Un hombre ha matado este martes a dos agentes de policía, ambas mujeres, y a un transeúnte en la ciudad belga de Lieja. El autor de los disparos, que ha sido abatido, se había atrincherado después en un edificio.
El fiscal belga Philippe Dulieu ha confirmado en rueda de prensa que los hechos están siendo investigados como un "delito terrorista" y la instrucción "sigue su curso", aunque no ha dado más detalles. La alerta terrorista sigue en nivel dos y, de momento, no se elevará.
El origen del tiroteo estuvo en un control rutinario policial: las agentes pararon a un individuo a las puertas del Café des Agustins y este, que portaba un arma blanca, las apuñaló y se hizo con sus armas, según Le Soir. Otros dos policías han resultado heridos, esta vez por arma de fuego.
Fusillade à #Liège Périmètre de sécurité en place. @CrisiscenterBE suit la situation de près en contact @GouverneurLiege @PolicedeLiege Priorité à la sécurité de tous. Evitez la zone et facilitez le travail des services sur le terrain. Plus d'info via https://t.co/u4Gyw2anxd pic.twitter.com/UvIOgFG0lz
— CrisisCenter Belgium (@CrisiscenterBE) May 29, 2018
El primer ministro de Bélgica, Charles Michel, se ha mostrado prudente sobre el trasfondo del ataque, aunque el diario La Libre sí ha apuntado desde el primer momento a que la pista terrorista era la principal para los investigadores.
El autor trató de refugiarse en el cercano instituto Waha, donde tomó como rehén a una mujer de la limpieza, que se encuentra sana y salva; después fue abatido por la policía en el centro educativo y los estudiantes del centro están bajo protección policial sin que ninguno de ellos haya resultado herido, informó el Centro de Crisis de Bélgica.
Medios locales han identificado al criminal como B.H., un delincuente común que había salido de la cárcel con un permiso el lunes; se habría radicalizado en el centro penitenciario, pero no estaba fichado por eso.
Nivel de alerta 2
Michel era ya primer ministro belga cuando el país sufrió en marzo de 2016 el mayor atentado terrorista de su historia, en el que dos comandos de yihadistas suicidas mataron a 32 personas e hirieron a otras 340 en dos ataques casi simultáneos perpetrados en el aeropuerto de Bruselas-Zaventem y la parada de metro de Maelbeek del barrio europeo.
Desde entonces, Bélgica ha sido escenario de otros cuatro ataques o tentativas terroristas, el último de ellos en agosto de 2017, cuando un hombre atacó con un cuchillo a tres militares en el centro de Bruselas antes de ser abatido por las fuerzas del orden.
La propia ciudad de Lieja, muy cercana a la frontera belga con Holanda y Alemania, sufrió en diciembre de 2011 un tiroteo indiscriminado que dejó cinco muertos y más de cien heridos, aunque la Fiscalía descartó entonces que el atacante tuviera motivaciones terroristas. El Centro de Crisis de Bélgica indicó hoy que de momento no se planean cambios en el nivel de alerta terrorista del país, que se encuentra en 2 sobre un máximo de 4.
El nivel subió a 3 en noviembre de 2015 tras los atentados de París, orquestados en parte desde la capital belga, aunque el órgano de coordinación del análisis de la amenaza (OCAM) lo rebajó en enero de este año. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha hablado con el primer ministro belga y le ha expresado sus "condolencias y simpatía" con el pueblo belga y sus fuerzas de seguridad.
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