"Bea, siempre te he amado. Esto no es tu culpa. ¡Pregúntale a papá!". Fue lo que dejó escrito la diseñadora Kate Spade antes de ahorcarse con una bufanda y que centró todas las miradas en su marido, Andy, al que ya se culpa de causarle una depresión a ella por haberle pedido el divorcio. El empresario, que había dividido vida e imperio con la estilista de moda, ha roto el silencio.
Ante la cantidad de rumores que ha suscitado el suicidio de Kate, su todavía marido se defiende diciendo que "todo es falso". Según la versión de Andy, apesar de hacer vidas separadas, ellos estaban "encantados por haber montado un negocio juntos" y de tener "una preciosa hija en común".
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Sobre la nota de suicidio que dejó la estilista y que le señala directamente a él como responsable, Andy Spade dijo que no la había visto, pero que se sentía "consternado" por el hecho de que una nota privada que era para su hija "se haya filtrado a la prensa"."Mi preocupación es Bea y proteger su privacidad", concluye el marido.
Kate Spade habría sufrido mucho en los últimos años, luchando contra los demonios de la depresión y la ansiedad. Añade Andy Spade, horas después de la trágica noticia sobre el suicidio de la conocida diseñadora en su apartamento de Park Avenue, en Nueva York.
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La diseñadora había buscado ayuda para intentar curarse y estaba en tratamiento psiquiátrico. "Hablamos la noche anterior y parecía feliz. No notamos nada que nos pudiese indicar lo que iba a pasar. Para nosotros ha sido un shock porque estaba luchando contra sus demonios personales", dice el empresario en un comunicado que ha publicado People.
"Kate era la mujer más guapa y amable del mundo, nunca había conocido a alguien así. Mi hija y yo estamos devastados por su desaparición, ya la extrañamos", continúa.
La nota del suicidio que dejó Kate Spade señaló a un culpable https://t.co/lwItR5s0Gq pic.twitter.com/HxYTfWFY9c
— Clarín (@clarincom) 6 de junio de 2018
Durante el último año, la pareja hacía vidas separadas, pero la relación era buena y en común tenían a su única hija, Frances Beatrix, de 13 años. "Vivíamos en casas separadas desde hacía diez meses, pero a poca distancia una de la otra", explicaba Andy.
Bea vivía con sus padres que mantenían un contacto constante. "Seguíamos pasando las vacaciones juntos como una familia. Nuestra hija era la prioridad".
"Nunca hablamos de divorcio, no estábamos separados legalmente. Hemos sido mejores amigos durante 35 años y estábamos tratando de resolver nuestros problemas de la mejor manera que sabíamos. Nos queríamos mucho y solo necesitábamos un descanso".
Una marca de éxito
Los Spade, además de estar casados, eran socios y tenían la empresa a medias. Katherine Nohel Broshanan dejó su trabajo como periodista para dedicarse a la moda principios de los años noventa. Primero, con una colección de bolsos que estaba a la venta en pequeña tienda en el Soho. Luego, el negocio se amplió con ropa, joyas e, incluso, una línea para hombres.
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¿El resultado? 140 tiendas en Estados Unidos y 175 en el resto del mundo hasta la venta de la compañía, Kate Spade New York, en 2005.
Más adelante, en 2016, los Spade fundaron una nueva marca, Frances Valentine, con el nombre de su hija. "No había ningún tipo de problema económico", añade el empresario.
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