La procesión del Rocío sale tras un salto de la reja que se adelantó 15 minutos

Interior de la ermita de la Virgen del Rocío, en la aldea almonteña de El Rocío (Huelva), durante la celebración de la Misa de Romeros.
Interior de la ermita de la Virgen del Rocío, en la aldea almonteña de El Rocío (Huelva), durante la celebración de la Misa de Romeros.
JULIÁN PÉREZ / EFE
Interior de la ermita de la Virgen del Rocío, en la aldea almonteña de El Rocío (Huelva), durante la celebración de la Misa de Romeros.

Los almonteños saltaron la reja a las 2:34 horas de este lunes, si bien la procesión de la Virgen del Rocío no dio comienzo hasta aproximadamente 15 minutos más tarde, instante en el que el Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte (Huelva) alcanzó el Presbiterio del Santuario procedente del rezo del Santo Rosario.

Este adelanto en 'el salto' fue debido, fundamentalmente, a la expectación y las ansías que había este año de hacerse con el paso procesional de la Virgen debido a la modificación realizada en el mismo, consistente en la ampliación de su base, lo que ha supuesto el incremento de un banco tanto en la parte delantera como en la trasera. Con la reforma, la mesa del paso se cubrió con madera noble tallada, y la mejora quedó patente desde el principio de la procesión.

Este año los almonteños no pudieron esperar a la llegada del Simpecado de la Matriz para hacerse con el paso; concretamente, lo hicieron cuando aún quedaban alrededor de 15 filiales por pasar por la puerta de la ermita en el rezo del Rosario, casi una hora antes que el año pasado, cuando tuvo lugar a las 3:28 horas.

Pese a este adelanto, la Virgen no se movió ni un ápice hasta la llegada del Simpecado de Almonte, portado por la hermana mayor, Eva Toro, gracias, entre otras cosas, al cordón humano que se mantuvo en la verja que da acceso al presbiterio, a la actuación de contención que hicieron camaristas y santeros y, sobre todo, al respeto mostrado por los propios almonteños.

Salida limpia

En ese momento, se empezó a trabajar para bajar a la Virgen del presbiterio y alcanzar la nave central de la ermita; la salida fue rápida y limpia, y a las 2:53 a hombros de los almonteños y con el sonido de las campanas de la espadaña de la ermita, la Virgen alcanzó la altura del pórtico del Santuario e instantes después salió a una explanada frontal copada de gente.

Se trata, por tanto, de una nueva imagen la vivida este año en los momentos previos a la procesión, de un inicio distinto que dio más emoción si cabe a ese instante culmen de la devoción y el fervor rociero.

Tras salir de la ermita se dirigió, con una verticalidad inusual otros años, al lateral izquierdo de su templo para empezar a visitar a sus 121 hermandades filiales —la primera de ellas la de Huévar del Aljarafe (Sevilla)— en un paseo que concluirá cuando decidan los almonteños, y en el que se sucederán las salves, los vítores, los vivas y los olés.

Para esta ocasión, la Virgen iba ataviada con el traje y el manto conocido como de los Apóstoles, o de las Hermandades, confeccionado por Joaquín Castilla, y adornada con un exhorno floral de hibiscus rosa sinensis, en color blanco y amarillo, los colores del Vaticano, con motivo del XXV Aniversario de la visita de San Juan Pablo II al Rocío.

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