La Comunidad de Madrid confirma el hacinamiento de la Residencia de Primera Acogida de Hortaleza

Las puertas de la Residencia de Primera Acogida de Hortaleza se abren cada pocos minutos y grupos de chavales entran y salen de un organismo "sobreocupado", en palabras de la consejera de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid, Lola Moreno, que este lunes reconoció a los medios el problema del hacinamiento de menores en el centro.

Según declaraciones de trabajadores del centro a Europa Press, un total de 140 personas –en su mayoría menores de edad– conviven en una institución preparada tan solo para 35 jóvenes. Solo en el último fin de semana, han llegado 25 chavales. La agencia relata que las peleas y los robos dentro de sus muros son una constante, y que los agentes de policía tienen que intervenir  para frenar algunas contiendas –la última durante la mañana de este lunes–.

Como ha podido confirmar 20minutos gracias al testimonio de uno de los menores del centro, muchos de los internos tienen que dormir en el suelo de las habitaciones y en los pasillos, tienen muy poca ropa y no cuentan con dinero para el abono de transporte ni paga.

Un empleado ha contadoa la agencia que las necesidades de estos chicos se cubren "a duras penas", aunque confirmó que tienen ropa y comida suficientes. Un agente de seguridad destacó  que hay personas internadas que no son menores, algunos rondan los 30 años, pero el colapso de la gestión hace que no se pueda comprobar.

Moreno ha asegurado que la Comunidad está  "trabajando sin descanso desde el primer día por dar acogimiento y atender a los menores extranjeros no acompañados, porque no se trata de una cosa nueva", y ha responsabilizado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de la situación.

"Aquí está fallando sobre todo el Gobierno de Sánchez, que está permitiendo que lleguen estos menores extranjeros no acompañados a la Comunidad de Madrid, que no es un puerto de mar", ha declarado, alegando que la región es el destino principal de todos los menores que llegan al país.

Por su parte, la portavoz del Gobierno municipal del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, ha denunciado que la Consejera de Políticas Sociales de la Comunidad no les permite acceder al Centro.  

"A día de hoy, la concejala del distrito (Yolanda Rodríguez) no puede acceder al centro porque la Conserjería no se lo ha autorizado. Pido que nos dejen trabajar, tenemos toda la voluntad", ha apuntado a los medios locales. Además, el delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Rodríguez Uribes, ha afeado la conducta de Moreno de responsabilizar a Sánchez cuando es su "responsabilidad directa".

La oposición en la Asamblea de Madrid también ha movido ficha ante esta situación. El grupo socialista de la región ha anunciado que llevará ante la Fiscalía y el Defensor del Pueblo la gestión del centro, que su portavoz, Ángel Gabilondo, ha calificado de "insostenible e insoportable" y que "se ha denunciado durante años". Para el político, este organismo es "el símbolo de la no inclusión, de la marginación de los niños y de la insensibilidad social y política".

Por su parte, el Grupo Parlamentario de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid ha registrado una petición de comparecencia en Pleno de Lola Moreno. "Esta situación es recurrente y día a día no hace más que empeorar. Desde Ciudadanos exigimos a las administraciones involucradas que no se pasen la pelota y asuman sus obligaciones", ha destacado el diputado Alberto Reyero.

El sindicato Comisiones Obreras señaló ayer que esta situación se debe a las 300 plazas de menores perdidas durante la última década por los recortes en la Comunidad de Madrid, además de que los trabajadores del centro llevan denunciando la falta de recursos durante "más de dos años".  "Siempre hay que tener previsión por si va creciendo, esto lo llevamos avisando dos años y medio, y no ha habido previsión", denunció el delegado sindical Miguel Acacias, que actualmente trabaja en el centro de menores de Carabanchel.

Mientras se busca una solución, los 140 chavales del Centro de Primera Acogida tendrán que seguir hacinados y esperando una ayuda que todavía no llega.