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El hombre que sabía que Paul McCartney no se quedaría calvo

Ringo Starr, John Lennon, Paul McCartney y George Harrison en una imagen de archivo.
GTRES

Hay quienes, de una forma que ni ellos pueden entender, están tocados por una varita mágica para estar en el lugar adecuado en el momento oportuno. O, bueno, más bien unas tijeras, un peine y un secador.

Leslie Cavendish (1947) podría haber sido otro chico más de un barrio periférico del Londres de mediados del siglo pasado. Judío hijo de inmigrantes, seguidor de los Queen Park Rangers, lo justo de extrovertido. Su vida era paralela a la vida de tantos, solo que donde el resto no hacía nada, él actuó. En dos términos: mujeres y Beatles. "Audentis fortuna iuvat": la fortuna favorece a los osados, que escribió Virgilio.

Al joven Cavendish le gustaban las mujeres. Ese íntimo pecado le hizo entrar en el excelso salón de belleza de Vidal Sassoon, un gurú en cuanto a estilismos capilares de la época. Y que tenía varias, muchas, demasiadas reglas, pero una muy importante: nada de ligar con las clientas.

Así que el aprendiz Cavendish, muy a su pesar, aprendió a escuchar. Y escuchó y escuchó a sus clientas hasta que le trataban como un colega más. Y aprendió de sexo, de política, del show business. Porque muchas de las grandes estrellas de la época iban a su peluquería.

Y un día que su jefe no podía, le tocó cortar, lavar y secar el pelo de Jane Asher, una actriz que triunfaba en las pantallas con Michael Caine en Alfie y que, tras las cámaras, era la novia de Paul McCartney.

"¿Aceptas trabajos en casa? Mi novio necesita un buen corte", le dijo. Y esa tarde tocó por primera vez el pelo de su ídolo. Comentó que no se quedaría calvo. Se hicieron amigos.

Anécdotas, anécdotas, anécdotas

Y esto es solo el comienzo. El peluquero de los Beatles (Ed. Indicios) es una biografía que funciona como la excusa perfecta para conocer los entresijos de los Fab Four. Los seguidores del grupo descubrirán que, de veras, el éxito de los Beatles fue un cúmulo de circunstancias pegado a una capacidad musical indescriptible. Chicos pasándoselo bien. Sin búsqueda alguna de la fama. Y rompedores.

La parte central del libro es todo lo que espera un beatlemaníaco. Cavendish fue uno de los invitados al rodaje de aquella experiencia casi onírica de los Beatles, cuando decidieron reunir a un grupo heterogéneo de gente en un bus y rodar el Magical Mystery Tour.

Fue una epopeya alucinógena como forma insospechada de publicitar su última ocurrencia: cambiarse los nombresy el estil(ism)o para hacer Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band. Para muchos, el mejor disco de la historia.

Leslie Cavendish, tras haber vivido la época hippy desde lo más profundo y con todo lo que la libertad otorgaba, ha estado en la costa malagueña. Su tercer matrimonio y una exitosa carrera como peluquero y zapatero le llevaron a pasar varios años como vecino de Alhaurín el Grande.

Como es lógico pensar, el libro, escrito en primera persona, está repleto de anécdotas jugosísimas. Drogas, música, noviazgos, perros; George Harrison invitando a los Ángeles del Infierno californianos a Londres (y consecuencias); John Lennon meditando a todas horas tras conocer a Yoko Ono; Ringo y sus quejas porque nadie le hacía caso; el mánager intentando que la empresa de absoluta libertad que el grupo creó (Apple, pero no la que piensas) no se fuera al garete a las primeras de cambio...

El peluquero de los Beatles es la vida de alguien que no se creía su propia vida y aprovechó cada segundo en aquel círculo porque hay momentos que, si los vives sin prestar atención a tu suerte, dejan la misma sonrisa que al salir de una peluquería con un nuevo corte. Y un nuevo rumbo.

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