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Amanda Bynes reaparece: "Me siento avergonzada por mis insultos en Twitter bajo los efectos de las drogas"

Amanda Bynes en tres imágenes que muestran el deterioro que ha ido sufriendo con el paso de los años.
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Lo tenía todo para triunfar en la vida, pero no supo gestionarlo y acabó como tantos niños prodigios de Hollywood. Durante los últimos ocho años, la vida de Amanda Bynes ha sido un misterio... hasta que ha concedido una entrevista para desterrar algunos falsos mitos.

Bynes comenzó a actuar a los 7 años y se convirtió en centro de todas las miradas con su propia serie The Amanda Bynes Show (Nickelodeon).

Su primer papel protagonista le llegó con What a Girl Wants, en 2003, convirtiéndose en una estrella juvenil al nivel de Lindsay Lohan, Hilary Duff o las gemelas Olsen y, al igual que ellas, protagonizaba portadas en revistas como Vanity Fair o Cosmopolitan. Un gran proyecto estaba a la vuelta de la esquina para la joven: Hairspray, la nueva versión de 2007 del clásico de culto de John Waters.

"A día de hoy esa película fue la experiencia más asombrosa que he tenido en un set", recuerda haber cantado, bailado y actuado junto a John Travolta y Zac Efron. Pero las cosas comenzaron a ponerse un tanto complicadas para Bynes: arrestos por posesión de drogas, accidentes de coches, escándalos públicos, la veían hablando sola...

Su comportamiento errático lo trasladó a Twitter y allí, junio de 2010 y con 24 años, decidió anunciar que se retiraba de la interpretación. "Lo debería de haber hecho através de un comunicado de prensa, pero estaba drogada. Era joven y estúpida", admite la exactriz en una entrevista con la revista Paper.

Bynes iba a la deriva después de abandonar lo que había sido básicamente, hasta ese punto, todo su mundo: "Había trabajado toda mi vida y en aquel momento no estaba haciendo nada". Ella continúa: "Tenía mucho tiempo y empecé a salir con gente sórdida... me aislé mucho". Su vida en aquella época podía resumirse en quedarse en casa "drogándose, viendo la televisión y tuiteando". Incluso, le pidió por Twitter al ahora expresidente Barack Obama que despidiese al policía que la había arrestado.

Se peleó por redes sociales con todo el mundo. Por ejemplo, afirmó que Chris Brown le había pegado a Rhianna por ser fea. Un par de días después de eso, Bynes continuó con la ronda de insultos y llamó "feas" a la modelo Chrissy Teigan y Courtney Love.

Uno de sus tweets más sonados fue "quiero que Drake asesine mi vagina" (2013) dirigido al rapero. Con frecuencia Bynes usaba los 140 caracteres para hacer referencia a su peso, hablaba sobre un supuesto trastorno alimentario y sus retoques de cirugía plástica. Amanda comenzó a publicar selfies borrosos en baños públicos y amonestando a las revistas por publicar fotos "feas" de su antiguo yo.

Un año más tarde la ingresaban en un centro psiquiátrico en Los Ángeles (Estados Unidos) por provocar un incendio en la entrada de la casa de un desconocido.

"Estoy realmente avergonzada con las cosas que dije. No puedo retroceder el tiempo, pero si pudiera, lo haría", dice a sus 32 años Bynes. "Todo lo que trabajé durante mi vida, lo arruiné todo a través de Twitter", pero agrega, "definitivamente no fue culpa de Twitter sino mía".

Cuatro años lleva ya Bynes sin consumir marihuana, pero comenzó a fumar con 16 años. Iba tan colocoda a los rodajes que era incapaz de recordar sus diálogos.

Aunque probó la cocaína tres veces asegurá que nunca llegó a engancharse a ella, cosa que sí le pasó con el Adderall, un fármaco que se usa para tratar los problemas de déficit de atención. Bynes confiesa que consiguió la receta después de visitar al psquiatra y fingir los síntomas. Resulta que había leído un artículo en el que se decía que las mujeres tomaban la pastilla para adelgazar.

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