Internacional

Los espías holandeses plantean a los ciudadanos un enigma imposible

Imagen de la sede del servicio de inteligencia de Países Bajos o AIVD.
FaceMePLS / WIKIPEDIA

Los Servicios de Inteligencia de Países Bajos (AIVD, por sus siglas en neerlandés) animan a la ciudadanía a resolver una serie de rompecabezas y códigos cifrados antes del 15 de enero de 2019, lo que empieza a ser una tradición navideña cuya edición anterior nadie pudo solucionar al cien por cien. Se puede descargar en este enlace.

"Nos gusta presentar de una forma divertida nuestro método de trabajo y pensamiento creativo", explicó la portavoz de los Servicios de Inteligencia de Holanda, Femmy Barends, para quien el reto navideño es "un desafío para la mente", algo "que siempre es útil".

La historia de estos enigmas se remonta a 2005, cuando trabajadores de la Inteligencia holandesa se retaron los unos a los otros en una especie de juego interno con acertijos y criptogramas cada vez más difíciles.

El desafío traspasó las oficinas de AIVD en la Navidad de 2011, año en el que se publicó en Internet una tabla con ejercicios planteados por el propio personal de la agencia que podían ser resueltos por cualquiera.

Esa primera edición pública sólo atrajo a 27 concursantes, pero el boca a boca y la velocidad de las redes sociales popularizaron el evento hasta llegar a 1.600 personas en 2015.

Cada vez más difícil

AIVD decidió entonces aumentar la dificultad, con la consiguiente bajada de participación en las dos siguientes ediciones hasta llegar a 550 el año pasado.

"Muchos nos dijeron que les había parecido tan difícil que decidieron no entregarlo", aclara la portavoz de AIVD.

Quien no se rindió fue un estudiante de doctorado de 27 años, Carlo Verschoor, que se alzó con el primer premio al conseguir 91'5 puntos de 100.

Verschoor es un viejo conocido de AIVD, pues ha ganado tres veces, aunque ha asegurado al periódico neerlandés Trouw que sólo lo hace por diversión y que no tiene ningún interés en trabajar para la Inteligencia holandesa.

Ejemplos

La edición de esta Navidad consiste en veintisiete ejercicios: desde acertijos cuyos protagonistas son dos espías encarcelados hasta sudokus con letras, pasando por la típica adivinanza de "¿Qué animal falta?" en una lista de fieras sin aparente relación.

En otros se plantea un refrán en un idioma que no existe, el cual debe ser traducido por el concursante a base de deducir la lógica gramatical, semántica y léxica de dicha lengua imaginaria.

A veces ni siquiera está claro qué piden los examinadores. Ocurrió en la última pregunta de 2016, cuando lo único que salía en el ejercicio 26 era un signo de interrogación.

Para saber qué se preguntaba había que tomar la primera letra de los 25 ejercicios anteriores, formando así varias palabras que, separándolas correctamente, daban una frase con sentido.

Los participantes pueden emular a los protagonistas de Enigma, la película de Michael Apted sobre un grupo de mentes brillantes que descifró un importante código nazi en la Segunda Guerra Mundial, pues AIVD permite el trabajo en equipo de hasta cuatro personas.

Sin embargo, está terminantemente prohibido compartir las respuestas en foros públicos y se pide a los concursantes que no den pistas por Internet.

Desde la Inteligencia holandesa aseguran que no se necesita una formación específica para resolver los acertijos, sino perseverancia, sentido de la lógica, y "thinking outside the box", expresión en inglés que podría traducirse como "pensar de forma original, más allá de los límites".

El reto no es una prueba para contratar nuevos espías, aclara Barends, quien señala que los ganadores no reciben ningún premio en metálico. Sólo un trofeo "y fama eterna".

No obstante, si alguien solicita un puesto en AIVD, "no hace daño indicar en el currículum vitae que se consiguió una buena puntuación en el rompecabezas navideño", añade.

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