El legado de Ana Frank llega a Madrid

  • Tres objetos procedentes de la Casa de Ana Frank se incorporan a la exposición sobre Auschwitz.
  • Entre ellos, el tirador de madera que abría la entrada al escondite donde la joven permaneció oculta dos años.
Retrato de Ana Frank en el Liceo Judío. La foto fue tomada el 11 de diciembre de 1941, Ana tenía entonces 12 años.
Retrato de Ana Frank en el Liceo Judío. La foto fue tomada el 11 de diciembre de 1941, Ana tenía entonces 12 años.
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Retrato de Ana Frank en el Liceo Judío. La foto fue tomada el 11 de diciembre de 1941, Ana tenía entonces 12 años.

"Ana lee libros que ya leyó otra vez / Y está escribiendo otro que jamás podrá leer / Pasa horas, días, semanas, meses, años / Descalza y muda en su reducida habitación / Detrás de la pared". Esta estrofa, escrita en 1998 por Jaime Urrutia para la canción La niña Frank cuando lideraba Gabinete Caligari, resume en poco más de cuatro líneas la intensidad una de las historias sobre el Holocausto que más han marcado y conmocionado a la humanidad durante el último siglo.

Desde que Otto Frank, uno de los protagonistas de este desgraciado viaje personal, decidiese en 1947 publicar los diarios de su hija Ana -dos años después de su muerte en el campo de concentración de Bergen-Belsen-, su legado y el poder de sus palabras no han dejado de crecer e impactar a varias generaciones de lectores en el mundo entero.

Se estima que, hasta la fecha, se han vendido más de 350 millones de ejemplares de estas memorias de adolescencia y supervivencia en tiempos del genocidio judío, traducidas a más de 55 idiomas, y su museo -el segundo más visitado de Ámsterdam después de el del pintor Vicent Van Gogh- recibe a una media de millón y medio de personas cada año.

En este antiguo edificio, situado en la calle Prinsengracht, se refugió la familia Frank en 1942 huyendo de la barbarie nazi desde Fráncfort (Alemania), y allí sus cuatro miembros (Ana, su hermana Margot y sus padres) permanecerían ocultos junto a otras cuatro personas durante dos años y medio en la llamada "casa de atrás".

Un anexo oculto, al que se accedía desde una falsa estantería que escondía una puerta, donde Ana mitigaría en parte el interminable tiempo de espera y combatiría la depresión provocada por el encierro escribiendo su propio diario. En realidad aquel primer diario, al que con el paso de los meses añadiría otros dos cuadernos, era un libro de autógrafos, que la niña recibiría como regalo en su 13 cumpleaños (12 de junio de 1942) y al que decidiría dar mejor uso.

En ellos describiría esta 'vida secreta' durante la ocupación nazi de los Países Bajos en forma de cartas dirigidas a alguien llamado Kitty (todavía a día de hoy se mantiene la incógnita de si la tal Kitty fue un personaje inventado o alguien de su entorno). Las anotaciones se prolongarían hasta el 1 de agosto de 1944. Tres días después, serían delatados. Los ocho habitantes acabarían en diferentes campos de concentración. Ana y su hermana Margot fallecerían a causa del tifus entre finales de febrero y principios de marzo de 1945. Tan solo unas semanas más tarde la guerra llegaría a su fin... El diario se publicaría por primera vez bajo el título Het Achterhuis (La casa de atrás) en Ámsterdam en 1947. A España llegaría ocho años después como Las habitaciones de atrás (editorial Garbo).

Un trozo de la dura historia de Ana Frank recala ahora en Madrid, abandonando por primera vez lo que fue su oscuro escondite de Ámsterdam. Tan solo tres objetos que, sin embargo, tienen la fuerza necesaria para revivir el dolor de aquella época. Sin duda el más impactante de ellos es el tirador de madera que se utilizaba para abrir y bloquear la entrada al escondite de los Frank. "Nuestro escondite solo ahora se ha convertido en un verdadero escondite", escribiría Ana el 21 de agosto de 1942. La librería original donde estaba situado se puede visitar actualmente en el museo mientras que el tirador, por motivos de conservación, no se expone al gran público, de ahí que su presencia en Madrid se revalorice.

A éste se unen un manual de principios de botánica, Beginselen der Plantkunde, regalo que la niña recibió por su decimoquinto (y último) cumpleaños. "Me han regalado un montón de cosas: papá y mamá, los cinco tomos de la Historia del arte de Springer, un conjunto de ropa interior, dos cinturones, un pañuelo, dos yogures, un tarro de mermelada, dos pasteles de miel (de los pequeños) y un libro de botánica", anotaría. Así como una guía turística en español sobre Holanda que perteneció al dentista judío y alemán Fritz Pfeffer, que compartió habitación con Ana.

Los tres se incorporan a la exposición Auschwitz. No hace mucho. No muy lejos, que acoge el Centro de Exposiciones Arte Canal de Madrid desde hace diez meses y hasta el momento ya han visitado casi medio millón de personas. Prorrogada hasta el 3 de febrero del próximo año, la muestra reúne más de 600 objetos originales del mayor de los campos de exterminio nazis. "Ana Frank y Auschwitz son los dos símbolos más conocidos del Holocausto. El diario termina donde comienza el desastre en el campo (Ana y su hermana pasaron un tiempo en él antes de ser deportadas a Bergen-Belsen). Por eso es importante que Ana Fran esté representada en esta exposición. Su diario y la historia del campo sirven como ventana a la historia y como un espejo para la humanidad", afirma Teresien da Silva, jefa de colecciones de la Casa de Ana Frank.

La sombra de Ana Frank es alargada

Muchos son los artistas que a lo largo del último siglo se han inspirado o adaptado la obra de Ana Frank. Estos son solo algunos de ellos:

- Cómic: El diario de Anne Frank. La primera adaptación a la novela gráfica del diario de Ana Frank llegó en 2017 de la mano del cineasta Ari Folman y el ilustrador David Polonsky, responsables del premiado filme de animación Vals con Bashir (2008). La familia de Folman también fue perseguida durante la guerra por ser judía.

- Cine: El diario de Ana Frank (1959). A pesar de que en Estados Unidos el diario fue prohibido en el estado de Virginia y Michigan (algunos críticos consideraron que parte del contenido tenía alusiones sexuales), George Stevens dirigió a finales de los 50 la adaptación cinematográfica de la obra de teatro homónima ganadora de un Premio Pulitzer. La película consiguió tres Oscar.



- Música: La niña Frank (1998). El grupo Gabinete Caligari incluyó este tema en su álbum Gabinetissimo. La banda de Jaime Urrutia ironiza en la parte final de la canción sobre el negocio detrás del Holocausto: "la flor de Holanda perfuma la oscura madriguera y han puesto un coffeshop detrás de la pared".



- Documental: Recordando a Ana Frank (1995). A mediados de la década de los 90, el realizador Jon Blair rueda esta película documental que consiguió el Oscar en su categoría. El largometraje contó con la colaboración de los actores Kenneth Branagh (narrador) y Glenn Close (voz de Ana). Blair filmó en las localizaciones auténticas -incluida 'la casa de atrás' y el campo de concentración de Auschwitz- e incluyó la única secuencia filmada conocida de Ana Frank, en la que aparece asomada por una ventana.

- Libros: La visita al Maestro (1979). Philip Roth escribe a finales de los 70 la primera novela protagonizada por uno de sus más famosos alter egos literarios: Nathan Zuckerman. Sería, además, el primer libro de la trilogía Zuckerman encadenado en la que aborda temas como la identidad y la condición de los judíos en Estados Unidos. Uno de sus personajes es Amy Bellette, en quien Zuckerman cree reconocer a una Ana Frank superviviente del Holocausto.

Imagen superior: Vista de los objetos procedentes de la Casa de Ana Frank en la exposición Auschwitz © Jesús Varillas, cortesía Musealia.

Imagen inferior: Portada de la novela gráfica 'El diario de Anne Frank', adaptación del diario realizada por Ari Folman y David Polonsky.

Portada de la novela gráfica 'El diario de Anne Frank' de Ari Folman y David Polonsky.
Portada de la novela gráfica 'El diario de Anne Frank' de Ari Folman y David Polonsky.
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