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Rambo toma Madrid

Stallone, ayer, en Madrid, en la presentación de John Rambo. (Reuters)

Por las mañanas, antes de tomar el café, soy Rambo, y después, me convierto en Rocky», confesó ayer Sylvester Stallone en Madrid, donde presentó su última película, John Rambo.

Aunque no es tan grande como cabe esperar, sí lo es suficiente como para inspirar respeto, algo que consigue especialmente gracias a su cavernosa voz. La muestra es que hasta un centenar de periodistas reunidos en el césped del estadio Santiago Bernabéu de Madrid callaron cuando el intérprete, de 61 años, y con un gran sentido del humor, comenzó a hablar.

«Me gustaría parecerme a Rocky, porque es más noble que yo, aunque creo que Rambo no es tan malo o tan loco», aseguró el artista a 20 minutos cuando le preguntamos por sus dos personajes estrella.

Para Stallone, el peso de la edad sí ha sido un problema para afrontar el rodaje de su último filme: «Contraté a un joven de veintitantos años para todas las escenas de acción y el primer día se lesionó. Así que tuve que hacer yo todas las escenas de correr, saltar... Fue horroroso». El actor confesó entre risas que durante el rodaje se tomaba cada mañana «20 aspirinas» porque tenía su cuerpo como si se «hubiera caído de un rascacielos».

Stallone, que reconoció ser un hombre hogareño al que le gusta estar en casa con sus hijas y su perro, aseguró no servir para la política, como su buen amigo Arnold Schwarzenegger, y confesó que el intérprete de Terminator es su héroe. «¡Pero no se lo digáis!», añadió entre carcajadas.

Veinte años después de su última aventura, el ex-combatiente de Vietnam más famoso del mundo vuelve a anudarse la cinta en la frente para luchar contra los malvados, en una cuarta entrega de Rambo en la que debe salvar, río arriba, a un grupo de misioneros secuestrados por el Ejército birmano. Stallone reconoce que se decidió a emprender este proyecto «por hacer dinero», y algo «alejado del gran cine comercial que se está haciendo en Hollywood».

Con ganas de dar  más guerra

Sylvester Stallone no quiso cerrar la puerta a otra secuela de Rambo: «Creo que se puede hacer algo más arriesgado,  incluso no hacerle ir a la guerra sino que sea algo casi surrealista. Estoy dándole vueltas a la idea de un hombre que descubre la brutalidad que pueda tener dentro », afirmó el actor en la presentación de John Rambo, escrita, dirigida y protagonizada por él. Parece que a pesar de sus 61 años, al actor, hijo de inmigrantes italianos y criado en Nueva York, todavía le queda cuerda para rato.

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