Tres narcos peligrosos se fugan de la cárcel de A Lama

Según información de Faro de Vigo tres de los cuatro integrantes de una peligrosa banda condenada a penas que suman 50 años de prisión por un alijo de 124 kilos de cocaína intervenido en Panxón (Nigrán) se han dado a la fuga, en un período de sólo tres meses, tras disfrutar de su primer permiso penitenciario. El último en desaparecer sin dejar rastro ha sido el francés Luis Marcel Olivier, quien tendría que haber regresado al penal pontevedrés el pasado 30 de enero, algo que no hizo siguiendo la misma estrategia que sus colegas.

En todos los casos ocurrió lo mismo: la prisión se opuso a que abandonasen la cárcel al considerar que había factores de "riesgo" importantes, pero el juez de Vigilancia Penitenciaria de Pontevedra les autorizó los días de salida después de que los presos presentasen recursos. Ahora, los fugados se encuentran en búsqueda y captura y sólo uno de los integrantes de la organización delictiva permanece en prisión. El único, precisamente, que no ha disfrutado de ningún permiso.

Los cuatro condenados por el alijo de Panxón, todos ellos con nacionalidad francesa aunque uno de ellos natural de Colombia, permanecían en A Lama desde su detención en mayo de 2004. El juicio contra ellos se celebró en 2006 en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo. Tras la vista vino una sentencia en la que el tribunal impuso a cada uno de ellos una condena de doce años y medio de cárcel, así como el pago de una multa de ocho millones de euros por los delitos de tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas. Haciendo una lectura estricta de la resolución judicial, los cuatro narcotraficantes tendrían que permanecer encarcelados hasta el año 2016.

Un período que al menos a tres de ellos ha debido de parecerles demasiado largo, porque han aprovechado la primera oportunidad para desaparecer sin dejar rastro. El hecho de que en su día a la banda se le incautase pasaportes falsos es visto con pesimismo por diversas fuentes judiciales, que sospechan que probablemente se hayan marchado de España, lo que haría su localización prácticamente imposible.

La primera fuga se remonta al pasado mes de noviembre. El primero de los integrantes de la banda que decidió poner tierra de por medio fue el francés Kessi Djilali. La cárcel se opuso, pero el juez de Vigilancia Penitenciaria le permitió una salida de tres días. El día 2 de ese mes tendría que haber regresado para seguir con el cumplimiento de su condena, pero nunca lo hizo.

Apenas dos meses después, en pleno período navideño, el también ciudadano galo Michel Nicolás Chevalley protagonizó otra fuga idéntica. Era el segundo miembro de la peligrosa banda para el que se dictaba una orden de búsqueda y captura.

Y el pasado 30 de enero la historia se volvía a repetir. Otra vez la cárcel se negaba a conceder el permiso, pero, como sus dos anteriores compañeros, Luis Marcel Olivier decidió recurrir ante el juez, quien, pese a las fugas anteriores, fue de nuevo favorable a que el preso disfrutase de una salida de tres días. Y, según confirmó ayer Instituciones Penitenciarias, este narcotraficante tampoco ha regresado al centro. Ahora, sólo permanece en la cárcel Bruno Yves D.A., a quien no se le concedió todavía permisos penitenciarios.

Investigación tras el 11-M

Los cuatro condenados habían sido detenidos en un amplio operativo de la Guardia Civil que conllevó la intervención del alijo de 124 kilos de cocaína que el grupo guardaba en un chalé de Panxón. La Benemérita se fijó en ellos en un primer momento a raíz de la vigilancia llevada a cabo tras los atentados terroristas del 11-M en Madrid. Los "rasgos árabes" que tenían dos de ellos habían levantado sospechas entre los efectivos. Finalmente se descartó cualquier vinculación de estos franceses con el terrorismo islámico, pero el seguimiento llevó a los investigadores hasta la droga que escondían en la vivienda de Nigrán.

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