la economía familiar. Pero Mercedes Alcántara siempre ha querido ser dueña su vida, dueña de su destino, de su economía... Y de coser pantalones pasó a tener una boutique y de ahí a estudiar en la Universidad, por lo que creo que es un modelo de la evolución de la mujer en los últimos años.

¿Cómo es María Galiana como mujer?

Soy absolutamente libre. He hecho siempre lo que me ha gustado y me casé porque quise.

¿Esa libertad le viene desde niña?

Tuve la suerte inmensa de tener unos padres que desde pequeña consideraron que yo debía estudiar para ganarme la vida y tener una independencia. Y después tenía una vocación docente extraordinaria. Yo quería ser profesora, es lo que quería hacer y es lo que hice.

Y cuando llegó la interpretación, ¿cómo reaccionó su entorno?

Cuando fui actriz la gente me preguntaba ¿y qué opina tu marido de que seas actriz? Y yo siempre le volvía la oración por pasiva y les preguntaba ¿Y si mi marido fuera actor me preguntaríais a mi qué opino de que sea actor?

¿Y en su entorno familiar?

He tenido una maravillosa familia que me ha apoyado siempre y que ha tenido claro que yo iba a hacer lo que quisiera. No había posibilidad de oposición. Gracias a Dios yo me puedo dar con un canto en los dientes. Mi marido era mi primer fan, disfrutaba de mis éxitos, me animaba y además compartía conmigo todas las tareas. Y reconozco que eso no era normal.

¿Herminia ejerce de freno de Mercedes?

No tanto de freno como de garante del sentido del deber. Herminia no tiene otro mundo más que el de la mujer en su casa. Ella lo que no quiere es que por la emancipación de la hija se rompa el matrimonio. Herminia tiene ideas progresistas, pero una moral intachable. Ella es tolerante pero en el momento en el que ve que la hija puede prescindir del marido es cuando dice que no, que primero su marido y luego todas las demás cosas que quiera hacer. Puede hacer lo que quiera, pero sin que se le olviden sus deberes.

¿Cree que eso aún pasa entre las mujeres de su generación?

No sé qué decirte... las mujeres con las que me junto, que algo más jóvenes que yo, han estudiado, tienen sus carreras o sus trabajos, gente que se ha buscado la vida. Pero sí coincido con señoras y oigo conversaciones en las que de lo único que se habla es de su casa, de sus labores, de sus nietos...

Y cuando eso se acaba, ¿qué les queda?

Lo que he percibido y es muy significativo, es que no saben estar solas, no saben distraerse una vez que se acaba la dependencia que tenían de ellas la gente de su hogar. Hay algunas que llegan a alardear que su marido no sabe ni dónde tiene los calcetines si no se los da ella. Y cuando se van los hijos o desgraciadamente se quedan viudas esas mujeres no saben qué hacer en el mundo, porque no se ha dedicado más que a eso.

¿Por qué pasa eso?

Era su manera de crear dependencias y por ahí crear afectos. Hacen políticas de absorción de labores para que todos sientan que sin ella no son nada, que sin que ella lo organice están perdidos. Y eso lo hacen aún muchas mujeres, crear dependencias a su familia.

Y se sienten perdidas después...

No son capaces de oír música, o de leer una novela, o de viajar si aún están bien físicamente, o de ir al cine. A mí me han llegado a decir señoras de mi edad "ay, ¿tú vas al cine?". Y cuando les digo que sí, que me interesa mucho, me preguntan sorprendidas "¿pero sola?".

¿Cuál es el camino para mejorar la situación?

Hay dos cosas clave: la educación en igualdad. Los niños deben aprender desde pequeños los cuidados de la casa y el cuidado de los niños. Y a la vez las mujeres deben darse cuenta de que su tarea en el mundo no es esa. Porque aún quedan mujeres que prefieren quedarse con sus tareas y ser amas de casa con tal de que las mantengan, que no se nos olvide.

¿Hay brecha salarial en televisión?

No sé si es como en el mundo del cine o del teatro, donde seguro que sí. En la tele creo que la diferencia salarial va más por cometidos o por papeles que por sexos. Eso al menos en lo interpretativo, en lo que se refiere al organigrama de la televisión, no lo sé.

¿Y hay paridad?

En lo técnico no, chicas técnicos hay poquísimas, los cámaras, los eléctricos, los decoradores... son prácticamente todos chicos. Sí la hay en maquillaje, peluquería, incluso hay más mujeres que hombres. Pero tú vas a la cafetería del plató, donde puede haber ochenta personas comiendo y hay infinitamente más hombres que mujeres.

¿Y hay más papeles para hombres mayores que para mujeres mayores?

Sí, eso siempre. La cuestión es que desde el punto de vista de los papeles, en la sociedad aún no se ha extendido la ambivalencia de sexos. No se concibe que el papel de policía, juez, portero, investigador privado... pueda hacerlo una mujer. Hay infinidad de roles que en la sociedad no han sido desempeñados por mujeres y es muy difícil a su vez que pasen a la ficción. Para un papel de militar se busca a un hombre, aunque hay muchas mujeres que lo son ya, porque la representación para el espectador todavía sigue siendo masculina.

¿Ha habido una evolución en eso?

Ahora parece que van entrando y nosotros por ejemplo hemos sacado mujeres médicos, abogadas... pero todavía se tiende a que sean hombres.

Isra Álvarez
Redactor '20minutos'

Redactor especializado en Televisión, Cultura y Espectáculos, con 19 años de experiencia. Locutor, colaborador televisivo y actor. Licenciado en Ciencias de la Comunicación en la CEU. He escrito guiones de cómic de humor, así como blogs sobre realities, además de en otros campos como la Historia y Fuerzas Armadas.

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