La guerra entre David Bisbal y Elena Tablada se traslada a los juzgados

La situación entre David Bisbal y Elena Tablada es límite. Llueve sobre mojado en una relación que, aunque públicamente ha saltado ahora por los aires, nunca fue idílica o ejemplar. Ni siquiera mientras duró.

Las últimas declaraciones de la empresaria confirmando que las diferencias con el padre de su hija son insostenibles, han hecho correr un río de acusaciones y difamaciones que han teñido de negro judicial el horizonte de los protagonistas. Uno y otro advierten que no se quedarán de brazos cruzados ante una guerra que ya ha librado su primera batalla.

Elena está dispuesta a desenredar la polémica en los tribunales. Prepara las demandas contra todos aquellos que la han acusado –entre dientes– de haber sido infiel, desleal, inestable y peligrosa. No se va a callar. Ni siquiera frente a las polémicas e incendiarias declaraciones que María Ferré, la madre de Bisbal, ha concedido a los medios de comunicación y que han servido para avivar el fuego.

Sus palabras, cargadas de cierto resentimiento, han despertado la furia de Elena. De nada parece servir que, tras la difusión de la entrevista, se haya intentado justificar su comportamiento aduciendo unos problemas de salud que, en caso de existir, no han mermado sus capacidades más esenciales.

Aunque es evidente que tiene ciertas reminiscencias a intervenir judicialmente en contra de la abuela de su hija, me aseguran que activará el procedimiento si se siguen produciendo manifestaciones similares.

Su abogada en cuestiones de honor e intimidad, Cinthya Ruiz, tiene orden expresa de iniciar cuantas acciones legales sean necesarias para proteger sus derechos fundamentales: "Ahora prefiero mantenerme al margen. Públicamente he dicho todo lo que sentía. Pero ahora mi prioridad es preparar la boda. Agradezco el apoyo que estoy recibiendo", dice Elena a 20minutos en las que son sus primeras declaraciones tras el escándalo.

El enfrentamiento entre ex (suegra) y ex (nuera) lleva marinándose desde hace años. De hecho, me consta que la matriarca nunca escondió que Elena no era su nuera favorita. Sospechó desde el inicio que sus intereses poco o nada tenían que ver con lo sentimental. Tal vez por eso María se encargó de explicar a sus más cercanos que el noviazgo de su hijo no era aceptado por la familia.

Las cacareadas dudas provocaron que el recelo despertara en David y que su comportamiento cambiara de forma radical. Elena pasó de ser la novia incómoda a una convidada de piedra que, por ejemplo, viajaba en categoría diferente a la de su compañero: si él iba en business, ella sufría el síndrome de la clase turista.

Fue el pasado 19 de noviembre cuando la Audiencia Provincial de Madrid sobreseyó provisionalmente el procedimiento de violencia de género contra Antonio David Flores. Si bien es cierto que la sala reconoce los diversos trastornos adaptativos de la demandante, Rocío Carrasco, insiste en no estar debidamente acreditado que los mismos hayan sido producidos por las constantes declaraciones del ex guardia civil.

La hija de Rocío Jurado va a interponer recurso ante el Tribunal Supremo para que se tengan en consideración los informes elaborados por el Equipo de Unidad de Valoración Integral de Violencia de Género en los que se recoge que la depresión que sufre Rocío está acrecentada o motivada por las palabras de su ex marido: "Los síntomas ansiosos depresivos que padece la explorada puedan conectarse con la grave situación familiar que presenta y con las declaraciones que viene realizando el padre de sus hijos acerca de su persona han actuado de elemento concasual en la evolución clínica de la peritada".

Tras la información de la semana pasada, la diseñadora de los corazones se reunió el martes con el reciclador y está dispuesta a darle una nueva oportunidad.

Mientras, la tonadillera más famosa de España ha hecho siete entrevistas a gente de servicio para desvelar quién es el ladrón.