El Gobierno desoye a Torra y se centra en las reuniones con su Govern

Una cosa son las palabras y otras, los hechos. Frente a la advertencia que lanzó este martes el presidente de la Generalitat, Quim Torra, que reclama un plan de autodeterminación para apoyar al Gobierno, el Ejecutivo de Pedro Sánchez le ha confrontado con el hecho de que, en paralelo a estas declaraciones, representantes del Gobierno y de la Generalitat celebran encuentros para tratar políticas concretas y donde no se toca la cuestión soberanista.

El Gobierno se ha esforzado este miércoles por dejar claro que la advertencia que lanzó Torra este martes, que apunta directamente a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado y que, de cumplirse, podría derivar en una convocatoria de elecciones, no afecta a lo que considera la realidad de las relaciones políticas con Cataluña: las reuniones para tratar cuestiones distintas a la independencia que no se han detenido desde que en julio Sánchez y Torra rescataron la comisión biletaral, después de siete años olvidada.

Por eso, fuentes de la Moncloa descartan que Sánchez vaya a dar paso alguno con respecto a las palabras de Torra. A través de Celáa, este martes se dejó claro que el Gobierno no acepta ultimatums, y así lo ha reiterado este miércoles la ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet..

"El Gobierno tiene como interlocutor a los consejeros de la Generalitat, y esto es lo que estamos haciendo. Nos hemos reunido seguramente todos con nuestros homólogos y hemos hecho reuniones para avanzar en políticas que benefician a los ciudadanos", ha explicado Batet.

"El Gobierno está abierto al diálogo, los hechos nos dicen que el Gobierno de la Generalitat se está sentando dialogando. Otra cosa son las declaraciones", ha dicho.

En un desayuno informativo, la ministra ha reiterado la respuesta que este martes dio la portavoz del Gobierno, Isabel Celáa, al ultimatum planteado por Torra. "El ultimatum desapareció a los dos minutos. Para la Moncloa no ha existido en ningún momento porque era una pregunta respondida con antelación", ha afirmado.

"Lo hemos dicho en la comisión bilateral y todos los miembros del Gobierno, la autodeterminación no cabe en el orden jurídico. Autogobierno, sí; independencia, no", ha reiterado.

Batet ha rechazado reeditar el 155 como piden PP y Ciudadanos, de la misma manera que ha afirmado que "en estos momentos no se plantea" crear un cupo catalán, al estilo del que existe en el País Vasco y Navarra. La propuesta para "reforzar" el autogobierno se circunscribe al Estatut, para desarrollarlo en transferencias y traspasos de competencias que aún no están hechas. "Hay un margen amplio", ha dicho.

El Gobierno prefiere poner el sitio en otro foco, en las reuniones entre consellers y ministros y otros representantes de las dos administraciones, a las que los catalanes asisten con la misma actitud que los consejeros de otras comunidades. Mientras sigan celebrándose, y ya hay otra prevista para el 15 de octubre, el Gobierno no encuentra motivo para moverse.

Un día después del últimatum de Torra, el Gobierno ha vuelto a poner la pelota en el tejado del presidente catalán. "El Gobierno de Torra y la Generalitat tienen que decidir que rumbo tomar, es el momento de expresar el coraje político. Estamos abriendo la senda de la normalidad, el señor Torra debe decidir si sigue representando a una minoría radical o se suma a ese diálogo fructifero", ha dicho Batet.

Este martes, al mismo tiempo que Torra intervenía en el Parlament, una delegación de la consellería de Territorio se reunía en Barcelona con miembros del Ministerio de Fomento para revisar la marcha del Plan de Estatal de Vivienda 2018-2021, que destinará a Cataluña un total de 272 millones, de los que 209 son aportación del Estado.

También el mismo día, se celebró la primera reunión bilateral entre el Gobierno y la Generalitat para tratar cuestiones de seguridad, después de que hace un mes se creara la Junta de Seguridad de Cataluña.

Ocurrió algo similar a principios de septiembre, cuando el discurso solemne que Torra dio en el Teatre Nacional de Barcelona para asegurar que la autodeterminación seguía siendo su objetivo coincidió con la reunión de su consellera de Presidencia, Elsa Artadi, con Batet en Madrid.

Los contactos bilaterales continuarán con un nuevo encuentro entre representantes del Gobierno y la Generalitat el próximo 15 de octubre.

Según ha recordado la ministra, en cuatro se han celebrado "más de 20 reuniones de ministros y consejeros" y Cataluña ha acudido también a encuentros entre el Estado y las comunidades autónomas como la comisión de asuntos económicos y financieros, de infraestructuras y traspasos.

Estas reuniones bilaterales denotan para el Gobierno el inicio de una normalidad entre el Estado y Cataluña que Torra insiste en quebrantar con sus declaraciones. De momento, Sánchez se aferra a ellas, a la espera de saber cómo se comportarán los grupos de ERC y PdeCat, en el Congreso a la hora de negociar los Presupuestos de 2019 con el Gobierno.

Estos dos partidos sustentan el Gobierno de Torra, cuya obediencia se mantiene al lado de Carles Puigdemont, el expresident huido en Bélgica y que ha ido evolucionando hacia posiciones cada vez más radicales que traspasan con mucho los planteamientos del PdeCAT, el sucesor de Convergència, y de ERC.

Para Batet, la división en el independentismo catalán "es algo muy visible".

Según la Moncloa, de momento el Gobierno trabaja con Podemos para cerrar un principio de acuerdo presupuestario para poder presentar al resto de grupos, para invitarles a unirse a él.

Sobre qué posición adoptarán entonces ERC y PdeCAT, Batet se ha limitado este miércoles ha afirmar que "sería positivo que se pudieran aprobar esos Presupuestos y para ello estamos trabajando con todas las fuerzas políticas, espero que avancen".