Actualización del viernes 1 de junio:

Rajoy se despide: "Ha sido un honor dejar una España mejor de la que encontré". Pedro Sánchez, nuevo presidente del Gobierno: "Soy consicente de la responsabilidad que asumo".

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Crónica del día anterior a la moción de censura

Todas las incógnitas están sin despejar en el Congreso, un día antes de que empiece el debate sobre la moción de censura contra Mariano Rajoy, en la que Pedro Sánchez intentará, el viernes, ser investido presidente del Gobierno en su lugar. A pesar de las grandes distancias entre partidos, algo que une a Rajoy, a Sánchez y al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, es que los tres esperan algo de otros. También el líder de Podemos, Pablo Iglesias, a la espera de ver si prospera la moción de Sánchez antes de lanzarse a presentar la suya propia, de carácter técnico, la semana que viene.

El Congreso ha sido este miércoles un hervidero, con rumores, dimes y diretes que los más veteranos del lugar ven con la absoluta normalidad de saber que los apoyos con que cuenta la moción de censura y sus posibilidades de prosperar no se conocerán hasta el último momento.

En medio de tanta duda, hay una que sobresale, por su importancia, más que las demás. Se trata de saber cuándo se convocarán elecciones. Si por el presidente del Gobierno fuera, serían en 2020, porque en la sesión del Gobierno de este miércoles ha dejado claro que quiere agotar su mandato. "No vamos a disolver las Cámaras", ha apostillado luego, su portavoz parlamentario, Rafael Hernando.

El PP disipaba así los rumores de que Rajoy podría anunciar su dimisión el jueves durante la réplica al candidato Sánchez, algo que este miércoles también se inclinaban por descartar fuentes del PSOE, a tenor de lo escuchado en la sesión de control al Gobierno. "Sería una jugada sucia si dimitiera", ha dicho Iglesias, que le ha conminado a someterse a la moción de censura planteada contra él.

Sánchez quiere dejar la convocatoria de elecciones para más adelante, cuando haya "estabilidad", mientras que Ciudadanos y Podemos exploran ya una moción técnica cuyo único objetivo sea convocarlas. En los márgenes, partidos que deberían apoyar a unos o a otros, como Compromís, que quiere comicios "más pronto que tarde" y PNV, que no las quiere ya de ninguna manera.

Mientras tanto, este miércoles había nerviosismo en el Congreso, por parte del PP, que ve el riesgo de perder el Gobierno, y también por parte de los otros partidos, porque cada uno negocia la mejor alternativa para sus propios intereses. "Entiendo su inquietud porque todos estamos inquietos y preocupados con esta situación", decía el portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, a su entrada al hemiciclo.

Rajoy ha adoptado una actitud defensiva en su respuesta a preguntas tan concretas como la de Gabriel Rufián (ERC) sobre si, directamente, "¿va a dimitir el presidente del Gobierno?". Su respuesta, también a la socialista Margarita Robles, es que la sentencia de la Gürtel "no condena al Gobierno ni al PP", va a cumplir "con el mandato de los españoles" y pretende "terminar la legislatura".

El presidente ha desatado la furia que ya le provocó el viernes pasado el registro por parte del PSOE de la moción de censura acusando a Sánchez de seguir un "atajo" para llegar a Moncloa porque las elecciones demuestran que cada vez saca peores resultados y advirtiendo al resto de grupos del "chantaje" al que les tiene sometidos Sánchez.

"Lo que ocurre en España ahora es que se presenta una moción de censura con un protagonista, Podemos y un acompañante y el Gobierno Frankstein, esto es, la oposición que está haciendo Sánchez. Les está chantajeando a todos ustedes", ha dicho Rajoy.

En el PP, el coordinador general del PP, Fernando Martínez Maillo, ha hecho de poli bueno al pedir a primera hora de la mañana a los socialistas que "alcen la voz" contra la "irresponsabilidad" de Sánchez, al que ha pedido que no tome a los españoles "por tontos" y aclare los "pactos de silencio" a los que está llegando con los independentistas.

El poli malo ha vuelto a ser el portavoz popular en el Congreso, Rafael Hernando, que ha sembrado la duda sobre el futuro de los Presupuestos de 2018, que aprobó el Gobierno la semana pasada junto con el PNV, si los nacionalistas vascos apoyan la moción de Sánchez. "Tendrá que decidir si quiere sacar adelante los Presupuestos que se acaban de aprobar o generar inestabilidad en el país", le ha dicho a este partido.

Los presupuestos es una de las "incógnitas" que tiene el PNV sobre los planes de Sánchez si prospera -con su apoyo- su moción de censura, porque a los nacionalistas les gustaría verlos aprobados tal y como salieron del Congreso. En el momento de tramitación actual, en el Senado, fuentes parlamentarias indican que sólo "decaerían" -el verbo utilizado por Hernando- si hay convocatoria de elecciones o si el Gobierno los retira, no porque hubiera un cambio de Gobierno sin disolución de Cámaras.

En todo caso, el PNV esperará hasta el final para dar su veredicto a Sánchez, que seguirá el debate desde un escaño de la bancada socialista. "No hay novedades, no news", decía ufano a su llegada al hemiciclo Aitor Esteban, portavoz de un grupo que después de dar su apoyo al Gobierno en los Presupuestos ahora vuelve a ser el perejil de la salsa de la moción de censura de Sánchez.

También esperarán los catalanes de PdeCat. Dos de sus diputados, Carles Campuzano y Jordi Xuclá, abandonaban este miércoles el Pleno para desplazarse a Barcelona, donde esta tarde se celebrará una reunión en la que los sucesores de Convergència debatirán su posición sobre la moción.

No obstante, no la anunciarán hasta escuchar a Sánchez, según ha indicado uno de sus diputados, que ha rehusado explicar qué quieren los independentistas catalanes a cambio de su respaldo ni qué esperan escuchar en su discurso de este jueves.

En el Congreso, el PSOE, que mantiene silencio sobre los "contactos" que se dirigen desde Ferraz, asume que nadie confirmará su apoyo hasta después de que hable Sánchez, pero lo cierto es que unos lo exteriorizan más que otros. ERC también dice que esperará, pero su portavoz en el Congreso, Joan Tardá, dijo hace meses que apoyaría cualquier moción para echar a Rajoy y el portavoz adjunto, Gabriel Rufián, decía este martes en Twitter que "echar de Moncloa a ladrones y carceleros no es una opción. Es una obligación".

No sólo Sánchez y el PSOE y, como principales damnificados, Rajoy y el PP, están a la espera de contar los apoyos con los que cuenta la moción de censura de esta semana. Ciudadanos y Podemos están al acecho para presentar otra, quizá la semana que viene, de carácter meramente técnico, con el único objetivo de convocar elecciones.

Para Ciudadanos, esta era la tercera opción, después de pedir a Rajoy que convoque elecciones y a Sánchez, que sustituya su moción por una de consenso en la que ni él ni Rivera serían candidatos. No parece probable tampoco esta segunda opción, aunque Rivera tratara de regalar los oídos al PSOE a primera hora de este miércoles deslizando los nombre de tres posibles "presidentes técnicos", curiosamente, de la órbita socialista: Ramón Jaúregui -que rápidamente se ha descartado-, Nicolás Redondo y Javier Solana.

La rumorología instalada en el Congreso decía también que Ciudadanos estaría dispuesto a pactar una fecha de elecciones con el PSOE, algo que ningún partido confirma. Lo cierto es que Sánchez y Rivera no se han visto, como pidió el secretario general del PSOE, y los contactos se están dando entre segundos espadas, José Luis Ábalos y José Manuel Villegas.

Por otra parte, Ciudadanos no quiere tampoco hablar de si iría de la mano con Podemos en la moción instrumental o, en caso contrario, desvelar a quién le pediría los tres votos que le faltan a su grupo de 32 diputados para poder siquiera registrarla. La opción más fácil, el PSOE, está descartada, porque sus diputados ya han avalado la moción que se ve este jueves y viernes.

"Creo que va a salir adelante". El líder de Podemos ponían la nota positiva a la jornada de este miércoles en el Congreso. "Lo percibo, es una sensación", ha añadido Iglesias antes de mostrar su confianza en que Sánchez logrará reunir el voto de los partidos catalanes y del PNV para sumar a PSOE, Unidos Podemos y Compromís.

Si no, la semana que viene cambiarán las tornas y se verá el recorrido de otra moción, técnica, sobre la que Rivera e Iglesias dicen no haber empezado a hablar todavía. "Hemos hablado, pero tenemos claro que no tiene sentido ponernos a hablar en serio de esta hipótesis hasta el viernes si fracasa la moción de censura. Yo creo que no fracasará y no va a ser necesario este escenario", ha dicho Iglesias que, no obstante, ha añadido que "si fracasa, a partir del viernes hablamos".