Baty se confesó molesta con el tratamiento impuesto por el psiquiatra a quien fuera su novio, especialmente con el antidepresivo, y trató de persuadir Kazmierczak para que dejara de tomarlo, algo que finalmente él hizo tres semanas antes del tiroteo en el que mató a cinco personas e hirió a otras 16.
"Como un zombi"
Los antidepresivos "le hacían sentirse como un zombi", manifestó Baty, quien añadió que tras abandonar ese medicamento su novio no actuaba de forma extraña, solamente "tardaba menos en enfadarse". La joven aseguró que durante el tiempo que duró su relación, Kazmierczak nunca había se había mostrado violento, aunque en las últimas semanas le había ocultado lo que hacía en el ordenador.
"Era todo menos un monstruo, probablemente la persona más agradable y cariñosa", declaró Baty, que piensa que su novio adquirió la munición a través de internet. La joven explicó que su pareja comenzó a visitar al psiquiatra en junio de 2007.
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